Estructuras de integración para los cristianos evangélicos dentro de la Iglesia Católica (II)


Hay varias razones por las cuales considero que a los cristianos evangélicos (serios) les puede interesar integrarse en la Iglesia Católica manteniendo al mismo tiempo su identidad. Me refiero a los evangélicos serios, tanto pastores como sobre todo fieles, sinceros, bienintencionados y verdaderos creyentes, que quieren alabar y bendecir al Señor "en espíritu y verdad". No son la mayoría, pero los hay, y algunos son líderes con muchos seguidores y de gran influencia social...

No estoy hablando de los pastores fundamentalistas cuya intención sólo es, en el fondo, el atolondrar lo más posible a su (pobre) gente, para que haciéndoles incapaces de pensar serenamente, poder sacarles así el diezmo y más, y enriquecerse a su costa...

Tampoco estoy hablando de los fanáticos neuróticos "religiosos evangélicos" que están muy perdidos en unas creencias y enseñanzas fanáticas, que les tienen atrapados, y además gastando ingentes cantidades de dinero, para seguir enriqueciendo a sus pastores-engañadores...

Me refiero a aquellos pastores y fieles cristianos evangélicos serios que, porque tienen una experiencia verdadera de Dios, alaban y bendicen al Señor. Es por esta razón por lo que estos cristianos evangélicos serios pueden estar preparados para discernir los "signos de los tiempos", conocer la voluntad de Dios en lo que respecta a la unidad de los cristianos, y poder hacer un examen de conciencia sosegado y en paz, y distinguir "el trigo de la paja" de su vivencia cristiana.

Su "trigo", esto es, lo que tiene de válido y verdadera su vivencia cristiana de la fe, es esa experiencia gozosa de la presencia del Señor y de su poder en sus vidas, y el poder de su Palabra. De ahí brota esa alabanza y adoración sinceras que los evangélicos serios hacen y viven en sus celebraciones. Experiencias y vivencias que se materializan en unos bellos cantos cristianos que todos, católicos y no católicos, hemos cantado más de una vez en nuestros propios eventos, porque son cantos nacidos de una verdadera experiencia de Dios.

También en el "trigo" de la vivencia cristiana de los evangélicos (serios) está la importancia y puesta en primer lugar de la Palabra de Dios, dedicando toda su energía espiritual, tiempo y dedicación a meditarla y transmitirla de forma muy moderna y muy insertada en la vida real de las personas.

Igualmente, en el "trigo" de la vivencia de la fe de los cristianos evangélicos serios (no de los fanáticos atolondrados, insisto) están esos eventos en los que se experimenta el poder de Dios, de forma apasionada pero no atolondrada, ni neurótica, ni fanática, en los que se experimenta la sanación de Dios, su liberación y su bendición en todas las áreas de la existencia humana. Los cristianos evangélicos serios están cansados de que se "hable de Dios", y quieren "experimentar" el poder de Dios. Los evangélicos serios están cansados de palabras. Y muchos católicos, también...

También tienen en su haber su forma moderna de organización, su flexibilidad para responder a las necesidades reales de las personas y de los necesitados, la multitud de centros de evangelización y desarrollo que tienen alrededor de todo el mundo, la moderna y enfocada utilización de los medios de comunicación en los que son maestros (mientras que nosotros nos volvemos a enredar una y otra vez en medios de comunicación generalistas y de opinión, que cada dos por tres tenemos que cerrar o que reconstruir de pies a cabeza, desde el famoso Diario Ya, hasta TV13 o la Cope...).

Y ahora vayamos con la "paja", con aquello en lo que nuestros hermanos evangélicos "flaquean" en su fe.

Lo primero que se echa de ver en la fe evangélica, tanto de hispanos como de americanos, aunque a estos últimos les cueste más reconocerlo, es la fragilidad de su doctrina, la liviandad de su teología de base. Tienen un pequeño tratado de "teología sistemática" que llaman ellos, y poquito más. Los estudios que en general reciben los pastores evangélicos son tremendamente simples, orientados en su mayor medida en memorizar versículos de la biblia y a interpretarlos cada uno según su conveniencia. Y todo ello en un contexto teológico, como digo, muy frágil. Y además no tienen criterios de discernimiento, no saben dónde está "la verdad" y donde el error en su profesión de fe. Cada pastor dice lo que le parece, con la tentación de debilitar la verdad de Dios, para atraer más fieles a sus iglesias. No tienen criterios de autoridad, cada pastor va por libre, y los líderes se agrupan (esto es, los que más dinero tienen, o los que gestionan un templo con mayor número de fieles), para imponer su criterio. Pero de esta forma, ¿cómo podemos estar seguros de avanzar en la verdad de Dios?

Y hay puntos fundamentales en los que los cristianos evangélicos están perdidos completamente. Y uno de ellos es el origen de sus iglesias. Muchos piensan que sus iglesias cristianas fueron fundadas por el mismo Cristo, por medio de los apóstoles y de la actividad apostólica en los primeros tiempos de la Iglesia. La Iglesia Católica vendría ser en sus orígenes una iglesia cristiana más, que acabó por imponerse a las demás iglesias cristianas, que quedaron " oprimidas " por la "prepotencia" de la Iglesia Cristiana Católica, que adquirió su primacía sobre todas las demás iglesias cristianas. Ellos vendrían a ser los herederos de aquellos primeros cristianos "oprimidos" por aquella prepotente Iglesia Cristiana Católica. Esta eclesiología, como ya dije en otra parte, no se la cree nadie. Los cristianos evangélicos serios tienen que tomar conciencia de su procedencia, de sus orígenes históricos, y de los sucesivos cambios que su doctrina ha ido teniendo a lo largo de los siglos, relativizándose, por tanto, cada vez más la solidez y fundamentación de su creencia. Demasiados líderes a lo largo del tiempo han ido interviniendo en la modificación de su doctrina, separándose, por tanto, más y más del original sentir y querer de Jesús.

Y lo mismo en el tema de la Biblia, en el que se creen muy fuertes. Muchos de ellos no conocen los orígenes y la procedencia de sus distintas versiones de la Biblia. Creen que su Biblia "procede directamente de Dios". Algunos llaman "el original" a versiones de la Biblia que datan del siglo XVII. ¿Cómo se puede dar autoridad a aquello que ha ido cambiando sucesivamente a lo largo de la historia y sin criterios de autoridad que los autentifiquen? Y además no conocen el verdadero nombre bíblico de Dios... ¿Cómo se puede alabar correctamente a alguien de quien no se sabe su verdadero nombre?

Además, muchas de las razones que separan a los evangélicos de la Iglesia Católica, no son tanto cuestiones doctrinales fundamentales, sino malinterpretaciones fruto de una reacción, a veces muy justificada, contra ciertas prácticas exageradas que muchos católicos realizan en su vida de fe. Pensamos, sobre todo, en las devociones particulares exageradas a los santos, o la devoción también exagerada de algunos a la Virgen María nuestra Madre, a la que casi "idolatran", exceso que ha llevado incluso a la Iglesia Católica a comenzar desde hace tiempo la catequesis sobre la verdadera devoción a la Virgen. Además, los cristianos evangélicos confunden "intermediarios" con "mediadores" (nos critican de que ponemos muchos "intermediarios-obstáculos" entre Dios y los hombres) y se escandalizan de que muchos católicos no dan casi ninguna importancia a las realidades espirituales, como por ejemplo los espíritus y el mismo demonio, en cuya existencia e influencia muchos católicos, y no solo los católicos de a pie, no piensan ni creen lo suficiente (y pueden tener mucha razón, a tenor de las críticas que recibió el nuevo Ritual de Exorcismos, 1999, al que el padre Amorth, el exorcista más conocido de Roma, llegó a calificar como de auténtica "farsa").

La integración dentro de la Iglesia Católica de los cristianos evangélicos serios, manteniendo su identidad, pero corrigiendo lo que deben de corregir ---¡también por nuestra parte mucho tenemos que corregir!---, les daría la sensación de "volver de nuevo a casa", su casa, les quitaría la pesada sensación de estar perdidos y "por libre", apartados de la viña del Señor, les daría referencias doctrinales sólidas, más allá del carisma y de la opinión del pastor de turno, para saber si progresan verdaderamente en el camino espiritual, y se ampliaría enormemente su cuerpo doctrinal, recuperando todo aquello de lo que se les había privado por la interferencia de todos aquellos que fueron afectando la integridad del contenido de la Revelación. Además, su influencia benéfica serviría para corregir los excesos que muchos católicos cometen en su vivencia de la fe, deformando su verdadero sentido, animando a todos a la albanza y adoracion al Señor "en espíritu y verdad".

Por eso insisto en proponer la creación de estructuras de integración para los cristianos evangélicos (serios) dentro de la Iglesia Católica, y respetando su manera de vivir la fe, preservándoles, en la medida de lo posible, del peso de unas "estructuras eclesiásticas" que les podrían caer encima como un "fardo" insoportable de cargar....

La influencia vivificadora que tendrían los cristianos evangélicos (serios) dentro de la Iglesia Católica, manteniendo su identidad y su forma de vivir la fe, sería impresionante...
Volver arriba