"En el nuevo año litúrgico, dejemos que Cristo reine en nuestros corazones" "Cristo, rey crucificado"
La Iglesia católica celebra hoy la solemnidad de Cristo, Rey del universo. Inicio de un nuevo año litúrgico que iniciaremos la próxima semana con el primer domingo de Adviento
¿Qué celebramos en la solemnidad de Cristo Rey? ¿Por qué Cristo es 'rey'?
"A partir del próximo domingo nos acompañará Mateo. Mateo es el evangelista que más incide en que Jesús es el Mesías prometido en las Sagradas Escrituras, pero un Mesías que no es un guerrero, sino el Dios del amor, de la paz, de la justicia y de la libertad"
"A partir del próximo domingo nos acompañará Mateo. Mateo es el evangelista que más incide en que Jesús es el Mesías prometido en las Sagradas Escrituras, pero un Mesías que no es un guerrero, sino el Dios del amor, de la paz, de la justicia y de la libertad"
La Iglesia católica celebra hoyla solemnidad de Cristo, Rey del universo. Una celebración especialmente relevante porque culmina todo el camino espiritual realizado a lo largo de este año litúrgico. Esta solemnidad abre la puerta al inicio de un nuevo año litúrgico que iniciaremos la próxima semana con el primer domingo de Adviento, un nuevo año en el que nos adentraremos en el Evangelio de Mateo.
¿Qué celebramos en la solemnidad de Cristo Rey? Hagamos un poco de historia para saber su origen. El papa Pío XI, con motivo del Año Santo de 1925, instituyó esta fiesta mediante la encíclica Quas primas. Lo hizo en un contexto de creciente secularismo, después de la Primera Guerra Mundial, cuando parecía que la influencia de la Iglesia en la sociedad estaba en retroceso. Un momento en el que mucha gente se había alejado de Jesucristo y del Evangelio. Había una negación constante de la presencia de Dios.
Era necesario, pues, reafirmar con fuerza la soberanía espiritual de Cristo sobre todos los pueblos y naciones. Había que recordar, también, que el reinado de Cristo es eterno, espiritual y universal; no limitado por fronteras políticas. Ante las secuelas de la guerra, la mejor forma de promover una paz duradera era con la restauración del Reinado de Cristo sobre el mundo entero y sobre todo el universo.
¿Por qué Cristo es «rey»? Cristo es rey de justicia y de paz. Él es un rey que quiere hacernos participar de su realeza y divinidad. Cristo es Maestro y Señor nuestro, a quien reconocemos una autoridad que viene de Dios Padre. Él es la verdad. Él es un «rey» que propone y no impone. Él nos propone que le ayudemos a construir su Reino de justicia y de fraternidad. Un Reino que no es de este mundo, como nos dijo Jesús. Él quiere reinar en nuestros corazones y quiere que nos dejemos mover por su Amor.
Cristo reina desde la Cruz. Es un rey que nos ha salvado desde la Cruz con sacrificio, amor y humildad. Es un rey que no ha nacido en un palacio, sino en un establo. Es un rey que no ha venido a ser servido, sino a servir. Es un rey que muere pobremente entre los excluidos y marginados.
"Las joyas de la corona real de Jesús son los pobres, los que están de luto, los que tienen hambre y sed de justicia, los que no encuentran sentido a la vida, los que sufren una soledad no deseada, los perseguidos y los que viven la guerra"
Y lo hace para ser solidario con todos los crucificados, para compartir con nosotros los dolores y sufrimientos de la humanidad y para nuestra salvación. Las joyas de la corona real de Jesús son los pobres, los que están de luto, los que tienen hambre y sed de justicia, los que no encuentran sentido a la vida, los que sufren una soledad no deseada, los perseguidos y los que viven la guerra.
Como decía al principio, hoy finalizamos el año litúrgico en el que despedimos la lectura seguida del Evangelio de Lucas. A partir del próximo domingo nos acompañará Mateo, que escribe el Evangelio dirigido a comunidades cristianas de origen judío. Mateo es el evangelista que más incide en que Jesús es el Mesías prometido en las Sagradas Escrituras, pero un Mesías que no es un guerrero, sino el Dios del amor, de la paz, de la justicia y de la libertad.
Queridos hermanos y hermanas, dejemos que Cristo reine en nuestros corazones. Cristo, rey y pastor, haznos ciudadanos de tu Reino, haz que seamos embajadores en tu nombre en todo el mundo, haz que seamos portadores de tu amor y de tu paz.
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