Salvar y salvarse.

A Dios le corresponde salvar a las personas que son buenas, eso no lo dude nadie. Misericordia tendrá para las personas que no son tan buenas pero no llegan a malas, con las malas eso ya queda en manos de Dios.

Pero de poco o nada sirve predicar la salvación mediante la Fe, cuando veo a uno predicando esto sin duda es un necio. Fe tenía el mismísimo diablo y se perdió. La gente no se puede salvar por tener Fe, se salva si Dios tiene misericordia sobre ellos. Pero tengo bien seguro, que quienes se salvan no son los que tienen tanta Fe, sino aquellos que salvan a su prójimo porque esos mismos, aunque no crean en Dios, son semejantes a Dios y son hermanos de corazón de Dios porque comparten el proyecto de Dios.

Uno puede salvar a su prójimo de muchas formas: de la pobreza, de la calle, del alcoholismo, de las drogas, de la ignorancia, etc, de cualquier perverso infortunio. Y si lo hace desde su corazón aun es más parecido al mismísimo Dios y son ellos mismos la propia gloria de Dios. Pero no consiste en echar unas monedas a una ONG o fundación, consiste en uno mismo implicarse desde el propio corazón, así la labor y la intención es aun más pura y parecida a lo que mueve a Dios.

¿Predicar? Déjense de predicas, sean ustedes mismos ejemplo de Dios y es suficiente. Púlpitos hay muchos y diversos y se descristianiza la sociedad. O somos ejemplos de corazón de Dios o aspiramos ¿a qué? A zampar hostias en la misa católica sin hacer nada de corazón, a bailar como idiotas en ceremonias evangélicas o fingir posesiones diabólicas, a ser inútiles paseantes como los Testigos de Jehová que pasean de un lado para otro tirando el tiempo, etc. Lo siento, pero Dios no es ningún narcisista que necesita que todos le alaben un día si y otro también, Dios ya se conoce demasiado bien. Pidió amor para él y para el prójimo, no pidió más, y pidió salvar al prójimo de todos los infortunios posibles. Solo así se hace un mundo mejor. Solo así se convierte este mundo en el reino de Dios. Ni Apocalipsis, ni fines del mundo ni leches. Dejémonos de bobadas y usemos nuestro corazón y nuestros talentos para hacer de este mundo un sitio mejor.
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