Día del voluntariado Voluntarios por amor: La "Inmaculada" y Agustín.

Ayer mismo... hechos de vida que anoto en el día del voluntariado en mi cuaderno de vida. Qué relación más bonita entre la mujer que hace la voluntad de Dios - la mejor voluntaria divina- y la voluntad de Agustín, al salir de la cárcel, lleno de amor   y generosidad. Ayer  me ayudaron a celebrar la Eucaristía de un modo singular.

La Inmaculada y Agustín: voluntarios

"Hágase tu voluntad..."

voluntariado

Muchas personas me recuerdan que hoy es el día del voluntariado. Eso me hace pensar en la “voluntad”.  En nuestra fe cristiana y en la educación humana siempre se ha considerado fundamental la voluntad, es lo que había que vivir y entregar, fuera la voluntad de Dios que pedimos que se haga en la tierra como en el cielo, sea la nuestra que hemos de educarla para poder realizar un verdadero proyecto de vida en orden a los valores que más nos satisfagan y enriquezcan de cara a ser felices. O sea, eje vertebral de nuestro ser y desear es la voluntad. Se entiende que esa es la raíz y la fuente del verdadero voluntario, una persona que ha entregado y conducido su voluntad en el camino de un valor de bondad y de amor verdaderos.

Disponibilidad amorosa

Con esta clave tan filosófica y moral me viene a mi mente la conexión entre dos figuras, una muy conocida y otra muy anónima, la de la virgen María y la de Agustín, usuario del centro hermano. Ayer vino a la celebración de la Eucaristía junto a otros compañeros del centro, una familia que acaba de llegar del Perú y David y José. Nos saludamos y me dijo que quería hablar conmigo, porque él estaba ya en un momento de su proceso más abierto y confiado y ya podía hacer cosas fuera del centro. Le ilusionaba conectar conmigo y con la parroquia para hacer lo que necesitemos de él, sea limpiar, ordenar, cualquier cosa en la que él pueda ser útil para los demás.

Una historia de Dolor y  de amor

hermanos

Su historia es un proceso de dolor y ahora de esperanza y salvación. De familia bien construida, económicamente saludable, educados y formados. Sin embargo, él se desorienta, muere su madre y se rompe aún más, hunde su matrimonio hace diez años, con problemas de adicción, tiene que alejarse de su esposa y entra en el centro penitenciario. El primer año lo pasa fatal, envía cartas a su (ex)esposa y así rompe orden de alejamiento y se amplía su condena. Pero al pasar dos años, comienza a cambiar en su interior y en la misma cárcel comienza a ser otra persona, se libera de la adicción y comienza a rescatar lo mejor que hay dentro de él. Hace de enfermero en el centro. Al salir de la cárcel le ofrecen vivir en libertad vigilada o poder ir a un centro un tiempo, él con sensatez elige un centro de Cáritas, porque la vida ha cambiado mucho desde que el ingresó en el centro penitenciario, ha de irse haciendo poco a poco y recuperar a su familia mostrando su sanación verdadera para curar el dolor que había producido en todos ellos. Y con su cambio siente el deseo profundo, ahora que ya puede salir, comunicarse, etc. De darse a los demás, de amar. Quiere construir relaciones nuevas en la novedad de la gratuidad y del ser para los demás. Saber dar gracias por todo lo que está aconteciendo en su vida, por el cambio y el proceso, por todas las personas que le acompañan. Hay otro modo de vivir, viene de vuelta y ahora sólo quiere lo verdadero, desea luchar por lo que hoy es y quiere ser. En la cárcel ha cambiado y se ha recuperado. Verdadero milagro.

María, inmaculada para ser voluntaria 

inma

YO lo uno, desde esta perspectiva del voluntariado, con la figura de María en el magníficat, ella manifiesta su alegría y el deseo de hacer la voluntad de Dios en su vida porque se siente querida y bien mirada, en su pequeñez y en su debilidad por el Padre. Ve como Dios le ha llevado y cuidado, rodeado de amor en su debilidad, y esta super agradecida, por eso quiere vivir desde la gracia desde la gratuidad. Se siente unida a los sentimientos de Dios y quiere que esa voluntad divina penetre todo su ser y colaborar, desde lo pequeño, con la salvación del mundo, para que los hartos no sean egoístas y los pobres satisfagan su hambre con buen pan y con la riqueza del cuidado fraterno. Dios se entrega y cumple y ella quiere ser de Él, hacer y sentir lo mismo. La alegría y el amor la desbordan y desea regar con su humildad y su bondad toda la creación y la humanidad.

El mismo sentimiento y amor: Inmaculada y Agustín

Percibo que el sentimiento que ahora mismo inunda a Agustín es el mismo.  Dios ha hecho cosas grandes con él para sacarlo del infierno y llevarlo a lo mejor de sí mismo al amor, y ahora no quiere, no puede querer otra cosa, que estar lleno de ese amor y vivir de él. Me encanta ver el brillo de los ojos de Agustín, su alegría y su sonrisa, aunque todavía está esperando el arreglo de los dientes que vienen maltrechos de la vida anterior, pero que pronto van a estar nuevos y blancos… como su vida y su deseo de ser voluntario.  Yo quiero hacer todas las cosas con la voluntad que él ahora mismo tiene. La razón última del voluntariado no ha de ser otra que el exceso de un amor recibido y desbordado. Ahí Dios tiene mucho que ver, aunque el propio voluntario no se dé cuenta. Amamos porque hemos sido ganados por el amor. Gracias Agustín, yo quiero ser voluntario con tu voluntad, y con la de la Virgen María.

José Moreno Losada.

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