"El ayuno es eficaz si nos conduce a encontrarnos con el Señor en la oración" Un parón para vivir la Pascua

Un parón para vivir la Pascua
Un parón para vivir la Pascua

"La Cuaresma nos tiene que ayudar a vivir con intensidad la Pascua. No caigamos en el error de gastar todas nuestras energías en la Cuaresma y dejar de vivir el gozo de la Pascua"

"La Cuaresma es un tiempo en el que, al tomar distancia de las cosas que a menudo nos distraen y al regalarnos más tiempos de desierto y de retiro, vamos poco a poco redirigiendo la mirada y la atención hacia aquello que vale realmente la pena"

"No hay auténtica oración ni conversión, si esta no nos conduce a la limosna, es decir, a la atención amorosa a los que más la necesitan, con nuestro tiempo y también con nuestros recursos"

El pasado miércoles iniciábamos la Cuaresma con la imposición de la ceniza. Hoy, primer domingo de Cuaresma, nos reunimos con los jóvenes de la diócesis en la basílica de la Sagrada Familia en la VI edición del Sent la Creu*. Este año contamos con la presencia del cardenal Luis Antonio Tagle, actual prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de Caritas Internationalis.

 A menudo decimos: «este año me voy a preparar para vivir con intensidad la Cuaresma.» La intención es muy buena, pero no es ese el objetivo. Es importante tener en cuenta que la Cuaresma es un tiempo de preparación para poder vivir en plenitud la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión de Jesucristo nuestro Señor. En efecto, su finalidad es introducirnos en la celebración del Misterio de la Pascua. La Cuaresma nos tiene que ayudar a vivir con intensidad la Pascua. No caigamos en el error de gastar todas nuestras energías en la Cuaresma y dejar de vivir el gozo de la Pascua.

 ¿Qué nos propone la Iglesia para este tiempo cuaresmal? El propósito principal es la conversión. Y ¿qué significa conversión? La palabra latina conversio (en griego, metanoia) significa voltear la cabeza, cambiar la mirada, cambiar la orientación de la vida. Sí, la Cuaresma es un tiempo en el que, al tomar distancia de las cosas que a menudo nos distraen y al regalarnos más tiempos de desierto y de retiro, vamos poco a poco redirigiendo la mirada y la atención hacia aquello que vale realmente la pena. Así pues, ¿qué es lo más importante?

Cuaresma
Cuaresma

 La Iglesia nos ofrece la respuesta: Jesucristo. Él es el único que nos puede liberar del mal y nos puede regalar la resurrección y la vida eterna. Es cierto que nos parece lejano y que es una cuestión que habitualmente no capta nuestra atención. Por ello, nuestra Madre, la Iglesia, nos propone dirigir nuestra mirada y nuestra atención existencial hacia Jesucristo.  

 El ayuno que nos propone la Cuaresma es un medio para renunciar a las cosas que nos distraen de lo fundamental. El ayuno es eficaz si nos conduce a encontrarnos con el Señor en la oración.

 No hay verdadera oración, no hay un encuentro con el Señor, si dicha experiencia no abre nuestros corazones, nuestra mirada y nuestras manos a los hermanos y hermanas que nos rodean, especialmente hacia los más necesitados. No hay auténtica oración ni conversión, si esta no nos conduce a la limosna, es decir, a la atención amorosa a los que más la necesitan, con nuestro tiempo y también con nuestros recursos.

 El papa Francisco, en su mensaje de Cuaresma**, incide en la importancia de la caridad activa hacia el prójimo. Hermanos y hermanas, os invito a leer sus palabras y a practicar la oración, el ayuno y la limosna. ¡Que el Señor nos conceda vivir una santa Cuaresma!


† Cardenal Juan José Omella

Arzobispo de Barcelona

Cuaresma
Cuaresma

Primero, Religión Digital
Volver arriba