"No podemos dejar a un hermano fuera. Hemos de ser manos, cabeza y corazón que traen esperanza porque derraman el aceite del consuelo en todas sus llagas sufrientes"
"Hagamos a los pobres protagonistas de su desarrollo, alentemos su esperanza"
"Nuestras instituciones educativas proponen unos métodos y una manera de vivir y de acercarnos a los demás que nada tienen que ver con imposiciones; crean una atmósfera en la que se respira santidad"
"Eduquemos en la santidad: es una verdadera revolución, es la verdadera provocadora de la reforma de la sociedad"
"La cultura actual está marcada por un subjetivismo grave. Esta marca se manifiesta en ese individualismo feroz de sálvese el que pueda y también en un fuerte relativismo"
"Muchas veces me he preguntado cómo hacer nacer el deseo mundial de fraternidad. Desde hace XXI siglos, en todas las épocas, la Iglesia ha sabido estar en medio del mundo reconociendo los valores de la cultura de su tiempo"
"No es posible educar sin testigos sabios que acompañen y en cuyas obras y palabras se vea la entrega propia"
"Una educación verdadera necesita hombres y mujeres que sepan y transmitan conocimientos, pero que sobre todo amen y se entreguen creando vínculos de comunión y de fraternidad"
"Como nos recuerda la nueva encíclica del Papa, la libertad solo puede desarrollarse si vivimos como debemos: unos con otros y también unos para otros. La libertad la alcanzamos y la debemos buscar juntos"
"En la situación que atravesamos, la Iglesia ha de hacer partícipe a la sociedad de la belleza con la que Jesucristo la impregnó. Y ahí emerge con fuerza la figura del testigo, que muestra que la educación es una obra de amor"
"Promueven un estilo de comunión que nos pide la colaboración de todos (obispo, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, asociaciones, movimientos, hermandades, cofradías, niños, jóvenes y adultos), para así manifestar que somos una Iglesia viva que camina con la belleza que le da ser Pueblo de Dios unido y en marcha"
"En la época nueva en la que ya estamos, hay gritos fuertes y no solamente barruntos de verdad. Hoy hay demanda de verdad. Tenemos la obligación de responder a esta demanda y de hacerlo sin miedos"
"No sé si habéis caído en la cuenta de que hoy reivindicamos mucho la libertad, pero muy a menudo lo hacemos al margen de lo que es la verdad de la persona humana que desea conocer y hacer lo que es recto y justo"
"La verdad del Evangelio cambia la vida cuando aceptamos que entre en nuestra existencia. Por eso, defender la verdad, proponerla y testimoniarla en la vida diaria son modos de caridad insustituibles"
"¿Cómo no educar para amar? Vemos que es urgente hacerlo en las diversas situaciones en las que vivimos los hombres, tanto de pobreza como de prosperidad, de divisiones y de encuentro, de muerte y de vida…"
"No solo hay que asegurar ayuda material, sino que hay que ofrecer sosiego, cuidado y escucha"
"Fuimos creados a imagen de Dios, que es Amor, para amar y no para explotar o expoliar"
"Tenemos que promover una educación que logre poner en el corazón del ser humano la urgencia del cuidado de la tierra, que se sienta y perciba en todas las partes"
"La pregunta que Dios hizo a Caín cuando este mató a su hermano, Abel, sigue teniendo actualidad para nosotros: «¿Dónde está tu hermano?»"
El coronavirus nos ha hecho experimentar a todos que somos vulnerables, pero también que está en nuestras manos reducir el peligro para otros
La sociedad tiene derecho a que los bautizados llevemos, en estos momentos de la historia, el mensaje de Jesucristo con energía y valentía. Nuestro mundo está hambriento y sediento de Dios. Sí, también allí donde pasas el verano. No se trata de imponer, sino de orientar
A través de una conversación con Marco Pozza, teólogo y capellán de la cárcel de Padua, trata de hacernos llegar el significado que tiene para nuestra existencia decir «creo en Dios», «creo en Jesucristo», «creo en el Espíritu Santo», «creo en la santa Iglesia católica», «creo en la comunión de los santos», «creo en el perdón de los pecados», «creo en la resurrección de la carne», «creo en la vida eterna», «creo en la resurrección de los vivos»...
En medio de este mundo, tan lleno de cosas y también tan lleno de contradicciones, he encontrado una vez más que en esta tierra hay una hacienda de la esperanza que es la Iglesia de Jesucristo
¡Qué maravilla! Donde la sociedad no ve futuro, los cristianos, los discípulos de Cristo están llamados a anunciar la fuerza de la Resurrección y lo tienen que hacer precisamente desde esta hacienda de la esperanza
En estos momentos que viven los hombres estamos llamados con urgencia a dar esperanza al estilo y a la manera de Jesucristo
Con esta pandemia necesitamos que la esperanza no acabe, que tenga fundamentos verdaderos, que perdure y no se agote en unos momentos. No podemos vivir sin esperanza
Quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza. Es el amor absoluto que nos da certezas absolutas, quien nos da y nos mantiene en la esperanza
Te invito a que entres de lleno a descubrir esta presencia de Dios en la historia, a ver y comprobar cómo ha sido su visita
En este tiempo, el ejercicio de la caridad tiene un protagonismo especial. Las consecuencias de la pandemia nos están mostrando la necesidad y la urgencia de la caridad
Hoy más que en ningún momento de la historia, hemos de pensar que todos los compromisos y responsabilidades que nos da la doctrina social de la Iglesia provienen de la caridad
En el inicio de Caritas in veritate se nos dice ya algo esencial: "La caridad en la verdad ... es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de la persona y de toda la humanidad"
El amor lleno de verdad, 'caritas in veritate', del que procede el auténtico desarrollo, no es el resultado de nuestro esfuerzo sino un don
"Una ley educativa expresa cómo se desea configurar un nuevo modo de entender a la persona y sus relaciones, cómo se quiere construir la convivencia, la escala de valores que deseamos que la sustente"
"Rechazamos visiones del hombre trasnochadas y basadas en el materialismo, el idealismo, el individualismo y colectivismo"
En este tiempo de pandemia, con tantos sufrimientos por la crisis sanitaria, por la crisis económica, por la crisis social, debemos dejar que resuenen en nosotros aquellas palabras de Jesús a los discípulos: «¡Dadles vosotros de comer!»
"Busquemos los recursos necesarios para garantizar una vida digna y con plenitud, que mire al presente y al futuro, que abra a los hombres a todos y también a Dios"
"En esta crisis sanitaria, que trae una crisis económica y que se hace crisis social, no se puede olvidar el lugar central de la persona"
"Bienaventurados si participamos en la construcción de la paz y de la justicia en este mundo, eliminando tensiones y dificultades, dejándonos guiar por una visión de la persona no viciada por prejuicios ideológicos y culturales, por intereses políticos y económicos que incitan al odio y la violencia"
"Golpeados por la pandemia, pedimos por los profesionales que siguen haciendo frente al COVID-19 día a día y por el trabajo de los investigadores, para que logren una vacuna pronto. Pero esta petición debe ir acompañada de un cambio de actitud personal: hemos de asumir que somos custodios de los demás"
"Entre todos veamos qué es más urgente y sumemos esfuerzos en la misma dirección para reconstruir nuestro mundo y hacer posible que sea mejor"
"Sembremos esperanza después del desconcierto, del sufrimiento y del dolor que tantos han padecido a causa de la enfermedad y padecen aún al ver su trabajo y su sustento en cuestión"
"Hemos de comenzar ya, sin reparos, la nueva época de la solidaridad donde se reconozca realmente la igualdad de dignidad de cada ser humano y contribuir todos a ello"