Será una renovación radical de nuestra espiritualidad la base de la refundación de nuestra fe? (y II)


Como decíamos en nuestro post anterior acerca de la crisis actual de las religiones oficiales, si partimos del hecho de que primero es la espiritualidad y después viene la religión, y de que la espiritualidad es una realidad intrínseca y por tanto necesaria para el ser humano, podemos concluir que la crisis actual de la Religión tiene por causa fundamental una crisis de un modelo de espiritualidad que, a la postre, se ha demostrado poco acogedor, por decirlo finamente, de las inquietudes y necesidades profundas del ser humano, fuera del prejuicio eclesiástico establecido para él.

A raíz de la deriva institucionalista en el seno de la Iglesia (con el surgimiento de un poder eclesiástico controlador y de sometimiento), y todo ello potenciado por la controversia con los luteranos, "contra" los que había que afirmar que la Eucaristía es el verdadero Sacrificio, el único Sacrificio de Cristo en la Cruz en forma sacramental incruenta, pero Sacrificio, (todo ello se potenció desde todas las áreas y campos de la creatividad humana; no hay más que ver las procesiones de Semana Santa y su iconografía tridentina intencionadamente impactante; no tenemos procesiones equivalentes en honor a la Resurrección de Cristo y a Cristo resucitado) los tintes espiritualistas masoquistas y autolesivos se impusieron totalmente sobre las consecuencias renovadoras y vivificadoras de la Resurrección de Cristo en nuestras vidas, actualizadas por la fe.

Se impuso "lo que se ve" frente a "lo que no se ve" ---"No está aquí: ¡Ha resucitado!"---: La sangre, la muerte, el sufrimiento, la destrucción, el dolor, las lágrimas, la enfermedad, la agonía, la oscuridad, las tinieblas. "Tenemos" que sufrír con Cristo, para reinar con él en el "más allá". Por lo pronto, en el "más acá" transitamos cabizbajos por "este valle de lágrimas…"

A esto se suma una acentuación prevalente de las experiencias místicas neuróticas y alucinatorias (dando por hecho la realidad de las experiencias místicas de nuestros grandes santos, este tipo de fenómenos se pueden inducir fácilmente en los demás casos, estimulando adecuadamente el lóbulo temporal derecho del cerebro, en el sistema límbico) en la vivencia espiritualista cristiana. Se potencia un espiritualismo de fenómenos neuróticos (¨Señor aparécete aunque no seas tú...¨) que al menos, a día de hoy, se muestra como un ejercicio espiritualista cuanto menos ingenuo, desde el punto de vista de una espiritualidad madura, no necesidada de manifestaciones directas de la divinidad.

Sometimiento, sufrimiento, neurosis. Éstas son las claves de la espiritualidad que se ha estado promoviendo en Occidente desde hace aproximadamente 1500 años...

Y lo más increíble es que este tipo de espiritualismo se sigue promoviendo hoy día! Recuerdo hace tiempo una conversación que tuve con una enfermita de cáncer, que tuvo a bien buscar consuelo para su dolor físico y moral en las supuestas ayudas que se estaban dando a las mujeres enfermas de cáncer. Para su mayor inri, el único mensaje que encontró por parte de las personas que dirigían ese taller era: cargar con la cruz, expiar los pecados propios y ajenos, no lamentarse porque el Señor te ama porque te ha envíado esa bendita enfermedad, solidarízate con los que están igual o peor que tu (no seas egoísta), y más lindezas de ese tipo... Y para acentuar más su "pedagogía", se ofrecian audios en los que se podian escuchar este tipo de mensajes, pero aderezados además con música adecuada, para terminar de "aclarar" aún más el mensaje. ¡Benditos abordamientos puramente psicológicos del dolor humano que no nos traerán la Salvación eterna, pero aquí al menos nos traen un consuelo que fácilmente nos evoca y recuerda la intencionalidad profunda y primera del Señor: "Consolad a Jerusalén, consolad a mi pueblo...".

Ante esta situación, ante esta insistencia en este tipo de mensajería de sometimiento, sufrimiento y neurosis en la que se insiste recalcitrantemente, muchos interrogantes y sospechas vienen a mi mente, que dejo al amable lector para su indagación personal...

Luego nos quejamos de que la "espiritualidad" oriental y budista se esté imponiendo entre nosotros! ¿Que por qué la meditación oriental está invadiendo el occidente cristiano? Pues sencillamente, porque al bienestar, la compasión, y la autoestima que aquella promueve, nosotros ofrecemos sometimiento, autodestrucción y neurosis. Verde y con asas...

Yo por mi parte no hago más que dar gracias a Dios por los descubrimientos científicos, y en nuestro caso, por los descubrimientos científicos en el área de la Psicología, de las neurociencias, y dentro de ellas, el área de la fisiología de los estados de conciencia. Las Ciencias realmente nos traen un rayo de luz, y curiosamente, nos acercan más al auténtico plan de Dios de Salvación para el hombre. Conociendo más el ser humano, conocemos más al "ser humano Jesucristo", y nos adentramos, desde perspectivas realistas, al misterio de la Encarnación y sus consecuencias liberadoras y restauradoras para el hombre, en todas las áreas de su existencia material, humana y espiritual, actualizadas por su fe.

Desde la fisiología de los estados de conciencia podemos vislumbrar el poder de la fe y el poder, por tanto, de aquellas afirmaciónes del Señor en las que éste encomiaba la fe de la persona que se acercaba a él pidiendo su milagro: «En verdad os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe...»

En mi práctica diaria de pastor máster especialista, no voy a ahorrar en lo más mínimo ningún consuelo para el Pueblo de Dios que busca sanidad, que busca ser vivificado y ser restaurado a la luz de la Pascua de Cristo, actualizada por su fe.

Vivencia de una espiritualidad radicalmente pascual. ¿Será éste el fundamento de la nueva espiritualidad de bendición que se avecina?

Rev. Andrés A. Fernández
Máster Especialista en Hipnosis Clínica Profesional
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