Esperar a Dios en la vulnerabilidad Celebración litúrgica oracional de Adviento: "Por los caminos del cuidado"

Una posible lirturgia oracional para este tiempo litúrgico de adviento. Desde la vulnerabilidad y los cuidados. Claves teologicas y cristológicas para este tiempo de la historia. Por una cultura del cuidado.

“Esperar a Dios en la vulnerabilidad

 por el camino de los cuidados”

Adviento 2022

Humanos y vulnerables

belen

Nos educaron para rechazar la vulnerabilidad, para ser fuertes, para no depender de nadie, pero  la cultura de la independencia, de mirar sólo por uno mismo, nos ha derrotado y nos ha conducido a un callejón de oscuridad y sin salida. Ahora estamos de vuelta y tenemos que retomar una verdad de todo lo creado y de todas las criaturas incluida la humanidad. La condición de la vulnerabilidad pertenece a la realidad como condición de ser.

Vulnerable

Ser vulnerables es ser humanos. Ser vulnerables es ser hermanos. Vivir en la vulnerabilidad de criaturas es la única forma de vivir en la Gracia del Padre, en la gratuidad de su amor, en el regalo de vida.

En la fragilidad de los otros vemos la propia, por eso estar atentos al sufrimiento es hacernos compasivos y fraternos, el primer paso para descubrirnos hijos de Dios.

Ahora que tanto se habla de estadios y víctimas, os invito con esta propuesta musical que seguro que conocéis a entrar en los sentimientos de quien canta. A entrar en los sentimientos de Amanda:

ESCUCHAMOS LA CANCIÓN “TE RECUERDO AMANDA”, de Víctor Jara.

Canción Amanda

Cinco minutos. Cinco minutos bastan para cambiar la vida de las personas. Luego entraremos en las causas, nosotros, que somos de analizar y de estudiar, iremos a lo estructural, a la injusticia… pero yo creo que la canción nos habla de personas que son frágiles y que sufren esa fragilidad. Cuánta fragilidad a nuestro alrededor, en nosotros mismos, en los demás, en la naturaleza.

Contemplar a los vulnerados...

dolor

Os proponemos pensar en silencio en la fragilidad, la que vemos, la que tocamos, la que vivimos… Podéis compartir momentos, instantes, personas en las que veáis esta dimensión, en las que os sintáis reflejados / reflejadas. Pensad, meditad, cuál es vuestra expresión propia de vulnerabilidad, porque eso es lo que os hace humanos y por ahí podréis entrar en la gran fraternidad de las personas.

COMPARTIMOS

(En papel continuo ponemos nombres, situaciones, experiencias… de fragilidad y de vulnerabilidad)

Jesús: Vulnerable y vulnerado

También Jesús sabía de esta sensación y de esta emoción tan humana… Escuchamos su dolor en este pasaje:

  • - "Jesús no había llegado aún al pueblo, sino que estaba en el lugar donde lo encontró Marta. [31] Los judíos que estaban con ella en la casa consolándola, al ver que María se levantaba de repente y salía, fueron detrás de ella, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. [32] Cuando María llegó a donde estaba Jesús, al verlo, cayó a sus pies y le dijo: —Si hubieras estado aquí, Señor, mi hermano (Lázaro) no habría muerto. [33] Jesús al ver llorar a María y también a los judíos que la acompañaban, se estremeció por dentro [34] y dijo muy conmovido: —¿Dónde lo habéis puesto? Le dicen: —Ven, Señor, y lo verás. [35] Jesús se echó a llorar. [36]"

¡Qué hermoso ver el rostro humano y emocionado de Jesús, llorando por su amigo! Este texto siempre me conecta con el Jesús de los sentimientos, el que verdaderamente, en su historia personal, nada épica, me dice “soy como tú”, “entiendo la vida de las personas, sus afanes y sus anhelos, sus alegrías, sus circunstancias”. Los gozos y las esperanzas de los hombres son los de la Iglesia, decía la Gaudium et Spes, porque no somos más que eso: hombres y mujeres frágiles en un mundo que llenamos de lo humano: esperanza y fraternidad.

  • - Esta será la señal: “Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre “(LC 2,12)

Dios no viene ni en la fortaleza, ni el poder, ni en la riqueza… viene en la vulnerabilidad, ahí abraza a toda criatura en toda situación. El niño en belén no nos llama a la lástima sino a contemplar la pasión de nuestro Dios por nosotros. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único para que el mundo se salvara por él. Los pañales y el pesebre son el lugar de la salvación, es el lugar de lo universal donde nadie está excluido ni marginado. Dios se margina para poner en el centro a los pobres de la tierra, y lo que le hagamos a uno de estos a él se lo hacemos. En el niño están los rostros de todos los débiles de la tierra, todos los vulnerables que necesitan de cuidados.

  • - “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu

Dios es el mayor “vulnerado” (crucificado) de la historia, que el se encarnó en Belén llega a todos los crucificados de la historia y se identifica con ellos. Esto fue un escándalo para judíos y griegos, ver que los cristianos seguían como salvador a un ajusticiado a muerte, aunque fuera inocente de esa condena. Nos cuesta aceptar nuestro credo cristiano, Dios en un crucificado. Pero el ha querido hacerse todo con todos para amarlos y salvarlos. Ahí está el mayor cuidado de la historia, alguien por amor puro entrega su vida en favor de los hermanos, incluso de los que lo crucifican.  ¿Quiénes son hoy los crucificados de la historia?

De la Liturgia de las Horas

  • - Se nos pide abrir los ojos para comprender este misterio, lo pedimos con el himno de la liturgia de las horas:

Mis ojos, mis pobres ojos

que acaban de despertar

los hiciste para ver,

no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar

entre las sombras la luz,

que nunca me ciegue el mal

ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,

que yo sé que llegará,

no se me enturbie el amor,

ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,

pues, cuando llegue a tu hogar,

con mis ojos te veré

y mi llanto cesará.

¿Y Dios...? Cuidados

Cómo actúa Dios ante la vulnerabilidad y la debilidad: lavatorio

¿Cuál es la respuesta de Dios a la vulnerabilidad, a la fragilidad, a la herida? Dios no sabe más que de amor, y el amor es la Buena Noticia para los que buscan amor, como para los heridos, la Buena Noticia es la cura. Y de la cura, el cuidado. El Amor de Dios no puede ser más que, en forma de propuesta, el cuidado. Por eso dice el Evangelio que el samaritano ungió las heridas del viajero con vino y miel. Lo cuidó, y en ese cuidado ambos fueron humanos y ambos fueron divinos, porque el uno y el otro actuaron en la dinámica del amor del Padre.

Todos

A qué estamos llamados todos nosotros, los cristianos en este Adviento de la historia, en este momento del mundo, que hemos analizado y contemplado antes en la meditación.

Ojalá, que os recuerdo viene del árabe “quiera Dios”, desde la herida y lo frágil que somos sepamos construir un mundo de cuidados y de amor. Decía Pablo Guerrero que “para huir de la muerte nos amaremos”.

Adviento: es tiempo de cuidar

Es hora de cuidar.

Cuidemos nuestra esperanza, para que sigamos esperando en el Dios de las promesas. Cuidemos nuestra fe, alimentándola y fortaleciéndola.

Cuidemos nuestro interior con la oración, el silencio, la reflexión y el discernimiento. Cuidemos nuestras relaciones con los demás, salgamos de nuestras comodidades y justificaciones.

Cuidemos a los pobres y a los enfermos.

Cuidemos todo lo creado.

Cuidemos a nuestra comunidad parroquial, para que sea un hogar vivo, entrañable, con fieles dispuestos a caminar siendo luz viva y sirviendo de referente para otros.

Oremos en este inicio de Adviento diciendo Todos:

¡Ven, Señor Jesús!

Ven a compartir nuestro destino, nuestras alegrías y penas, y tráenos tu perdón, tu vida, tu alegría.

Ven y ensancha nuestro corazón, inyecta en nuestras venas la pasión por vivir, por amar, por servir.

Ven, Señor Jesús, y abre nuestros sentidos para ofrecer nuestros cuidados a quienes puedan necesitarlo.

Ven, Señor Jesús, y haz que seamos artesanos de la paz, del buen humor y la alegría, de la fraternidad y la acogida, de la justicia, del entusiasmo y del buen hacer.

 Ven, Señor Jesús, y danos la disponibilidad decidida, para cuidar y atender a los demás, haciendo que los otros sepan que siempre pueden contar con nosotros en todo momento, especialmente cuando más lo puedan necesitar.

Ven, Señor Jesús, abre nuestras puertas a tu Palabra, aliméntanos con ella y con tu pan de la vida.

Ese mundo es el que anhelamos, y lo expresamos todos juntos en el Padre Nuestro.

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