En la austral arquidiócesis de Puerto Montt En Chile se suicida sacerdote y deja carta que investiga la fiscalía

En Chile se suicida sacerdote y deja carta que investiga la fiscalía
En Chile se suicida sacerdote y deja carta que investiga la fiscalía

La primera información oficial indica que el presbítero Juan Carlos Hernández Mansilla fue encontrado muerto en el pasillo de su casa y que la causa de su fallecimiento habría sido un suicidio. La policía descartó de inmediato la acción de terceras personas.

Consternación y dolor hay en sectores de comunidades cristianas de Puerto Montt, especialmente entre quienes estimaban al sacerdote por haber tenido siempre valientes actitudes en favor de la justicia en casos de abusos sexuales de compañeros clérigos en su arquidiócesis.

El presbítero Juan Carlos Hernández Mansilla, de 61 años de edad, párroco de la parroquia San José Obrero, en Villa Cordillera, fue encontrado muerto este jueves 20 de octubre, en un pasillo de la casa parroquial que habitaba,  en el barrio Mirasol, en el oeste de la ciudad de Puerto Montt, a mil kilómetros al sur de Santiago de Chile,

Según Emergencias y Noticias Al Minuto, medio local con fanpage, informó que "Carabineros recibió una llamada que daba cuenta que se había encontrado el cuerpo sin vida -aparentemente por causa de suicidio- de un padre, un cura párroco perteneciente a esa comunidad".

En conocimiento del hecho, el Ministerio Público instruyó que los peritajes queden en manos de detectives de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Puerto Montt.
En primera instancia, se informó que el cuerpo no presentaría lesiones atribuibles a terceras personas, lo cual deberá ser corroborado por el Servicio Médico Legal (SML) que examinará el cuerpo. El mismo medio dio cuenta que el sacerdote había dejado una carta que está en manos de la policía.
Por su parte, en un escueto comunicado de la iglesia local que dirige el arzobispo Fernando Ramos, donde no se incluyen datos biográficos ni circunstancias de la muerte, dice:
"El arzobispado de Puerto Montt comunica el sensible y trágico fallecimiento del Pbro. Juan Carlos Hernández Mansilla, sacerdote de esta Arquidiócesis". Añade que "Manifestamos nuestros sentimientos de dolor a su querida familia y a las comunidades que servía con tanta dedicación", y "Pedimos al Señor de la Vida por su descanso eterno e invitamos a todos los fieles a rezar por él".

Información recogida por Religión Digital, indica que Hernández Mansilla era un sacerdote querido por un grupo de la iglesia de Puerto Montt pero nada considerado por otro sector, especialmente entre el clero que goza de mala fama en la arquidiócesis.

Hernández estudió en el Seminario de San Fidel, y mientras realizaba sus estudios de doctorado en Derecho Canónico en Roma, sufrió un cuadro depresivo que lo regresó a su tierra dejando inconcluso sus estudios.

También se indicó que el sacerdote había tomado posesión de la parroquia San José Obrero de Puerto Montt el domingo 10 de enero de 2016, en reemplazo del presbítero Rosiel Ruiz, sacerdote que estuvo al frente de esa parroquia por casi 10 años.

Juan Carlos Era hijo de un matrimonio campesino de la comuna de Los Muermos, en la Región de los Ríos, y tuvo dos hermanos y una hermana. Esta última falleció el año pasado fruto de un problema de salud. Actualmente el sacerdote dictaba clases en el colegio San José de Puerto Montt.

Con las comunidades que sobreviven a los escándalos de abusos sexuales en esta arquidiócesis, el presbítero tenía muy buenas relaciones, conversaba sobre asuntos pastorales y realizaba acompañamientos espirituales. "A Juan Carlos lo queríamos mucho, era muy valiente en denunciar los abusos sexuales del clero de aquí de Puerto Montt, y fue un extraordinario colaborador del padre Ricardo Morales cuando estuvo aquí de administrador apostólico", expresó una fuente que lidera un consejo pastoral y que prefirió guardar su identidad. La misma añadió que el sacerdote sufría bulos por parte de sus propios compañeros curas en reuniones.

Los testimonios recogidos indican que hay pocas esperanzas que todo se aclare. Si fue suicidio o no, si las circunstancias de la carta corresponden a la realidad, si este documento es examinado en buen término, son algunas de las preguntas que algunas personas de la iglesia puertomontina se hacen. Las dudas surgen de modo natural ante la experiencia de muchos años caracterizado en esta iglesia por diversos encubrimientos de delitos de abusos sexuales por parte de curas y empresarios de la zona.

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