Te pido por ellos, que sean uno... Presbiterio de Mérida-Badajoz Fraternidad sacerdotal diocesana ¿Quién es el más "Ordinario"?

Fraternidad sacerdotal diocesana ¿Quién es el más "Ordinario"?
Fraternidad sacerdotal diocesana ¿Quién es el más "Ordinario"? Jose Moreno Losada

Días fraternos que propician en todos los que participan un sentir de gozo y de pertenencia felicitante al presbiterio diocesano. Ayer fue uno de ellos. Dentro de la sencillez se produjo el "encuentro", en aquello que tiene de gracioso y bendito, a la vez que sacramental. Hermanos que cumplen sus 25 y 50 años, sacerdotes, arzobispos que están haciendo de la sucesión un momento de gracia y de bondad mutua, y todos con ganas de etapas nuevas ilusionantes y esperanzadoras, sin fuegos artificiales, pero con la alegría del evangelio que nos renueva en la fraternidad confiada y comprometida apostólicamente.

Encuentro fraternal de obispos y sacerdotes

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IMG_6843 Jose Moreno Losada

El día ocho de enero, ayer, como viene siendo tradicional en el contexto navideño, desde hace más de treinta años, el clero de nuestra iglesia de Mérida-Badajoz se concentraba en el seminario para convivir entre ellos y homenajear a los compañeros que cumplen este curso sus veinticinco y cincuenta años de vida ministerial, son cuatro y seis respectivamente. Trozos de vida gastados en ese ser curas del pueblo y para el pueblo en el nombre del maestro y único sacerdote que es Jesucristo. Yo vine desde Madrid para el evento, me motivaba ese encuentro fraterno y el sentir de que será el último que hacemos con el arzobispo don Celso en activo – aunque seguro que no faltará como emérito en las próximas ediciones- también era el primero para Monseñor Carballo y es bueno que pueda percibir cómo lo acogemos en esta familia presbiteral que está configurada por el carácter propio de la Extremadura en su ser de acogida y de abrazo sin juicios previos al que llega. Nos esperamos a ver, convivir y compartir, tras una buena acogida, para conocer y caminar con los que llegan, así será también con él.

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IMG_6845 Jose Moreno Losada

El clima de alegría y de bondad, de cercanía y armonía, no tardó en notarse, tras un café de encuentro y saludos efusivos, de abrazos y sonrisas cómplices no olvidadas de antaño, pasamos al salón de actos que se hizo templo de vida en las palabras de los que hablaron en nombre de los plateados y dorados del evento. Reflexiones propias y compartidas de esos cursos de etapas tan distintas, pero hermanadas en el proceso de una historia diocesana, yo a caballo entre las dos, compañero pequeño de los mayores que hicieron de padrinos en oficios de acompañar y formador y profesor de los otros. Todo lo que hablaron me sonaba familiar, aunque yo lo escuchara con otros pentagramas de infancia y de responsabilidad formativa. Me uno a sus magnificats laudatorios sin duda alguna. Y sobre todo me felicito por pertenecer a este presbiterio que ha sido tan querido por Don Celso y que muestra afecto a Don José, queriendo ganar con cariño el suyo.  Orgulloso de nuestro presbiterio, ojalá sienta lo mismo el pueblo de Dios.

Los detalles a subrayar de ese encuentro. Si me das a elegir…

El más ordinario

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0e2baeaf-a5e2-4216-a70a-8c14bdc635a3 Jose Moreno Losada

Bromeaba con mis pastores al terminar el evento y despedirnos. Don Celso nos avisaba que ya comenzaba el tiempo ordinario refiriéndose a la dimensión litúrgica que comenzamos tras los días de la Navidad. Yo le preguntaba que ahora “quién era el más ordinario de los dos en la diócesis, porque en el evento de ayer era don Celso el que presidia y ostentaba la titularidad, pero había sido don José el que había tomado la palabra en los dos momentos, asamblea de homenaje y eucaristía compartida…” Naturalmente bromeaba con ellos y les felicitaba por cómo están haciendo juntos este camino de traspaso en el pastoreo de la diócesis. Recuerdo que en la felicitación navideña en el arzobispado, monseñor Carballo se emocionó hasta las lágrimas dando gracias por cómo lo había acogido su hermano en el arzobispado. Ayer también se asomó la emoción al agradecer la presencia de tanto clero en este acto y todo lo que está viviendo en ese caminar y peregrinar para conocer de primera mano hasta el último rincón de la diócesis. Vi como confesaba ante Guadi, cura de Monesterio, último pueblo de la diócesis en dirección a Sevilla, que la chacina que le regaló estaba buenísima. Al reírme, mi compañero me dijo que había estado allí ya confirmando y ese estipendio se le da a todo el que va con el Crisma sea o no obispo, criterio de igualdad.

Los plateados y la Pastores dabo vobis

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b8e95a7a-1dcc-4278-ba38-3dbf431dab9b Jose Moreno Losada

El portavoz fue Luis Manuel Romero, que actualmente ejerce su ministerio al servicio de la conferencia episcopal, en cargos de relevancia, pues está siendo sinodal en el momento actual. Desde su propia historia y currículum, en el que manifestaba que nada había pedido ni rehusado, agradeció a su familia, su parroquia, al seminario, a la diócesis y ahora al a iglesia universal lo que había recibido de ellos. Y nos invitó como no podía ser menos a ser sinodales, recordando que muchas de las cosas que había vivido en su historia habían sido muy sinodales, aunque no las hubiésemos llamado así. Yo no pude menos de recordar en esa intervención, en la que también aludió a mi persona, todo lo que viví en esos años y lo que supuso para mí ser formador en el seminario, algo que me configuró en mi ser diocesano de un modo que nunca he podido olvidar en mi forma de pensar, sentir y actuar, como persona y sacerdote, aunque no haya sabido a veces vivirlo con plenitud. En esos años de formador nos pilló de lleno la Pastores dabo vobis como eje transversal de lo que queríamos que fuera el proceso de formación para el ministerio.

Los dorados y el concilio Vaticano II

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IMG_6847 Jose Moreno Losada

Juan Cascos, habló en nombre de los hermanos que cumplían sus cincuenta años sacerdotales. Subrayó aspectos anecdóticos y graciosos de esos años de seminario que ya notaban la tensión de conversión a la que llamaba el concilio vaticano II. Él lo contó desde su propia versión y espiritualidad, como dijo, porque realmente cada uno cuenta la feria como le va. Aunque todos coincidían, confesaba, en una visión del ministerio que se abría a las claves de la Presbyterorum ordinis del concilio. Acompañados por formadores que creían en la libertad y otros que les dieron buena formación teológica ministerial. Ellos han sido diversos y plurales como la vida y la iglesia misma. Todos han sido fieles a su diócesis y a su presbiterio haciendo funciones distintas y diversas. Ahora llegando ya a las edades de su jubilación, donde sabrán irse, a la vez que continuarán siendo familia entregada y comprometida con el presbiterio.  Fue un gozo escucharles en su sentir y vivir. Hasta nos motivó a cantar cantos graciosos y significativos de las fiestas cuasi paganas dentro de los años jóvenes de la filosofía rebelde.

La Eucaristía y las velas del recuerdo vivo y encendido

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Me emocionó de modo especial el momento en el que al comenzar la Eucaristía se fueron encendiendo velas por los compañeros que habían fallecida en el año anterior. Todos nombres conocidos y queridos, sintiéndolos como algo de mi persona y de la familia de mi presbiterio. Algunos entrañables y cercanos, todos referentes. Muchas cosas vividas con ellos. Inolvidables, encendidos allí, junto a la imagen de la Inmaculada de ese seminario de vida e historia para todos nosotros. 

La Eucaristía estuvo a tono con las emociones vividas, con una verdadera teología del encuentro arraigada en la sagrada escritura, bien expresada en la homilía de Monseñor Carballo, que nos invitaba a seguir en esta línea de encuentro, fraternidad y sinodalidad, entre nosotros y con todo el pueblo de Dios.

De la misa a la mesa con el mismo tono vital, con alegría y gozo del “convivium” bien organizado. Ayer mismo al terminar y hoy en muchos de los wasaps comunitarios y grupales muchos sacerdotes manifestaban la alegría que habían sentido ayer de sentirse y ser en un presbiterio armonioso y bien formado, con ganas de seguir viviendo y sirviendo en esta iglesia. En un momento de cercanía pude comentar con el nuevo arzobispo al manifestar él su gozo por el encuentro, que gozamos de cierta armonía y bienestar, ahora nos toca encarnarnos más y comprometernos en las nuevas claves, con nuevas esperanzas e ilusiones, y que trabajo tiene para acompañarnos en esa dirección. Que Dios nos ilumine al presbiterio y nuestro nuevo  pastor diocesano don José. Don Celso, que en breve ordenará a tres nuevos sacerdotes, que Dios le de el ciento por uno y siga cerca de nosotros.

José Moreno Losada.

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