Campamentos de verano


Recuerdo cómo hace como mínimo unos veinte años empezaba a conocerse por la institución eclesiástica el malestar de los seminaristas y de los pequeños sacerdotes, que eran obligados a atender ese tipo de "pastoral infantil y juvenil" que consistía en organizar actividades veraniegas y de "campamentos de verano" supuestamente religiosos o eclesiales o como se les quiera llamar, para niños y jóvenes, supuestamente con un carácter evangelizador...

Confieso que hay pocas cosas que todavía me den más alergia personal y pastoral que ésta: ¡Ponernos a entretener a los hijos de otros, teniéndonos que estrujar el cerebro para mantenerlos entretenidos, mientras los padres se van de vacaciones! ¡Y encima, exigiendo las máximas garantías de seguridad para sus hijos, sin pagar un centavo por ello!

Me viene a la mente hoy este tema, al haber recibido la trágica noticia de que otro sacerdote conocido ha sido acusado de abusos a niños, producidos supuestamente hace veinte años...

Estamos cosechando las tremendas consecuencias de ese gran desatino pastoral de convertirnos en las "niñeras" de los hijos de unos padres que, en la mayoría de los casos, como lo demuestran las estadísticas, están en el fondo poco o nada preocupados por su fe ni la de sus hijos...

La Iglesia ha dejado de ser Madre, para convertirse en la Gran Niñera...

¿Despertaremos alguna vez de esta pesadilla pastoral o seguiremos en la decadencia complacida en la que estamos?
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