No se enciende una vela para esconderla... Aprendamos sinodalidad de los laicos

Estamos a punto de comenzar la primera etapa del sínodo que desea hacer reflexión de la Iglesia desde la sinodalidad, y quiere hacerlo desde la vida, la gente, los batuizados y todos los que quieran darnos su luz y su pensar. Considero que no se puede partir de cero y que en este tema hay mucho avanzado por realidad eclesiales muy sinodales en su modo de ser y de actuar, tanto desde las acción en ámbitos parroquiales, como desde el compromiso y la organización de movimientos realmente laicales y evangelizadores como son los movimientos de Acción Católica. Este fin de semana me sirve para la reflexión en torno a este tema.

Aprender sinodalidad laical

Otoño

Lunes, comienza la actividad normal de la semana. A primera hora clase lectiva en la facultad y comenzamos señalando la clave del tiempo de la creación, la casa para todo, el Oikos de Dios. Lo hago motivado porque este fin de semana he estado en el valle de Ambroz, en Hervás y allí me ha seducido la estampa otoñal del lugar, donde se respira ecología integral por los cuatro costados. Ha sido un fin de semana intenso, de siembra total.

Apóstoles en un otoño de siembra

El viernes encuentro con la comisión permanente de Profesionales Cristianos en Madrid -hacía mucho tiempo que no íbamos para allá-, allí personas de Bilbao, Canarias, Madrid, Badajoz y otros online, preparando el curso con el deseo del reencuentro y del cuidado, pasando de la reflexión a la acción, una jornada intensa y muchos proyectos abiertos para crecer y servir en una ecología integral a la luz del evangelio de la creación. Desde allí a Hervás, ilusionado y a la expectativa, sesenta jóvenes con sus animadores, en la asamblea de comienzo de curso de la Juventud Estudiante Católica de Extremadura. Casi todos nuevos para iniciarse en el proceso del movimiento, abiertos a la vida y a la luz del evangelio, con naturalidad y juventud. Muy adolescentes, inquietos y vivos, pero reflexivos y dispuestos. Muchos de ellos vienen de procesos de catequesis parroquiales, de preadolescentes y ahora dan este paso. Eso me hace pensar en la cantidad de niños que tenemos para iniciar en la parroquia, este año se han apuntado al despertar religioso un centenar. Y me acuerdo de que la semana pasada también estuvimos reunidos el equipo numeroso de cáritas parroquial que este año queremos trabajar mirando a Perú y a la cañada real que están sin luz y ahora es más cara. Y poco antes fue la asamblea parroquial para programar el curso y celebrar los 25 años de nuestra comunidad parroquial…  Impresionante, como en la naturalidad de lo sencillo, nos movemos desde lo interdiocesano, a lo diocesano, a lo parroquial, a lo universal, a los ambientes… Pero sobre todo es impresionante y de esto es de lo que quiero hablar del modo de funcionar la Iglesia en la base, en lo real de lo diario en medio del pueblo y de la gente. Me interpela la capacidad de sinodalidad que tienen muchos laicos cristianos, creyentes de a pie que saben de vivir la fe y ser coherentes en el quehacer de lo común.

Movimientos apostólicos con verdadero protagonismo laical

Por una parte, los movimientos apostólicos, en este caso de acción católica especializada, no creo que haya una escuela mejor para aprender lo que es la sinodalidad eclesial, la llevan ejerciendo desde el concilio vaticano II con un cuidado y una entrega, que en más de una ocasión les ha costado el sacrificio y el sentir la oración en el huerto de los olivos, dentro y fuera de la Iglesia, porque muchos no lo entendían y preferían otro modo de hacer iglesia. Bendigo a todos los que en la historia de los movimientos  y actualmente han sido fieles en el compromiso y modo de hacer laical, de protagonismo bautismal, de tarea compartida de evangelización, sin búsqueda de poder, con ánimo de servir a la realidad y ponerse de parte de los que realmente le necesitan con la lectura creyente de la vida.

PX

Hoy hemos de mirar a ellos, en su pequeñez y significatividad, para entender la llamada a la sinodalidad que se nos está haciendo a nivel universal en coherencia con los planteamientos eclesiológicos y evangelizadores del concilio Vaticano II, nunca es tarde si la dicha es bueno.

Así sentía nuestro encuentro de profesionales Cristianos en Madrid, apóstoles que no les importa hacer cientos y cientos de kilómetros, sólo con la intención de servir y de hacer una iglesia encarnada al servicio del reino de Dios desde el ámbito profesional, cultural, social, sintiéndose iglesia comprometida y evangelizadora.

JEC

Resalto con una ilusión renovada el grupo de animadores de las tres diócesis extremeñas que han estado presente en Hervás en la asamblea de la JEC. La complicidad entre ellos, la preparación del encuentro, la conexión con los jóvenes, la apuesta radical por ellos. Los contemplaba y me parecía una realidad eclesial de referencia: Madres y padres de familia que estaban allí, sacrificando un fin de semana de estar con los suyos, para dedicarse en cuerpo y alma a estos jóvenes, porque creen ellos. Una familia allí con sus dos niños pequeños porque quieren vivir de primera mano la sensibilidad y pedagogía de este movimiento para poder acompañar, otros jóvenes que han vivido el proceso y ahora quieren acompañar para que otros tengan lo que ellos han podido tener… impresionante más de una docena de apóstoles que por cuenta propia, conectados con sus parroquias, se lanzan a iniciar, crear, acompañar… sin más horizonte que darse y crear comunidad, redes de fraternidad, lazos de vida en los que han de tener en su manos la sociedad, el mundo, la iglesia de hoy  y de mañana. Yo quiero vivir mi sacerdocio y ministerio con la claridad que vosotros apostáis por esta realidad juvenil y este movimiento.

Sinodalidad en la parroquia de barrio

Parroquia

Y lo mismo me ocurre si miro al equipo de catequistas de mi parroquia.  Madres, padres, jóvenes…que comienzan y no acaban, que se quedan porque encuentran en el ser catequistas razones para vivir en profundidad su fe. Se desviven por los pequeños, preadolescentes, jóvenes, crean ambiente de familiaridad y comunión desde el primer momento. Les sobra creatividad, complicidad, son equipo y no se arredran ante nada, dispuestos a todo. Me sorprenden y me seducen, y suman y suman, la tropa solidaria, los grupos de jóvenes… no nos faltan personas que quieran acompañar, dedicar su tiempo, sus ganas para construir de modo callado y favorecer el crecimiento personal e integral de los que se acercan al ámbito parroquial comunitario, conectando con la escuela, el instituto, la universidad. Son impresionantes, me quito el sombrero ante ellos.

Ni que decir tiene, que la asamblea de Cáritas el otro día me llenó de satisfacción. Saber que el grupo más grande de adultos de nuestra parroquia optan por comprometerse en Cáritas parroquial: grupo de acogida, acompañamiento, proyectos, sensibilización, comercio justo, centro hermano, discapacidad… Se va haciendo poco a poco, con silencio y naturalidad, pero firmes en el convencimiento de la vivencia del amor, de la compasión con los cercanos y los lejanos, no desde arriba desde el deseo de la más pura fraternidad.

A esto sumemos, coro, liturgia, pastoral de la salud, economía… Nada más lejos de una iglesia clerical, aunque a los sacerdotes nos cueste tanto dejar de ser clericales. Hoy confieso que quiero la sinodalidad de estas personas en su modo de estar y de hacer. Nos buscan nada para sí y están dispuestos a ser para los demás, sin ser perfectos, desde su debilidad, están convencidos de la comunidad y del compartir, de la responsabilidad y la entrega, del quehacer común y del proyecto y proceso callada, sembrado, esperado y madurado en la fe y en la confianza ante el Padre, con los sentimientos de Cristo y arropados por la fuerza del Espíritu.

Bendito laicado de una iglesia sinodal

Sínodo

Bendita la Iglesia sinodal que tantos laicos han mamado y siguen viviendo, a pesar de nuestros clericalismos. Va a celebrarse un proceso sinodal eclesial para abundar en esta corresponsabilidad, algo que vosotros lleváis haciendo hace muchos años. Vuestro referente actuante hemos de tenerlo en cuenta en este proceso de sinodalidad.

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