Extraido de "Trama divina, hilvanes humanos" Ed. PPC Iglesia de miedo o de paz. Cuando el amor pone paz. Pentecostes

Iglesia de miedo o de paz. Cuando el amor pone paz. Pentecostes
Iglesia de miedo o de paz. Cuando el amor pone paz. Pentecostes publico

Del Espíritu a la Iglesia de hoy :

Llegar al hombre de hoy y hablarle en su propio idioma, en su dolor y angustia, en su pobreza y cansancio, en su desnortamiento y agobio, para más allá de las diferencias y las divisiones implantadas, llegar a entender a todos y a ser entendida en su mensaje de amor y gracia.

El espíritu está llamado a romper muros entre el amor y el miedo. La paz sólo es real cuando ha vencido al miedo y se deja conducir por un amor verdadero. La Iglesia de hoy sólo podrá evangelizar si vive con la paz del resucitado frente al miedo de los que ponen la norma más allá del amor.

Lo que hay detrás del cura de mi pueblo

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El próximo domingo vamos a celebrar Pentecostés. Me encuentro preparando esta reflexión para la misma fiesta del año que viene. Lo hago en un momento en el que nos invaden con la noticia de un sacerdote en Miajadas, Enrique, que ha bendecido en una eucaristía dominical, en la Iglesia de Belén en su pueblo, a una pareja de hombres tras haber celebrado previamente su compromiso civil de pareja con el juez de paz.  Conozco a este sacerdote hace muchos años, él lleva más de cincuenta en el ministerio, siempre ejercido en esas comunidades cristianas de Miajadas y alrededores, es un auténtico cura de pueblo que ha desarrollado su ministerio con pasión y dedicación total, muy iluminador su papel de consiliario en el Movimiento rural cristiano.

Tengo que reconocer que admiro su ser evangelizador y creo que el gesto con el que se escandalizan las gentes y se le llama la atención institucional, es evangélico, realmente verdadero y con sentido, es decir, que lo comparto. Estoy convencido que no estaba en el ánimo romper nada, ni llamar la atención, sino más bien tratar evangélicamente una relación seria, sana y bondadosa tocada de amor en medio del pueblo como muchas otras. Pero lo que quiero expresar, con tal motivo, es cómo el Espíritu se mueve en el corazón de un cura amando a su pueblo, y para eso me sirvo de un escrito que encuentro en Facebook, como respuesta a esta sesgada algarabía informativa. Es de una mujer joven del pueblo que trabaja en Madrid y que expresa la verdad del ministerio del Enrique sacerdote con la objetividad de lo vivido:

“En los últimos días, el cura de mi pueblo, como a él le gusta ser llamado, por la cercanía que ello muestra a los vecinos, Enrique Gómez, invade los medios. ¡La noticia estalla tras la bendición de una pareja…y ya está! Simplemente eso…

Entiendo que todos tenemos que trabajar, incluso los periodistas, pero no todo vale y mucho menos cuando el primer principio del periodismo ético son verdad y precisión. Aun así, no pasa nada, pues, aunque no era este el motivo por el que los medios de comunicación deberían haberse interesado en él, aprovechemos este aluvión mediático para definir con verdad.

Enrique es ese tipo de cura de pueblo que pone en valor la verdadera iglesia. Desde joven está vinculado activamente en asociaciones de mujeres, amas de casa, pastoral de la salud, residencia de mayores, escuelas, catequesis, asociaciones de tiempo libre, campamentos… Es también cura para los ateos, no importa, hay muchas maneras de hacer iglesia; los jóvenes con problemas de adicción, que nunca se imaginaron encontrar en él un amigo; los estudiantes rurales, por los que tanto ha luchado para que tengan las mismas oportunidades de los de ciudad; los agricultores que cuentan con él para defender los derechos del campo…

Enrique, es también, cura de los pobres, no solo en sus pueblos, ayudándolos de manera muy personal y a través de asociaciones como Cáritas, sino que es ese tipo de cura que cada año cruza el Atlántico, hacia El Salvador, para mantener y crear nuevos proyectos de becas y emprendimiento que ahuyentan a  los jóvenes salvadoreños de las, tan temidas, maras.

Gracias a personas como él la Iglesia tiene un sentido especial. Muchos de ustedes, al leer estas líneas pensarán que es su trabajo, pero no nos equivoquemos, nadie en este mundo capitalista que vivimos haría tantos trabajos, tan diferentes, sin descansar ni un solo día a la semana, ni al año, sin remuneraciones laborales. Yo soy simplemente una joven de 35 años, que ha terminado viviendo en Madrid, y trabajando en el Barrio Salamanca, no tan practicante como debería, que gracias a él mi vida sigue enraizada al mundo rural, a la Iglesia, y que aprendió a través de Enrique quien fue Jesús y donde encontrarlo en el día a día. A todos aquellos que solo tienen “cáscara” y a los que de verdad os interesa la información, indagad en su vida, descubriréis la manera que tienen personas como él, de hacer más bonito este mundo.”

Lo leo y me emociono, porque he compartido procesos y tareas con este hermano, y me encanta como lo dibuja con sencillez esta joven creyente de su pueblo que sabe de raíces y de tierra, porque él le ha acompañado y querido en su proceso vital. Doy testimonio de que todo esto es verdad, porque el Espíritu de Dios lo habita y actúa con libertad dentro de Enrique.

Notas hilvanadas:

Al final tendrá sentido repartirnos lo vivido y conservar las ganas. Que por esta vez la historia cargue contra la memoria y además, no duela. Porque no hemos aprendido nada”

No hemos aprendido nada

(Viva Suecia-No hemos aprendido nada)

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