Pixar entra en la dimensión espiritual con una de sus películas más completas en fondo y forma 'Soul', el reto de representar el alma

"Soul". El reto de representar el alma
"Soul". El reto de representar el alma

"La animación al límite del más allá y el más atrás"

“Soul se adentra con arrojo en el océano de lo religioso. ¿De qué trata la vida? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Cómo representar el alma?"

La BSO toma como el punto de partida en la música electrónica y la inspiración permanente del jazz con temas clásicos como “Cristo Redentor”, “Spiritual Connection” o “Body and Soul”

"A pesar de las limitaciones, por exigencias del guion audiovisual hay una fuerte reivindicación de lo espiritual, terreno ciertamente interreligioso"

No hay película espiritual sin el intento de mostrar el alma. Esta vez la intención está en el mismo título. Una de las películas de Pixar más completas en fondo y forma. Porque de eso se trata en los dibujos animados, poner al dibujo alma es más que ponerle movimiento, es conferirle identidad personal, personaje. Y en este caso se nos muestra que la chispa de la vida es más que el propósito de lo que hacemos. Que venimos de un más atrás y vamos a un más allá. Donde cada ser humano es único e irrepetible, llamado a poner sentido en su vida en medio de las oscuridades. Un melodrama en torno a la segunda oportunidad en la misma línea de ¡Qué bello es vivir!

Las películas no son un tratado de teología ni una catequesis. Son, principalmente, historias para entretener, Disney dixit. En este caso tiene varias pretensiones; además de ganar dinero, claro. Por una parte, al estilo Pixar, intenta captar al público familiar: atrapando a los niños, fascinado a los adolescentes y dando algo que sentir y pensar también a los adultos. Además, para esta época pretende ganarse a la mayoría cultural afroamericana sabiendo que con los hispanos de Coco (2017) son nichos de mercado por explotar. Dicho esto, Pete Docter es la cabeza pensante y metafísica en la factoría.Mostruos SA (2002), Up (2009) y Del revés (2015) ya nos han avisado que “habita en un lugar entre lo material y lo espiritual”.

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Esta vez “Soul” se adentra con arrojo en el océano de lo religioso. ¿De qué trata la vida? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Cómo representar el alma? Las reglas impuestas para garantizar que sea para todos los públicos nos dos: no ha de aparecer ni escucharse a Dios y ninguna religión se debe sentir herida. Lo más una luz trascendente y atrayente al final de una subida postmortal. Marcado este terreno de juego “Soul” derrocha capacidad simbólica y adaptación temática a las grandes cuestiones últimas.

Los personajes. Joe un profesor de música afroamericano en un instituto público que tiene como propósito último formar parte con su piano de un grupo de jazz. 22, un alma no nacida que se resiste a llegar a un mundo que se imagina como aburrido. Dorothea una saxofonista negra y sabia. Moonwind, un mago astral cuya alma se suele separar de su cuerpo, a veces. Los Jerrys una especie de consejeros picassianos que educan a las almas en formación con la ayuda de mentores de reconocida valía. Y la madre de Joe, una modista que quiere que su hijo artista siente de una vez la cabeza.

Los mundos. El más acá, el New York del ajetreo, los rascacielos y, sobre todo, el jazz. Y el Más allá apenas entrevisto como el lugar luminoso tras de la vida y de la muerte. El Más atrás donde se desarrolla parte de la acción en un “Seminario del Tú” que prepara a las almas para que se encarnen. Además, el Portal Terrenal, un agujero en el espacio-tiempo por el que se lanzan las almas nuevas a la tierra.

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La animación. Clásica y detallista para el más acá. En el más allá lineal y geométrica, cerca del génesis de Disney de su primer Mickey Mouse, sencilla y marcada por la preponderancia del azul recortado con fucsia y dorado con una simplicidad asombrosa, aparentemente infantil. La zona oscura, en negros de descenso y las almas perdidas como grandes borrones. Y la zona mística que se eleva el tono celeste y luminoso cuando se aprende a jazzear, lo más parecido al estado de conciencia alterado.

La BSO toma como el punto de partida en la música electrónica y la inspiración permanente del jazz con temas clásicos como “Cristo Redentor”, “Spiritual Connection” o “Body and Soul”. Sirve para acompañar los viajes entre el cielo y la tierra. Las alusiones al cine también se siembran como las hojas secas de ”American Beauty” y la pluma de "Forrest Grump”  

Desde el punto de vista cristiano algunas pegas. La resistencia a que aparezca el Donante. Cierta concepción vehicular y dualista del cuerpo para el cual el alma debe sacarse el carnet de conducir. Desde ahí la transmigración de las almas en sus viajes astrales o en sucesivas encarnaciones incluso gatunas. Cierto temor al más allá comparado con lo bueno del más acá. Sin embargo, como la representación del alma es problemática para sostener la identidad, aquí tenemos al alma de Joe tocada con su sombrero y equipada con sus gafas, los restos externos-internos de su corporalidad de personaje de carne y hueso. La forma corporis se resiste a lo etéreo, a lo invisible.

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A pesar de las limitaciones, por exigencias del guion audiovisual hay una fuerte reivindicación de lo espiritual, terreno ciertamente interreligioso. Pero sin los excesos de la caverna platónica, los sentidos del cuerpo (gusto a pizza, oído a jazz, tacto al viento -aunque sea del aire viciado del metro- y vista de la belleza) apuntan al sentido del alma. La decisión personal que es más que el propósito de lo que intentamos conseguir. Más que tocar en la mejor banda de jazz, lo esencial es tocar para disipar las sombras de las almas en pena. Además de asomarse a la ventana del después de la muerte, tan cerca de ladrillos sueltos, motos desbocadas o despistes ilusionados.

“Soul” es más implícita que explícita, más incompleta que resolutiva, más misteriosa que cerrada. En ella hay una fuerte reivindicación del Tú. No se trata de la pareja amorosa, sino de la amistad sacrificial donde cuando se pierde la vida, se gana una segunda oportunidad. Vayamos al seminario del Tú.

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