"La alegría del camino que nos conduce a la Navidad" Un tiempo mariano

María
María

"El Adviento es un tiempo litúrgico en que nos acordamos de manera especial de la Virgen María. Y es que nadie como ella supo esperar la venida de Jesús con tanto amor y ternura"

"Empezamos este itinerario el día 8 de diciembre en el que celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María"

"Otra etapa en el camino del Adviento, acompañando a la Virgen María, tiene lugar el 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, madre y patrona de América. Y ya en los días previos a la Navidad, el 18 de diciembre, la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza"

"Estos días, pidamos a la Virgen que haga nacer a Cristo en nuestro corazón y en nuestras familias y comunidades"

El Adviento es un tiempo litúrgico en que nos acordamos de manera especial de la Virgen María. Y es que nadie como ella supo esperar la venida de Jesús con tanto amor y ternura. Jesús fue su alegría. Pidamos a la Virgen que estos días nos enseñe a salir al encuentro de nuestro Salvador.

Hoy quisiera proponeros que, acompañados de María, recorramos con alegría el camino que nos conduce a vivir intensamente la ternura y el amor de Dios revelados en el misterio de la Navidad. Durante nuestra ruta haremos un pequeño descanso para meditar sobre tres fiestas marianas del Adviento.

Creemos. Crecemos. Contigo

Empezamos este itinerario el día 8 de diciembre en el que celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Desde muy antiguo, la Iglesia cree que María fue preservada por Dios del pecado original para poder acoger en su vientre al Verbo hecho carne. María es la llena de gracia. En ella se manifiesta la victoria total de Cristo sobre el pecado. Su corazón siempre estuvo en sintonía con el proyecto de Dios, atenta a Él, a su familia y a las necesidades de los demás.

La Inmacualda Concepción. Tradición e historia - Omnes

Dios también quiere que nosotros seamos santos, que nos liberemos del pecado que nos encierra en nosotros mismos y nos aleja de Dios y de los hermanos. Quiere que nos dejemos inundar por el Espíritu Santo, de modo que sea Él quien guíe nuestras vidas. Quiere que, como María, llevemos a Cristo en nuestro interior y mostremos al mundo en nuestra vida diaria el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.

Otra etapa en el camino del Adviento, acompañando a la Virgen María, tiene lugar el 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, madre y patrona de América. Según la tradición, en los ojos de esta Virgen aparecen grabadas imágenes de personas de toda condición social y de todas las razas. Y es que nadie queda al margen del cariño y la cercanía de María. Ella quiere acogernos a todos bajo su manto. En este día podemos dirigir a la Virgen la hermosa súplica que recoge el himno de vísperas de esta fiesta: «Danos un pan que alcance a todos y una fe que se encienda por tus manos unidas, por tus ojos de estrella».

Y ya en los días previos a la Navidad, el 18 de diciembre, la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza. Cuando decimos que una mujer está en estado de buena esperanza, es porque está esperando con ilusión la llegada de un hijo. En esta festividad, María nos recuerda que todo el Adviento es un tiempo de espera y de esperanza. Un tiempo en que Jesús viene a nuestro mundo como un río de paz que llena de gloria a todas las naciones (cf. Is 66,12). Ella acompaña con su luz a todo el pueblo de Dios, hasta el fin de los tiempos (cf. Lumen Gentium, 68) y nos dice como al indio Juan Diego, de México: «¿Por qué tienes miedo? ¿Es que acaso no soy yo tu madre?»

Queridos hermanos y hermanas, pidamos a la Virgen que haga nacer a Cristo en nuestro corazón y en nuestras familias y comunidades. Que ella nos ayude a preparar los caminos del Señor y a anunciarlo a todo el mundo. Santa María, llena de gracia, esperanza nuestra, ruega por nosotros.

18 de diciembre: Nuestra Señora de la Esperanza - Alfa y Omega

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