Guillermo, ora por nuestro AVE y por ellos Extremadura y el AVE: Ahora dicen que para el 2034.... ¿Quién nos hará justicia? El desprecio de los pobresy los sencillos

No hay duda que no nos falta calidad de vida, que gozamos de sencillez y de buen vivir en el mejor de los sentidos, quizá por eso no jaleamos suficiente la puerta de la justicia y de la verdad. Sabemos del engaño y de las mentiras, de las promesas sin cumplimientos, de las inauguraciones sin verdad... donde todos actúan y les da igual la vida del pueblo y las consecuencias que tiene sobre el mismo. Están muy atareados en sus propios intereses y en el valor de la mercancia, como si la vida se puediera comprar y la honradez fuera pintura.... ojalá supieramos llamar a la puerta en condiciones lo pobres unidos... ojalá.
| Jose Moreno Losada (Comunicado de los consiliarios extremeños)
Un evangelio para entender en Extremadura:
"...les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se negó, pero después dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara”»
Aquella inauguración..

Raíles de decencia, justicia e igualdad
Los consiliarios de los movimientos de Acción Católica de las diócesis extremeñas nos reunimos con frecuencia desde hace décadas para compartir nuestra tarea, que incluye acompañar a laicos de nuestra tierra en su compromiso de ordenar la sociedad según el espíritu del Evangelio. En nuestros encuentros presentamos la vida de los pueblos y de la gente, con el ánimo de iluminar con la Palabra de Dios. Así nos ayudamos a caminar con nuestros hermanos en sus proyectos humanos y sociales. Al reunirnos en el comienzo de este curso nos detenemos en un hecho que nos alegra y nos interpela. La sociedad extremeña está crecientemente sensibilizada ante un grave problema: nuestra muy deficiente red ferroviaria.
Las movilizaciones que se viven desde hace años y que ahora se concretan en actos como la peregrinación de “La milana bonita” y otras expresiones de distintos ámbitos (sectoriales, culturales, empresariales, profesionales), así como las manifestaciones populares en las ciudades extremeñas más significativas, son un signo de la construcción de una ciudadanía que toma conciencia de una realidad indecente, por desigual e injusta, ya que penaliza nuestro derecho al desarrollo. A estas reivindicaciones queremos hoy unir nuestra voz y nuestra acción.
Los movimientos populares nos hacen ver que Extremadura cuenta con el ferrocarril más obsoleto del país. Sufrimos una deficiente prestación del servicio tanto para viajeros como para mercancías, con la lógica repercusión negativa en los sectores socioeconómicos de la región. Somos el único territorio de España sin servicio de larga distancia, hemos perdido el que teníamos en 2010, por lo que tenemos los trenes de peor calidad y más antiguos. Contamos con un quince por ciento de vías de comienzos del siglo pasado por las que no se avanza a más de 50 km por hora; y hay numerosos tramos cuyo mal estado impide una velocidad mínima. A lo que se suma la insignificancia real que supone el corredor de mercancías entre Sines (Portugal) y la conexión con Europa. Con esta realidad no es extraño que descienda el número de viajeros; lo que llama la atención es que aun así sigamos viajando en nuestros desfasados trenes.
Ante esta realidad nos alegra que nuestro pueblo se movilice, viva su ciudadanía en los niveles fundamentales de sentir y pensar la realidad, para hacerse cargo de ella buscando transformarla a favor de lo común y lo público. No es queja y lamento, sino trabajo comprometido por la defensa de los derechos que van anejos a la decencia, la igualdad básica y la justicia humana. Como ciudadanos y sacerdotes nos duele que el dicho evangélico de que “al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene para dárselo al que tiene más” se ha hecho realidad sin misericordia en nuestra tierra desde la política económica y distributiva. Así lo entendemos en el caso del tren. No es que no mejoremos, es que nos han despojado incluso de lo que ya teníamos. Pero si mala es la situación ferroviaria, más preocupante ha sido el silencio del pueblo, la indiferencia y el sometimiento acrítico a una realidad indigna e injusta.
Por ello nos alegra ver que se cumple, cada vez más, otro dicho evangélico: “Donde dos o tres se reúnen…” Ahora es un pueblo el que se congrega para reflexionar, sentir y actuar; su voz se oye y se abren caminos de respuestas válidas y justas. En nuestras comunidades eclesiales y en nuestros pueblos hemos de vivir este espíritu de superación y de exigencia. Porque los cristianos tenemos que caminar unidos en todo aquello que trae bondad para nuestro pueblo y sus gentes; intentar, codo con codo, mejorar la realidad y así favorecer a los que más lo necesitan. No podemos esperar que nos llueva del cielo lo que hemos de conseguir con pasos de nuestra propia acción solidaria y comprometida.
Desde la buena voluntad de la ciudadanía compartida nos unimos a nuestro pueblo, del que hemos salido; animamos a crear plataformas vivas, hasta que realmente las promesas lejanas se hagan sacramento de realidad concreta para nuestra región. Pedimos a los políticos que no sean ellos los que acompañen a los movimientos; sino que, representando a nuestro pueblo, tomen la iniciativa y se presenten ante la administración competente para que lo que es un derecho no se entienda como una dádiva o una concesión que no responde a la desigualdad y la injusticia estructural. Serán el pueblo y los movimientos los que acompañen a nuestros políticos, para que su voz tenga la fuerza y el calor que los pueblos unidos pueden lograr en paz y justicia. Por ello, pedimos que los representantes políticos sean capaces también de tener una única voz, como único es el deseo de toda la sociedad extremeña en este esfuerzo por unos trenes y unos raíles que estén llenos de decencia, igualdad y justicia.
Los veinte sacerdotes-consiliarios de los movimientos de Acción Católica de Extremadura.