Congreso de iglesias abiertas en Santa Anna, organizado por Mensajeros de la Paz Veo la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla

Veo la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla
Veo la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla

Lima, Buenos Aires, Palermo, Asunción, Ammán, Ciudad de México, Madrid, Manresa y Barcelona

Allí está la iglesia. En medio de los basureros de la capital de Paraguay, entre los migrantes de todos los colores y lenguas de la Misión de la Esperanza y la Caridad de Palermo, entre los refugiados sirios en Jordania, entre los más pobres de los pobres de la capital mexicana, en los asentamientos informales de las villas miseria de Buenos Aires, con las familias y niños vulnerables de Manresa o con los sintecho en medio del turismo y la opulencia de Madrid y Barcelona

De la mano de Mensajeros de la Paz nos reuniremos en la parroquia de Santa Ana deBarcelona del 11 al 14 de octubre un grupo de iglesias que hemos escuchado la provocación del papa Francisco. Fue en una entrevista justo al comienzo de su ministerio petrino: «Veo con claridad —prosigue— que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental».

Allí está la iglesia. En medio de los basureros de la capital de Paraguay, entre los migrantes de todos los colores y lenguas de la Misión de la Esperanza y la Caridad de Palermo, entre los refugiados sirios en Jordania, entre los más pobres de los pobres de la capital mexicana, en los asentamientos informales de las villas miseria de Buenos Aires, con las familias y niños vulnerables de Manresa o con los sintecho en medio del turismo y la opulencia de Madrid y Barcelona.

Un grupo de mujeres de Ciudad de México, uno de los responsables antes acogido de los Hogares de Cristo de la capital Argentina, profesionales de la medicina, trabajadores y educadores sociales, psicólogos, comunicadores, migrantes de distintos orígenes y destinos, el padre Ángel, sor Lucia Caram, la hermana Viqui Molins, Dom Pino Vitrano colaborador de Fratel Biagio, el arzobispo Carlos Castillo, curas en medio de los pobres, miembros del dicasterio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, religiosas y voluntarios de las fronteras compartiremos encuentros y la mesa de los empobrecidos. Intentos, fracasos, prácticas y proyectos formarán parte de un intenso programa.

Entre los actos más significativos. Una mesa redonda abierta al público con los representantes de las distintas experiencias, una eucaristía presidida por el cardenal Omella, un concierto de músicas del mundo, una cena del memorial “Joan Carrera” con el arzobispo de Lima Carlos Castillo y la presentación del proyecto “Hacer teología desde las periferias existenciales”.

Lo más sugerente. Se abre paso una iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle. Licenciada en fracasos, pero con la esperanza de los pies desnudos y el Evangelio en la mano. Escuchando el latir del sufrimiento, pero acogiendo la debilidad de las semillas.

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