En la Iglesia de Santa Ana-Hospital de Campaña Memoria de los muertos olvidados

Memoria de los muertos olvidados
Memoria de los muertos olvidados

70 personas murieron en Barcelona sin hogar

Difuntos 2020-1

La celebración de los fieles difuntos en Santa Anna de Barcelona tiene un tono un poco peculiar. Cada año hacemos presentes a los que murieron olvidados especialmente en las calles, algunos en hospitales. La memoria sabe a resurrección y tiene un indudable efecto sanador.

Una mujer que ha vivido año y medio en la calle me decía. “Cuando ahora recorro con mi vista este recuerdo de las zapatillas vacías y el nombre de cada uno de los difuntos pienso que mi nombre podía estar hoy ahí, junto al de ellos. En las noches en la calle, en el miedo en la oscuridad, pensaba que si yo me moría nadie me recordaría”. Así es la historia de tantas soledades, de tantas vidas descartadas. Porque lo que más pesa del fracaso es el desamparo de las ausencias.

Dos jóvenes de los que están en esta lista les mataron en la calle. Ambos eran migrantes vinieron soñando futuro. Uno con 23 años murió apaleado en la calle, asesinado por alguien que mató otras tres personas sin hogar. Era asiduo a nuestro pequeño Hospital de Campaña y su alegría semanal era ponerse las botas de deportes para un partido de fútbol con un grupo de voluntarios. Hoy sus zapatillas están vacías. El otro de nuestros amigos apenas tenía 18 años y tras un proceso de tutela vivía en la calle, otro joven le degolló de forma inesperada. Un nuevo fracaso, alguien llorará en la lejanía.

Una mujer se detiene ante una de las pequeñas lápidas de este pequeño camposanto improvisando de pequeñas luces. Cae de rodillas y llora. Es su hijo muerto en la calle. Cuando se recupera nos entrega pequeños regalos: una pulsera o pitillera. Pequeños sacramentos de su maternidad. Nos dice, “pensaba que nadie recordaba ya a mi hijo, y al ver su nombre aquí me he emocionado”. “Gracias por recordar

El viejo sheol judío era el lugar del olvido. La memoria de los vivos no solo es un recate de la amnesia, no es simplemente un consuelo de desahogo. San Pablo decía "Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios" (Col 3,3). La memoria es agradecimiento de lo recibido y compartido. La memoria es gestante de la esperanza que no defrauda.

La memoria anamnética (rememorativa) de las víctimas y de los olvidados es una rehabilitación de su dignidad despojada y una recuperación de la esperanza en quien puede darla más allá de la muerte y nos compromete más acá en la vida. “Haced esto en memoria mía” y en esta rememoración estamos.

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