Un hombre de andar por casa... San José y la nueva masculinidad ("Hombres de cuidados")

Se acerca la celebración de la festividad de san José que viene enmarcada en el contexto de la cuaresma. Un tiempo de conversión, muy propicio para poder revisar cómo estamos viviendo la masculinidad en nuestra sociedad y cómo estamos llamados a una conversión para mayor libertad y vivencia de lo más auténtico de un modo de vivir abierto al cuidado y a la ternura. San José en su silencio y sencillez  rompió estereotipos y prejuicios de aquella sociedad y de los formalismos religiosos. Un referente que hoy sigue teniendo seguidores vivos en la puerta de al lado, como vemos este libro vivo "Hombres de cuidados".

San José y la nueva masculinidad

Celebrar a san José es celebrar la gloria del silencio, la grandeza del que acoge en sueños una salvación que le implica en lo oculto de lo diario frente a toda notoriedad esforzada.

Soñar hoy la familia, la comunidad, es adentrarse en un silencio, con deseo de profundidad y confianza en el que todo lo puede y acogerse a su voluntad sin peros ni obstáculos.

La paternidad del silencio se hace fecunda en un acompañamiento que fortalece y posibilita la revelación del amor entregado y gratuito. Hay modos de entender la vida y la realidad que se hacen fecundos en el anonimato de lo diario y lo cotidiano.

san josé

Vivir la presencia del Dios de la Palabra en el mayor silencio hace de san José referente para una sociedad y una iglesia que necesita profundidad, que ha de pararse para descubrirse e interpretar la realidad desde claves teológicas que superan nuestras coordenadas miopes de seguridad y fuerza. Recuerdo la semblanza espiritual y bíblica que hacía Margarita Saldaña en su libro sobre " San José, los ojos de las entrañas". Ahí nos presenta la espiritualidad de lo fecundo del proceso en lo oculto, hoy creo que sigue ocurriendo.

Hoy la sencillez, el silencio y la coherencia de este judío sencillo que acompañó a Jesús, se convierte en clave para una espiritualidad que favorezca la familia y la comunidad auténtica, la fraternidad de origen y de destino.

El silencio y la sencillez han de acompañar hoy el proceso de conversión hacia una nueva masculinidad que sea propia de lo humano y que se abra a la realidad de la verdadera equidad entre mujeres y varones al hilo de lo fundamental de lo humano y lo compasivo. Necesitamos referentes de transformación que experimentan la novedad en sus propias vidas al ensayar un nuevo modo de sentir y de actuar, abierto y sin limitaciones.

cuidados

Traigo esta reflexión al hilo de un libro, “Hombres de cuidados” (Edit. San Pablo) que tengo entre mis manos y que tiene como autor a un laico cristiano de profundidad y hondura, Kike Delgado, con el que he compartido trechos de este camino y de otros compromisos. En este libro encontraremos a un varón  que busca la verdad en la propia experiencia de su vida y que está dispuesto a compartirla y contarla, sin ocultar su debilidad, sus límites, sus dudas, a la vez que comunica la alegría de un modo nuevo de ser que está al alcance de quien esté dispuesto a dejarse hacer desde lo más profundo y real de la propia vida, rompiendo estereotipos y prejuicios de la masculinidad que nos han marcada y determinado limitando el propio evangelio de lo humano. Me imagino a san José,  como a él, rompiendo esquemas y abriéndose a un modo nuevo de vivir el matrimonio y construir su familia, abriendo a la humanidad al nuevo horizonte de un reino sin fronteras, sin exclusiones, ni divisiones ni desigualdades inventadas por culturas que no son naturales sino fabricadas y que necesitan ser revisadas hoy de un modo nuevo.

El propio autor, Enrique Delgado, nos habla de su relato con estas palabras: “Y, ¿qué nuevo tipo de hombre va surgiendo a medida que avanza dicho proceso? Podremos decir que  emerge una persona que, ante el momento de encrucijada que vivimos como civilización, elige, desde su libertad, atravesar viejas resistencias y prejuicios y vivir una mudanza integral que le vuelve más auténtico y humano. Su vocación es a vivir en armonía con todo lo que le rodea y, por eso, renueva su mirada ante la realidad. Son muchas las bondades de este estilo alternativo por el que se le invita a transitar y que esconde el germen que posibilitará, a su vez, el cambio de esta sociedad individualista, competitiva y consumista. Si hubiera que pregonar sus bondades podríamos anunciarlo así: “ya está aquí el nuevo hombre, pero con el "sabor" de los cuidados de siempre”.

Creo que es de una singularidad especial este relato, que merece la pena ser contrastado con todas nuestras vidas de varones en la sociedad actual, para reencontrarnos, reconocernos y sobre todo abrirnos a lo nuevo, a ser más en profundidad y en verdad de lo que realmente somos. En manos de las mujeres creo que también servirá para que puedan comprender lo que es un proceso de transformación verdadera en la masculinidad, visto desde la experiencia propia de un varón comprometido, para lo cual necesitamos su apoyo y colaboración, a la vez, que su paciencia y comprensión por nuestro lento aprender al nuevo hombre, al hombre de los cuidados y la ternura explícita. Me parece propio para la cuaresma y para la pascua, se trata de un verdadero proceso pascual y necesita de desierto y silencio. Y además extraordinario como regalo para el día del Padre. 

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