Permaneced en mi amor y daréis frutos abundantes Oración de todos los cristianos por la fraternidad universal

Acabamos de celebrar el octavario por la unidad de los cristianos y ya estamos en la antesala del día de la fraternidad universal - 4 de Febrero-. Por otra parte la semana de la interconfesionalidad y el encuentro interreligioso. Deseamos ese vínculo de lo humano en el sentido de lo trascendente. Hemos de orar unidos todos los cristianos para abrirnos al diálogo interreligioso y universal en la perspectiva espiritual y trascendente de lo humano

oracion
Padre nuestro...

Padre bueno, tocados por la gracia de Jesucristo y animados por su Espíritu, nos unimos en tu presencia para alabarte y darte gracias, para pedirte perdón y abrirnos a tu luz que se adentra en las tinieblas y que nos alumbra en la esperanza de la vida eterna, en el deseo de la plenitud en Cristo Glorioso y resucitado.

Sin muros...

Un año más redescubrimos tu llamada a permanecer unidos en tu amor, sabemos que no somos nosotros los que te hemos elegido a ti, sino tú quien nos has elegido a nosotros. Y lo sentimos en esta acción agraciada de poder orar juntos, en esta noche, como hermanos de una misma sangre redentora, que ha roto todos los muros que nos separan y nos llaman a la unidad de la Trinidad.

Luz y gracia universal

Hoy proclamamos que cuando nos unimos a tu Hijo, el Espíritu nos une y nos acerca, pero que cuando nos separamos de Ti y caminamos por nuestras fuerzas y esfuerzos sin contar con tu gracia, nos separamos y nos dividimos siendo escándalo para los gentiles y los sencillos de corazón. Lo notamos en el seno de nuestras comunidades eclesiales y en el encuentro entre las iglesias. A mayor oración en el Espíritu más cercanía y comunión. Gracias por hacernos testigos de esta verdad iluminadora. Que nunca se apague en nosotros la unión orante con Cristo para poder permanecer en el deseo de la unidad verdadera. No permitas que nos alejemos de tu luz y tu gracia, para encontrarnos en tu verdad.

Interpelados por la pandemia

Tu Espíritu nos interpela en esta pandemia universal que nos llena de dolor e incertidumbre, nos llama a la fe verdadera. Cómo podemos permitir que nos separen elementos diversos cuando todos estamos llamados al dogma de la vida amada y del cuidado de todos nosotros en la fraternidad universal y el cuidado de nuestra casa común. Ahora más que nunca sentimos tu llamada a la unidad en la caridad y en el deseo del cuidado mutuo con tu compasión y tu misericordia.  Danos tu luz para saber leer este momento como momento de gracia, para abrirnos a la solidaridad universal, al cuidado de lo pequeño para buscar la salud integral, la que es derecho toda la humanidad independientemente de nuestros credos y religiones.

Criaturas todos, necesitados del absoluto...

Sabemos que, para ti, en Cristo, no somos siervos, sino hijos y amigos, que tú quieres a cada uno en su singularidad y pluralidad. Ayúdanos a entender que tú no te olvidas de nosotros en el dolor y la muerte, porque te has hecho uno con nosotros en Cristo encarnado, muerto y resucitado. Danos la fe suficiente para saber ver en tu rostro crucificado a todos nuestros hermanos que han muerto en este proceso de pandemia, a creer que están contigo en la esperanza de la resurrección que tú nos has prometido. Ayúdanos a sentir como tú estás en todos los que ahora están sufriendo la enfermedad, en todos los que acompañan y ayudan en el dolor, a todos los profesionales que hacen de su trabajo un lugar de presencia teológica y de ejercicio de la fe que se entrega y se dona en favor de los hermanos. Ilumina a nuestros responsables políticos y dale acierto para que sepan poner lo humano en el centro de todos sus intereses.

Valores de fraternidad universal

Queremos ser bienaventurados de lo sencillo, de la mansedumbre, de la paz, de la justicia, del consuelo, de la limpieza de corazón, y para eso te necesitamos a ti y tu fuerza. Que tus sentimientos de bondad y misericordia vengan sobre todos nosotros, sobre todas las iglesias, para que vengamos a converger en los sentimientos verdaderos de Cristo. Que sea el amor el que nos empuje a la unidad y bendiga todos nuestros procesos y trabajos de encuentro y significatividad de comunión ante el mundo.

Haznos fieles a la oración universal y únenos en tu propia oración, la de los hijos, la que nos hace clamar Padre Nuestro.

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