Si quieres seguirme carga con tu cruz... Juventud perdida y temerosa

La experiencia vivida de acompañamiento a jóvenes adolescentes y mayores despierta interrogantes fuerte. Nuestros militantes viven situaciones de pérdida de su juventud y viven en el miedo a ser jóvenes con profundidad y personalidad. Los tiempos y los aires no les son favorables y sufren de verdad. No debemos pasar por alto sus situaciones y sufrimientos.

Pérdida y temor de la juventud

cuaderno

Acabábamos de llegar y ya estaba atrapado por las historias de una cincuentena de jóvenes, por las novedades que la vida grita a través de ellos y que invita a anotar en el cuaderno que alimenta mi espíritu. Era el momento de reflexión orante de la mañana, a la luz de un sencillo texto evangélico sobre la familia - ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? -, se provocó la riada de luz imparable, cristalina, como lo es la garganta de Cuartos que nos acoge. Primero intervino un joven colombiano que lleva meses en España, se vino buscando vivir porque en su realidad no era posible avanzar como persona en sus inquietudes. Iba a ser el primero de su familia que arribara a la Universidad y poco antes de llegar les robaron lo que tenía bien guardado para la matrícula y la estancia. Con el consentimiento de los suyos, se endeudó para el pasaje de avión y se plantó aquí en este terreno extremeño con la desnudez de la ilegalidad, con la fe de los que surcan el cielo, movidos por la confianza que otros tienen en él y la que entiende que también le refuerza su ser creyente. Para poder ir costeando su vida y sus deudas ha escrito alguna novela y dibuja comics que próximamente podremos tener en nuestras manos, tiene dieciocho años. Nos da testimonio de lo que es el paso de la inseguridad, del temor, del atraco y la amenaza de muerte, a vivir en paz y a luchar por la vida en condiciones humanas. Converso con él y no me canso de sorprenderme, una madurez inusual, vivió con una persona que era conocida de la familia que tuvo que marcharse, y ahora vive solo y se va creando un mundo familiar nuevo, siente y descubre a los que lo miran como hijo, hermano, amigo, comunidad… y a los que alguna vez le hacen sentirse nada o muy distinto. Ahora está aquí con nosotros y se convierte en referencia de vida, el camino del bien ser más allá del bienestar. Con él avanzamos en un diálogo en un grupo de unos veinte jóvenes de su edad y nos preguntamos qué entendemos por vida exitosa y vida fracasada. ¿Son ellos fracasados o exitosos? Cada uno va desgranando como se ve ante este tema. Algunos que llevan días en Badajoz y vienen de Venezuela con lo puesto, el joven que está terminando estudios de piano en el conservatorio de Badajoz, la chica de Rusia que fue adoptada a los seis años, el que ha salido por primera vez a un espacio de este tipo fuera de su protección familiar y siente inseguridad, la que hace bellas artes y está afectada porque hace poco una compañera cercana fue violada. Otros que se acercan ya a la elección de carrera y se preguntan qué sentido del estudio están viviendo si les ayuda a ser felices o les angustia su escolaridad, también el que ha fracasado en los estudios. Ha sido intensa el proceso de reflexión y al terminar nuestra semana de formación me sorprende la conclusión del joven colombiano, nos daba las gracias porque él había tenido que perder su juventud, dejarla allí, para poder vivir y ser, y ahora en estas jornadas la había recuperado, necesita seguir siendo joven, no crucificar su juventud. En los otros veía admiración ante él y su confesión, y emoción en aquellos que han ido manifestando que les da miedo ser jóvenes de verdad, tener identidad propia y conquistar su personalidad, ser ellos mismos. Yo me quedaba con el cante de una sociedad que a unos le roba su juventud y a otros los asusta para vivirla en autenticidad.

jec

José Moreno Losada

Volver arriba