Que no se pierda ninguno de los que nos has dado... Acompañar y animar, ¿Un oficio o una pasión?

Cada verano, nuestros procesos de grupos juveniles se guardan una semana para dedicarse a la formación de un modo integral. Me encanta esa denominación que no es campamento sin más, sino jornadas de formación. Eso lleva una pedagogía de fondo, la que yo he aprendido en la JEC, la de la acción, me sedujo, por su carácter evangelizador y porque realmente, lo confieso, nunca ha dejado de sorprenderme. Aquí algunas pistas de lo que hemos reflexionado los que intentamos acompañar a estos jóvenes, este tesoro que llevamos en nuestras manos de barro.

Pistas para acompañar en jornadas de formación (JEC)

Losar de la Vera, 2022. “Bien-Ser para bienestar”

jornada

grupo

Nos cuesta entender la clave de “jornadas de formación” ante la visión “campamento”. Lo que deseamos es que sean jornadas vividas por ellos y que estén dentro de su proceso educativo y personal que planteamos en el movimiento para desarrollo de sus personas: como jóvenes, estudiantes y católicos. Venimos de un curso de procesos y queremos que esto sea continuidad gozosa y si puede ser gloriosa y compartida de esos procesos de vida.  Es decir, nuestro esfuerzo como animadores es que sean ellos los protagonistas de lo que vamos a realizar, para ello hemos de quitarnos el prejuicio de que: “no son responsables”, “no son capaces” …  Si el tema “Bien SER para bienestar”, ha salido de ellos vamos a hacer todo lo posible para que el proceso también lo vayan viviendo conscientemente en su proyecto personal, de grupo, de movimiento, de parroquia. Para ello vamos a intentar cuidar pequeñas cosas.

Gazpacho

La organización está en sus manos y la realizan en ellos, nosotros les ayudamos en lo que haga falta.: Elaborar sus propias normas para la convivencia; Economía del evento; organización de servicios comunitarios en grupos, preparación de oración diaria, responsable de actividades y cuidados. Y esta clave nos vale para cualquier servicio que surja en el proceso del encuentro.

Por nuestra parte estaremos en medio de ellos como uno más, pero muy atentos a sus situaciones personales, sus necesidades, dialogando, charlando, aprovechando cualquier momento para escucharles y lanzarles ideas positivas de ellos mismos y sus posibilidades. Desde esta contemplación de acompañamiento cuidaremos:

  • - Valoración y agradecimiento de sus gestos de cuidado comunitario y de servicio a los otros.

  • - Animación a que participen y valoración de que pueden aportar cosas interesantes en los distintos espacios; actividades, oración, etc…

  • - Escuchar siempre lo que expresen con cuidado y seriedad, aunque puedan parecer tonterías de adolescentes. Y animar para que todos puedan expresar algo.

La perspectiva creyente es transversal para nosotros, marca nuestra originalidad y simplicidad por eso oraremos de corazón con ellos y por ellos según vayamos conociendo sus vidas y sus situaciones personales, emocionales, etc. Nosotros creemos en el encuentro de Dios y cada uno de ellos y deseamos que puedan sentir la mano cariñosa de Dios allí donde más la necesiten. Nos acercamos a ellos con los sentimientos de Cristo, que no quiere juzgarlos sino salvarlos, que se levanten y caminen, aunque sea con la camilla de sus defectos y equivocaciones.

En este sentido necesitamos cuidar mucho la preparación y los momentos de oración (celebraciones) tanto entre nosotros como con ellos, que vean en nosotros la importancia de ese cuidado interior orante y puedan llegar a experimentarlo desde du propia experiencia. Ojalá sean momentos claves de la jornada.

Somos un equipo para una única misión y nos envía el mismo maestro por eso buscaremos la complicidad entre animadores para salvar situaciones y facilitar las cosas, siempre que podamos desde su protagonismo.

 La conexión con lo real es clave para nosotros, no podemos olvidar la conexión de lo que planteamos con la vida: familia, amigos, instituto, parroquia, jec… Y en lo que se refiere a la comunidad y el movimiento de la juventud estudiante católica intentaremos:

Irlos animando a verse en las responsabilidades y cargos que hay en el movimiento para crecer como personas: responsables de campaña, coordinador de grupo, ecónomos, responsables diocesanos, organización de encuentros… participación en espacios diocesanos y estatales. Que conozcan experiencias y vean las posibilidades que tienen y que nosotros les vemos de crecer en estos aspectos.

Aprovechar todo lo que podamos para que vayan conociendo aspectos del movimiento desde la presencia de los del equipo estatal. Usar todos los momentos que podamos para conversar con alegría y que puedan expresarnos qué están descubriendo, como se están sintiendo, etc. Cuidaremos mucho las oportunidades que se ofrezcan para reflexionar sobre el cuidado y el respeto mutuo entre todos. Estar cerca de los que se vayan mostrando más débiles y aprovechar la riqueza de sus diferencias para que se encuentren y se interpelen desde las realidades que viven a veces tan distintas.

Nunca olvidaremos esta máxima: todo lo que pueda hacer un joven militante, aunque lo haga “peor” que nosotros, es mucho mejor si lo hace él. Siempre que después lo valoremos y tomemos conciencia.

yo

Ya sabemos que es difícil, pero recordad aquello de Jesús a los discípulos cuando había allí un montón de gente sin comer… “dadles vosotros de comer… y se organizaron y allí se produjo el milagro… y eran más de cinco mil ...”  hombre de poca fe¡¡¡

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