Extraído de "Sinfonía divina, acordes encarnados" Edit. PPC
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Vendrá el Señor con su fuerza
Nos aprietan, pero no nos aplastan… sentimos el peso cansado de una historia que a veces nos rompe en el camino, sentimos el dolor que dificulta la respiración de lo humano y de lo natural, pero nada puede acabar con nuestra esperanza. La esperanza ese valor fundamental para permanecer en la vida, la que viene con el Adviento de lo posible porque redescubrimos el amor y la fuerza de la justicia compasiva divina. Ahora es momento de sembrarnos en una historia que será nueva, venimos con la experiencia del dolor y de la dificultad, pero con la savia del amor descubierto que permanece más allá de lo que nos provoca la muerte. Hoy más que nunca tenemos razones para la esperanza y sentimos la responsabilidad de sembrarla y celebrarla con la humanidad entera. Hoy nos abrimos a este tiempo y a esta palabra que no deja rendijas a la desesperación y al desánimo. Ahora es el tiempo en el que no anunciamos éxito, ni siquiera progreso, pero sí fraternidad y compasión universal. Paz y armonía de lo común, somos una familia y toda la tierra es nuestra casa y lo será gloriosa. Ven Señor, Jesús.
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