Extraido de "Trama divina, hilvanes humanos" (Ed. PPC) Sal de tu engaño: seguridad, comodidad, autojustificación....si quieres seguirlo

Sal de tu engaño: seguridad, comodidad, autojustificación....si quieres seguirlo
Sal de tu engaño: seguridad, comodidad, autojustificación....si quieres seguirlo José

No nos engañemos a nosotros mismos ni a los demás. No hay otro modo de seguir a Jesús que la radicalidad de la cruz provocada por la vivencia de sus sentimientos en medio del mundo. Todo revestimiento y justificación de seguridades y comodidades no es de su Reino. En el momento actual estamos llamados a la sinceridad del seguimiento sin componendas.

El misterio de la cruz y el seguimiento

La verdad

La mayor tentación para la iglesia y el cristiano es asentarse en un cristianismo burgués. Pretender la conciliación de lo religioso con las seguridades humanas, revestir nuestros modos y costumbres llamándoles necesidades y autocuidados no es de creyentes. Engatusar la radicalidad con el buenismo es un ataque a la verdad del evangelio; presentar el cristianismo en la comodidad de emociones cálidas sin compromiso es entrar en la dinámica que Jesús llamó del demonio cuando Pedro no quiso aceptar su mensaje de compromiso y entrega, aconsejando que cambiara su discurso evangélico, por otro más asequible. Aunque aludir a este texto evangélico y su radicalidad para fundamentar polarizaciones y conservadurismos en la iglesia no es menos grave que lo anterior. La iglesia está llamada a la verdad del evangelio y la disponibilidad de una libertad que no esté comprada con nada de este mundo, aunque le ofrezca éxito y seguridad.

Sólo desde la entrega radical se puede vivir el "enseñar, anunciar y curar" propio de Jesús. En el despojamiento experimentamos la verdadera paternidad del Padre, la que genera libertad auténtica y confianza sin límites. La mirada al horizonte, en el sentir comunitario, nos invita a no dejarnos acaparar ni por la seguridad, ni el reconocimiento del éxito, ni por el poder; a la Iglesia de hoy el Espíritu le pide caminar por la pobreza, la humildad y la debilidad para hacerse creíble.

El evangelio de Jesús al que seguimos reclama de nosotros andar por estos caminos que nos demandan dejar el acomodo institucional y "salir" desde el corazón del Padre para todo el mundo, especialmente a las periferias; hoy necesitamos conversión pastoral y misionera. El gozo del Evangelio sólo nos llegará por el camino del riesgo en la misericordia y la compasión. El Papa, día a día, gesto a gesto y palabra a palabra, nos está señalando esta dirección.

La radicalidad de la libertad evangélica

Nos interpela la vida de muchos laicos y sacerdotes que viven con pasión y radicalidad su entrega y compromiso, los que rompen sendas trilladas y abren caminos nuevos, los que no se dejan vencer por las estructuras caducas y son creativos, los que no aguantan la injusticia y se enfrentan a ella, los que traspasan fronteras y establecen puentes con las periferias y ponen a los últimos en el centro de la vida y de la comunidad. Nos anima su testimonio y pedimos al Padre que nos de su Espíritu, el que conduce al desierto y da fuerzas suficientes para vencer al tentador de este mundo y de este siglo. Estructuras, comodidades e inercias que se resisten al evangelio de la verdad, la justicia y la fraternidad; estructuras caducas que se resisten al evangelio que genera vida y alegría auténtica, que se esconden ante la novedad de un nuevo mundo y una Iglesia nueva, la que renace en el crucificado que ha resucitado y vive para siempre.

No podemos menos que preguntarnos, ante esta invitación de Jesús a enfrentarnos a la tentación de la seguridad, por qué nos cuesta tanto hacer lo que hacen, con tanta facilidad, los jardineros: podar las estructuras caducas y salir de los acomodos institucionales que impiden la evangelización hoy.

El Evangelio nos enseña la libertad para encontrar siempre la novedad del Evangelio en nosotros, en nuestras vidas y también en las estructuras. El Papa reiteró la importancia de la "libertad de elegir odres nuevos para esta novedad". Y agregó que el cristiano es un hombre libre "con esa libertad" que nos da Jesús: "no es esclavo de hábitos, de estructuras” lo lleva adelante el Espíritu Santo".

La gente no te va a creer y alguno lo intentó... más fácil comenzar por la verdad¡¡¡ (Siloé)

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