“Autofinanciación”


No, no hablo de la autofinanciación de la Iglesia. Animo lógicamente a poner la X en la casilla correspondiente de la asignación tributaria, pero ahora no quiero hablar de eso.

Yo hablo ahora de la “autofinanciación” de los sacerdotes, es decir, que los sacerdotes sean sostenidos por sus comunidades. Sacerdotes libres en el ejercicio de su ministerio sacerdotal como el Señor les ha llamado, sin interferencias institucionalistas ni cargas pastorales institucionalistas estériles, que frustran la realización del ministerio de los sacerdotes y hacen del ministerio algo totalmente estéril e inútil. Muchos sacerdotes, ante este panorama, optan por irse (unos 100,000 han dejado el ministerio desde los años 70 hasta el día de hoy), y otros optan por consumirse en él ("¿adónde iremos?"), ministerio que para nada es el sublime ministerio sacerdotal instituido por Cristo.

Para que se me entienda bien, digo que todos los sacerdotes, desde que salen del seminario, tienen que ser pastores (quiero decir “párrocos”, para aquellos que tienen mentalidad institucionalista) pastores de sus respectivas comunidades, comunidades ya instituidas o por constituir (no hay nada más estimulante y excitante que empezar desde cero a crear comunidades, que es por otra parte lo que están deseando todos los recién ordenados, y no consumirse en pastorales institucionalistas impuestas inútiles y estériles) y además, ser mantenidos por las mismas comunidades (a tenor de cómo tratan las comunidades a sus pastores evangélicos, podemos afirmar con rotundidad que están muy dispuestas a mantener dignamente a sus pastores).

Con sacerdotes pastores libres que puedan ejercer el ministerio según la llamada del Señor para ellos, sin interferencias institucionalistas de ningún tipo, se desplegarían naturalmente y sobrenaturalmente todos los carismas de cada uno, al servicio del Reino y de la evangelización. La Iglesia comenzaría a evangelizar...

Pero ¿por qué creo que esta posibilidad de pastores libres es absolutamente imposible en las actuales circunstancias institucionalistas? Pues porque la institución eclesiástica no puede permitir que nadie le haga sombra, ni remotamente (porque quedaría patente su absoluta inutilidad y esterilidad). Todos sabemos cómo hoy (y siempre) la institución eclesiástica ha estado y está bloqueando cualquier iniciativa venida de sacerdotes, laicos, religiosos o quien fuere, por muy santa y evangelizadora que sea, que pudiera hacerle sombra.

Por poner un ejemplo, nosotros estamos colaborando pastoral y gratuitamente en una cadena de radio, cuyos voluntarios, absolutamente profesionales en su quehacer, no reciben ninguna ayuda por parte de la institución eclesiástica (y tienen que complementar, por tanto, su ministerio radial evangelizador con su trabajo ordinario, que es el que les da de comer a ellos y a sus familias) y no reciben ninguna ayuda porque la institución eclesiástica no puede permitir que se haga sombra a los medios de comunicación oficiales eclesiásticos, que nadie ve ni oye, y con los que la institución eclesiástica (y por tanto también el resto de la Iglesia) pierde millones de euros (o de dólares, da lo mismo, porque en todos los países ocurre lo mismo, el pecado es institucional y por tanto universal).

La libertad pastoral y la independencia personal de los sacerdotes es algo que se dará en el futuro, se quiera o no se quiera. O se les da la libertad y la independencia, o se la acabarán tomando ellos mismos (como, por otra parte, el Señor se tomó para sí la unción mesiánica y el sacerdocio verdadero, en un acto de soberbia y de insumisión increíbles), en libertad evangélica.

Menos casamiento para los sacerdotes y más dignificación del ministerio sacerdotal.

Libertad pastoral y "autofinanciación". Aquí está la madre del cordero...
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