Misterio de ciudadania y "cuidadanía" La EBAU de Alex

La EBAU de Alex
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Esta mañana en mi oración han estado presente Alex y Ana, y cómo no, su madre Carmen. Mañana Martes - fecha de pruebas en Extremadura-  él se examinará de la EBAU y ella profesora de la universidad de Extremadura será quien le acompañe en las pruebas. Lo hará desde el centro de menores Marcelo Nessi donde está internado por causas judiciales, tras la muerte de su madre y su perro. Misterio de dignidad y cuidados de lo humano en un contexto de contradicción e incertidumbre. Un adolescente y un futuro de lo humano.  Me interpela.

Misterio de ciudadanía y cuidadanía (La EBAU  de Alex)

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Cuando el ser ciudadanos se manifiesta en los cuidados que humanizan y rescatan a los rotos y confundidos.

Hoy son casi trescientos mil los alumnos que se enfrentan a las pruebas de la EBAU y entre ellos está Alex, que al ser de la comunidad de Etremadura comenzará mañana sus exámenes. Su prueba se va a realizar de una forma extraordinaria dada su situación y su internamiento en el centro Marcelo Nessi. Fue el último día de clase de Bachillerato, cuando algo se rompió en su interior, en su pensar, en su sentir, y le llevo a actuar de un modo misterioso y destructivo acabando con la vida de su perro, al que tanto había cuidado, y la de su madre, el ser que más le había amado en este mundo, no llegó a la fiesta de graduación, su traje quedó manchado por la sangre de lo amado.

Recuerdo que, hablando con Ana -profesora de la universidad- de este caso, me manifestaba un sentimiento de dolor profundo ante el hecho, en primer lugar, por la desaparición de esa madre que tanto había amado, pero en segundo lugar me hablaba de la profundidad de la pena que sentía por Alex, el adolescente que había realizado esta acción de muerte. Ahora, sería doliente toda su vida, estaría marcado y sentiría una soledad absoluta. Quién se acercaría a él desde el cuidado y el amor que necesita para vivir en su dignidad humana, que está tan herida en estos momentos.

Tiempo después me habla de que le han pedido que sea ella la profesora que haga las pruebas a este joven estudiante de un modo extraordinario en el local del centro donde está internado, como persona de confianza del tribunal. Le supone incertidumbre, ha estado visitando el lugar y hablando con todos los que van a intervenir o estar pendiente de este proceso en el que ella estará con el alumno durante esos días, especialmente el martes. Siente temor, pero está dispuesta, yo le digo que si puede lo mire con ternura como lo haría su propia madre, la que murió en sus manos, y como es creyente le sugiero que piense en la parábola del hijo pródigo.

Valoro la grandeza de una sociedad que, ante el mayor dolor y misterio de destrucción de lo humano, sigue mirando la dignidad en el mismo ser que se ha visto roto por destruir a otros en un misterio que él mismo no entiende, ni comprende. Qué voces, qué impulso, que locura actuaría en su contra y le llevó a dar muerte… incomprensible. Pero ahora la sociedad sigue caminando con él desde la “cuidadanía”, el cuidado de su propio estudio, su proceso de formación humana. Me dice Ana que tiene casi un ocho de nota media en sus calificaciones de bachiller. Cuánto no habrá luchado esa madre para que estuviera bien preparado para esta prueba, no podemos tirar lo que ella misma construyó. Ahora hemos de actuar como lo haría ella.

Ni que decir tiene que hay que reconstruir esta persona, diagnosticarla, tratarla, seguirla, pero todo ello cuidando también su soledad, su dolor, sus miedos, sus inseguridades. Seguro que esta labor nos sobrepasa y que tendrá necesidad no sólo de ley, que como en este caso de la EBAU le protege, sino de amor y cuidados. Yo también lo he pensado, como Ana, me pregunto ahora quién lo cuidará, cuando más cuidados necesita porque más roto y desamparado está. Interpelación profunda que guardo en mi interior y que comparto aquí con todos. 

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