Hasta el último suspiro...Tomad y comed esto es mi cuerpo Amor roto y fecundo, Alfonso entregado

Amando hasta que la muerte lo ha separado... todo ha sido vida y fecundidad. Has llenado tus años jóvenes -36- de vida colmada, no se puede vivir más que lo que tú has vivido, no se puede dar más de lo que has dado. No te has quedado nada, hasta en tus último suspiro has dado todo lo que tenías para seguir respirando...

Alfonso, vida en la muerte

Alfonso

La mañana, tan generosa al despertar en el valle de la vera se rompe brutalmente, dentro de mí,  al abrirme a la red. La noticia es de ruptura total: “Ito” –Alfonso- marido de Miriam, ha sufrido un aneurisma cerebral, el dolor es total, no hay esperanza. Poco después un audio de Miriam me acaba de romper, está en muerte cerebral, no hay vuelta atrás. En la tarde Juan Ignacio me informa de que está entubado, dada la muerte cerebral, mañana será la extracción de órganos porque él era donante y su familia respeta su deseo radical de ser razón de vida para otros cuando a él sólo le queda la muerte. Al día siguiente celebraremos nuestro adiós esperanzado y herido en Badajoz. Se me vienen todos los recuerdos que me han unido a su vida y a los suyos. Una joven pareja que deseaban celebrar su matrimonio y hacerlo con la originalidad y la autenticidad de jóvenes creyentes. Compartían un sentido de la vida y de la esperanza en el amor, creían que sus vidas debían estar unidas hasta la muerte y que necesitaban la bendición del Dios del amor. Querían ser padres con generosidad, al año siguiente estábamos ya celebrando la esperanza de su primera hija, Miri, hoy cumple cinco años, y poco después esperando la segunda, Clara. Desde entonces hemos estado en contacto y más de una vez hemos celebrado juntos la vida y el amor. Había vivido la muerte de su madre hace once años, esperaba volver a encontrarse con ella resucitada, tras su muerte, y le apasionaba estar cerca de su padre y ser fortaleza para su hermano pequeño. Amaba Badajoz y la vida que le rodeaba aquí, aunque por motivos laborales tenía que estar en medio de las prisas y la vorágine de Madrid. Cuando venía se partía porque sus hijas estuvieran con todos y disfrutaran de toda su familia. La celebración de los bautismos fue una verdadera fiesta. Has vivido amando sin límites, no has sido perfecto, pero has arribado a la cima de lo humano, del interior y de la compasión, has vivido con entrañas. Y ahora cuando te llega esta ruptura inesperada, lo tenías firmado, querías darte hasta lo último, que nada de ti quedara infecundo, sino que se sembrara para que pudiera dar vida a otros. Tus órganos vivos y jóvenes serán portadores de tu aliento vital para que otros tengan vida, de forma anónima y gratuita, no puede haber amor más completo.

Alfonso y Miriam

Miriam me pide que yo comparta con vosotros esta celebración última de amor sacramental, la eucaristía en la que sembraremos tu vida para que se haga eterna. Creemos que el amor es más fuerte que la muerte, creemos que tú has creído y has creado tu amor como nadie, nos duele tu partida y nos rompe entrañablemente, pero no dejaremos que la muerte nos pueda, aguardaremos compartir contigo la resurrección. Hemos comulgado con tu vida y ahora queremos comulgar con esta muerte entregada y hecha pedazos de vida para otros. Nos unimos en la esperanza de lo eterno, Alfonso, sigue siendo protector y ángel de los que te quieren y te necesitan, de los que tú has querido tanto. Te pondremos en lo alto de la casa para que tu vida alumbre a todos en este mundo.

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