Jesús de Nazaret y su familia obrera La HOAC en Badajoz, celebra su 75 aniversario

Una homilía del párroco de una parroquia sencilla y obrera de Badajoz, que participa en un grupo de militantes de la HOAC y se forma con ellos en el deseo de ser iglesia en el mundo obrero y obreros en el corazón de la Iglesia. Junto a esa lectura creyente del aniversario desde la perspectiva del cuarto domingo de Adviento, el escrito de reconocimiento del obispo Celso Morga.

Homilía de Antonio Sáenz Blanco.

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Textos: Filp 2,6-11.    Lc, 1, 39-56

En el texto evangélico que acabamos de escuchar vemos que,  en un momento determinado de la historia,  Dios hace llegar sus planes a una familia obrera.

Al varón a través de sueños.  Las utopías marcan objetivos, provocan  ilusiones, generan esperanzas, atisban horizontes.

A ella por la palabra de un enviado y por su propia actitud de ir rumiando lo que pasaba a su alrededor. Podemos decir que María ejercía la lectura creyente, analizando  la realidad desde los ojos y el corazón de Dios.

Ante la oferta recibida, la respuesta de la joven pareja fue disponibilidad plena. El texto nos dice que María se levantó, se puso en camino y lo hizo "aprisa". Se convirtió en pionera de ser "Iglesia en salida"

¿A dónde fue? Allí donde se la necesitaba. No fue a hacer nada espectacular. Simplemente acudió a acompañar a una pariente anciana embarazada. Así se construye el reino: con gestos aparentemente insignificantes, pero preñados de bondad y vida.

La primera consecuencia vivible del común encuentro fue la alegría, compartida también por los que su casa era aún el vientre materno. Madres e hijos sintonizan al unísono y María se convierte en portavoz de ellos proclamando la grandeza de Dios que se torna en misericordia, reconociendo sus proezas en favor de su pueblo oprimido y expresando sus deseos de igualdad y justicia con acciones revolucionarias como derribar a los poderosos, enaltecer a los humildes, colmar de  bienes a los hambrientos o despedir vacíos a los ricos.

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María es modelo de persona en búsqueda, orante y servidora.

Desde su más tierna infancia, esto lo mamó en su hogar Jesús, el obrero de Nazaret, el hijo del carpintero.

Como hemos escuchado en el himno de la carta a los Filipenses, "se despojó de su rango, asumiendo la condición humana". Nace en la pobreza y desnudez de un establo, envuelto en pañales  (eran todo su ajuar). Ya de mayor se despojó de su manto, se ciñó una toalla  y... ya saben lo que hizo a continuación y lo que dijo a los suyos. Al final de su vida… su túnica se rifó.

Toda su existencia fue un despojarse  para promover la dignidad de todos.

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Hoy celebramos 75 años de HOAC, más de 7 décadas de vida compartida.

La HOAC es un movimiento especializado de la Acción Católica metido en la Iglesia y en el mundo.  Caminando coco a codo con otros movimientos obreros, sindicatos, asociaciones y personas creyentes y no creyentes que sueñan con vida digna para todos.  Luchando siempre en favor de los desfavorecidos, especialmente el mundo obrero empobrecido, precarizado y, en muchas ocasiones, ninguneado.

75 años son unos cuantos años. ¡Un tiempo! El tiempo (nos recuerda el Papa Francisco)  es superior al espacio. El tiempo posibilita los procesos. Y la HOAC desde siempre opta por procesos de formación que desde la metodología de ver, juzgar y actuar se convierten en procesos vitales que generan cambios significativos  personales, ambientales e institucionales.

Demos gracias al Padre y, desde el ejemplo de la familia obrera de Nazaret, sigamos levantándonos y poniéndonos en camino hacia la consecución de un cielo y una tierra nuevos donde brille la justicia.

Nota del arzobispo Celso Morga

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Quiero sumarme a la celebración del 75 aniversario de la Hermandad Obrera de Acción Católica.

Ya queda lejos en el tiempo, aunque no en el espíritu de la HOAC, aquel 1946, cuando Guillermo Rovirosa, siguiendo el mandato de la jerarquía, promovió esta forma de ser y estar en la Iglesia.

El mundo obrero sigue existiendo. Aunque su rostro haya cambiado, y aunque la evangelización de esta parcela de la viña del Señor corresponde a toda la Iglesia, los movimientos apostólicos como la HOAC, tenéis un papel destacado en esta tarea. Lo vuestro es la promoción de la justicia social, la humanización del trabajo y su cristianización poniendo en el centro a la persona que, como hija de Dios, completa la creación.

Hoy, como bien sabéis muchos, los trabajadores se enfrentan a una alta precariedad laboral, a salarios bajos, a horarios excesivos que dificultan o impiden directamente la conciliación laboral y familiar. Todo ello se ve agravado en aquellos que cuentan con poca capacitación o formación académica, en las empleadas del hogar, trabajadores agrícolas, inmigrantes…

Vosotros sois Iglesia. Trabajad siempre en comunión con toda la Iglesia, jerarquía y todos los fieles. Solo así vuestro trabajo evangelizador será eficaz.

Os reitero mi felicitación, que acompaño con mi bendición.

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