Educar en una fraternidad universal, de Laudato Si´ a Fratelli Tutti “¿Dónde está tu hermano?”

“¿Dónde está tu hermano?”
“¿Dónde está tu hermano?”

La voz de Dios sigue resonando hoy en día, más allá de las primeras páginas del Génesis. Una pregunta que nos interpela a cada uno de nosotros, y ante la que no podemos guardarsilencio.

La voz de Dios sigue resonando hoy en día, más allá de las primeras páginas del Génesis. Una pregunta que nos interpela a cada uno de nosotros, y ante la que no podemos guardar silencio: ¿Dónde está tu hermano?

Vivimos una grave situación definida por una crisis económica, sanitaria y ecológica. Hemos comprendido la vulnerabilidad del ser humano y sus limitaciones, frente al progreso de la ciencia y la tecnología, que parecían no tener fin.

Pero la luz de la esperanza ha brillado durante este oscuro escenario de emergencia, cuando hemos visto infinidad de pequeños gestos de cuidado mutuo. Como define la Encíclica Laudato Si´ (231) estos deben ser el pilar sobre el que se constituya un verdadero desarrollo. Y que incluye el cuidado de la naturaleza, como una parte más de la realidad del ser humano, pues es donde vivimos.

Para construir una verdadera fraternidad universal, debemos entender que todo está conectado, y que ello pasa por el cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con los demás y la naturaleza. Esta idea de convivir como verdaderos hermanos, no es nueva, desde los tiempos del Concilio Vaticano II ha ido construyéndose en el Magisterio Social de la Iglesia por los distintos pontífices, hasta llegar a Fratelli Tutti, que nos anima a continuar por un camino que la haga posible.

Construir este escenario, depende de cada uno de nosotros y nuestras contribuciones. Pues como señaló Pablo VI, la paz y la fraternidad, no es algo que cómodamente se goce y se disfrute. Se debe construir, educar y trabajar por ello, con los valores de verdad, justicia, amor y libertad.

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