"Solemnidad del Corpus Christi" Pan de Vida

Hoy, solemnidad del Corpus Christi, celebramos con alegría que Cristo está realmente presente en el sacramento de la Eucaristía. Hace cerca de dos mil años que celebramos la Eucaristía desde que Jesús nos dijo que lo hiciéramos en memoria suya (cf. Lc 22,19)
Celebramos la vida entregada de Jesús, su inmenso amor por nosotros. Una Vida en mayúsculas que recibimos en cada Eucaristía. En el sacramento de la Eucaristía recibimos la fuerza para poder vivir el mandamiento de Cristo de amarnos unos a otros como Él nos amó (cf. Jn 13,34).
Hoy, solemnidad del Corpus Christi, celebramos con alegría que Cristo está realmente presente en el sacramento de la Eucaristía. Hace cerca de dos mil años que celebramos la Eucaristía desde que Jesús nos dijo que lo hiciéramos en memoria suya (cf. Lc 22,19). Celebramos la vida entregada de Jesús, su inmenso amor por nosotros. Una Vida en mayúsculas que recibimos en cada Eucaristía. En el sacramento de la Eucaristía recibimos la fuerza para poder vivir el mandamiento de Cristo de amarnos unos a otros como Él nos amó (cf. Jn 13,34).
En las primeras palabras que el papa León XIV pronunció al colegio cardenalicio, nos reiteró que renováramos nuestro compromiso con los valores del Evangelio. Esto significa tener los mismos sentimientos de Jesucristo, no ser indiferentes ante las injusticias y actuar como Él. Significa, por ejemplo, acercarse a los débiles y marginados y ponerlos en el centro.
Muchas instituciones de la Iglesia trabajan para atender las necesidades de los más vulnerables. Cáritas es una de las más conocidas en todo el mundo. Hoy nos referimos a ella de una manera especial con motivo de la celebración del Corpus, Día de la Caridad. Y es que Cáritas es la expresión del amor de la Iglesia hacia los hermanos que atraviesan dificultades. Quiero dar las gracias a los más de 3.100 voluntarios de las Cáritas parroquiales y de Cáritas Diocesana de Barcelona, que por amor regalan su tiempo para transformar la realidad y acompañar fraternalmente a los más vulnerables.
Gracias a todos estos voluntarios, acompañados por los trabajadores de Cáritas y con los recursos económicos con los que tantos donantes colaboráis periódica o puntualmente, hemos llegado a atender a más de 79.000 personas en la archidiócesis de Barcelona. Son hermanos y hermanas nuestros privados de los derechos más esenciales, como son el derecho a una vida digna, a la vivienda o a un trabajo decente…

En este sentido, el Papa nos habla del cuidado amoroso de los más débiles y descartados, un cuidado que pasa por acoger, escuchar y acompañar, pero también por denunciar proféticamente las vulneraciones de derechos y lograr mejorar las condiciones de vida de estas personas.
Es necesario que aprendamos a salir de nuestra zona de confort y a dejarnos interpelar por esta realidad a menudo invisible. También es necesario que aprendamos a trabajar juntos por el bien común y por las personas que tenemos cerca. Cuando trabajamos unidos, con ilusión y ponemos en el centro a la persona y el mensaje de Jesús, una utopía puede convertirse en realidad. Y esto es posible, porque Cristo está siempre presente y vivo entre nosotros. San Pablo también nos recuerda que «Él es nuestra esperanza» (cf.1Tim 1,1). Una esperanza que podemos llevar a los demás. Muy acertado es el lema escogido por Cáritas con motivo del año jubilar 2025: «Mientras haya personas, hay esperanza».
Queridos hermanos y hermanas, Dios quiera que las personas seamos transformadoras de nuestra realidad por amor a Dios y a los hermanos. Que Jesús, pan de vida, nos impulse a ser buen pan para los demás. Aprovecho para invitaros a colaborar económicamente en la colecta extraordinaria para Cáritas*, que se realiza cada año por Corpus Christi. Que Dios os bendiga a todos.
Etiquetas