Extraído de "Sinfonía divina, acordes encarnados" Edit. PPC
Palabra hecha carne: la vida
Sacerdotes ante el escándalo en Málaga
Desde otro lugar, en otra orilla...
El curso me está dando la oportunidad de adentrarme en la formación y el cuidado de lo interior con un año de carácter en cierta manera sabático, por lo que tiene de ruptura con todo lo que venia haciendo ordinariamente en la universidad, en la parroquia y en mi diócesis.
El estar en Madrid, me está propiciando formación de espiritualidad bíblica, conexión con la pastoral parroquial con inmigrantes, profundización en la espiritualidad del Prado, acompañamiento al movimiento de Profesionales cristianos de Acción Católica especializada y compartiendo espacio con consiliarios de otros movimientos y sus comisiones. Un modo nuevo de estar y de ser, con más quietud y profundización personal y ministerial.
Volver a celebrar la vida y la Palabra
Pronto iré, el 20 de Octubre D.M., a presentar y celebrar con las personas que he ido compartiendo camino en las decadas anteriores el libro "Trazos de evangelio, trozos de vida" que ha ido naciendo del vivir con los espacios comunitarios y eclesiales que la misión me ha ido poniendo a mi alcance. Lo haré en la parroquia en la que he estado participando en los últimos años.
Son cientos y cientos de personas, miles, con los que he podido conectar en dimensiones muy distintas: docencia, investigación, catequesis, cáritas, movimientos apostólicos, mayores, centro escucha, centro hermano, Por ellos, etc... Algunos de ellos aparecen en los hechos de vida que van mostrando los trozos de evangelio que forman parte de dicho libro.
Me emociona saber que vamos a estar en esa real conexión de Palabra y Vida, de comunidad y familia, de reino y libertad. Y mientras llega ese momento me ayuda a contemplar esta oración que surgía en mí en los últimos días de Agosto cuando dedicaba unos días a ejercicios espirituales en Avila junto a un buen grupo de sacerdotes de toda España. Allí ante Cristo, el Señor, el verdadero buen pastor me surgía esta conversación orante:
Ante el verdadero y único buen Pastor:
"No puedo engañarme ni engañar, tú lo sabes y me lo has enseñado, quiero con locura –también con torpeza- a la comunidad con los que comparto camino. Todos están grabados en mi corazón desde el primer envío ministerial, y eso lo has hecho tú y no yo. Temo que estuviera más yo y mi necesidad de ser querido en lo que he tenido de entrega, pero siempre pidiéndote que me purificaras y me ayudaras a despojarme más de mi yo, para gozar mucho de un nosotros más grande. En ello estoy, que la tarea no es poca. Tienes que seguir ayudándome a ver si yo me dejo enseñar por ti y tu modo de amar gratuito y universal.
Quiero que ser como tú, reflejo de tu sentir y querer al pueblo, para ello te pido en este tiempo:
Por el evangelio
Pero todo ha de ser en Ti y por tu Evangelio, que nada sea por otra motivación. Ayúdame a discernir motivaciones y hazme libre para tomar parte en los duros trabajos del evangelio con la alegría de los buenos apóstoles. Que sepa aprovechar toda ocasión para hacer el verdadero anuncio, asumiendo la cruz y la contradicción que pueda conllevar la fidelidad evangélica. Ojalá, Cristo del calvario, me convenza para siempre que la evangelización se realiza con medios pobres que pasan por el pesebre, la cruz y el tabernáculo de la Eucaristía.
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