"Conectados y... ¿vinculados? Volver al misterio de la cuaresma y la pascua

La cuaresma será una invitación clara a entrar en lo profundo para vivir desde el Espíritu y el amor, en una relación nueva con el mundo, con nosotros mismo, con los demás y fundamentados en la relación con Cristo, nuestro Señor. La Pascua será la proclamación viva y real de que otro mundo es posible, que la vida viene por la autenticidad, la entrega y la comunión de todos.  Debemos elegir entre una sociedad utilitaria e individualista u otra en la que tenga cabida y centralidad las iniciativas y experiencias de revinculación colectiva y de cuidado comunitario.

En la historia de la salvación...

Cuaresma Pascua

 Volvemos a encontrarnos dentro de este año litúrgico para seguir adentrándonos en la experiencia de Dios, personal y comunitariamente, al hilo de la temporalidad, como pueblo de Dios que va caminando en el proceso de una historia de salvación en la que se conjugan dos libertades: la divina y la humana. Cristo es nuestro centro y fundamento, en él y por él somos, y vamos descubriendo nuestro sentido y nuestro horizonte. En El encontramos el fundamento de nuestra libertad y de nuestra vida, por eso lo queremos seguir.

Centrados en Cristo

Los tiempos de cuaresma y pascua son itinerarios profundos que nos llaman a la conversión y a una vida nueva en el seguimiento a Jesús de Nazaret. El amor encarnado de Dios en Cristo, se hace misericordia, perdón, sanación de nuestras vidas y de nuestro mundo, para arribarnos al puerto de la verdadera esperanza en una vida que vence a la muerte, en la misma cruz, y que se nos da como vida eterna, como tesoro inagotable e inalcanzable, como donación suprema del amor divino en el resucitado.

El horizonte de encarnación, muerte y resurrección se nos muestra integralmente, se trata del proceso de armonía y salvación de toda la realidad, lo que supone salvación de cada hombre en todas sus dimensiones, de todos los hombres, de toda la historia y de toda la creación. No hay nada creado que no esté llamado a la plenitud, porque todo ha sido creado por amor para la vida. Por eso la cuaresma nos llama a la autenticidad, a la limpieza de corazón, la que nos hace vernos, ver a los demás, al mundo y al propio Dios con pureza de espíritu, con verdad y con luz. En este camino de pureza salvífica estamos llamados a un modo de relación nuevo que responda a los peligros que nuestra cultura y nuestra sociedad nos están mostrando.

En el hoy de lo humano y de la creación

El reciente Informe Foessa, tras un estudio profundo de la realidad de nuestro país, muestra el peligro que puede tener nuestro mundo hoy día al avisar de que “Las relaciones interpersonales y sociales se están reconfigurando con una perspectiva esencialmente utilitaria, sustituyendo la vinculación por la conexión. Corremos el riesgo de sustituir las relaciones por conexiones, el vínculo por el contacto, un mundo social lleno de fantásticos contactos, pero sin relaciones reales. La extensión de las redes sociales nos ha abierto las puertas al mundo, nos permiten una realidad de relaciones impensables hasta hace muy poco tiempo, pero se trata de relaciones que «conectan» pero no necesariamente vinculan. Establecerlas es tan sencillo como romperlas, basta con apretar el botón derecho del ratón. Las redes sociales hacen posible la máxima sociabilidad de la historia, pero no garantiza la mínima comunidad donde vivir. Puede que tengamos un mundo social lleno de fantásticos contactos, pero sin relaciones reales.

Por una revinculación comunitaria y viva

Percibir al otro de manera utilitarista debilita las relaciones y su potencial individual y colectivo. Si nuestro país no ha sufrido más durante la Gran Recesión ha sido en gran parte por la persistencia de vínculos no utilitaristas, especialmente los familiares que han sostenido y contenido una buena parte de las consecuencias de la misma en el contexto de un débil Estado de bienestar. Debemos elegir entre una sociedad utilitaria e individualista u otra en la que tenga cabida y centralidad las iniciativas y experiencias de revinculación colectiva y de cuidado comunitario”[1].

La alternativa conclusiva de este gran estudio es clara y precisa, o con la seguridad aparente del utilitarismo -puro bienestar- o comunión y fraternidad, apostando por la vinculación y el cuidado comunitario, tal como también nos presenta el Papa Francisco en su encíclica “Laudato si”, cuando nos habla de la ecología integral y del evangelio de la creación. La cuaresma será una invitación clara a entrar en lo profundo para vivir desde el Espíritu y el amor, en una relación nueva con el mundo, con nosotros mismo, con los demás y fundamentados en la relación con Cristo, nuestro Señor. La Pascua será la proclamación viva y real de que otro mundo es posible, que la vida viene por la autenticidad, la entrega y la comunión de todos.

La campaña de Cáritas nos sigue recordando que nuestro compromiso mejora el mundo y eso supone abrirnos a las relaciones que son de vida y que apuestan por la implicación en modos de ser y estar que generan vida auténtica.  Hemos de escuchar las motivaciones que nos proponen de cara a nuestro actuar: “La Campaña Tu compromiso mejora el mundo nos permite profundizar en lo que significa el compromiso cristiano como una forma de ser y estar en el mundo y responder a esa realidad que nos reclama; y también nos lleva a dar un paso más, a hacernos preguntas y a cuestionarnos cómo y desde dónde hacemos las cosas. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Se trata de ahondar en la calidad y autenticidad de nuestra acción, en la raíz misma de nuestra motivación. Estamos invitados a salir al encuentro de los demás, al encuentro de los más solos y abandonados, de los que más necesitan, de los más pobres y olvidados. Aquí está la principal razón de ser de Cáritas, movilizar el amor que existe en cada persona, movilizar la capacidad de acogida y compasión que existe en cada uno para hacernos salir al encuentro de quien necesita escucha y atención, al encuentro de las personas más pobres y vulnerables, los preferidos de Dios (pag 3).

Con un corazón compasivo y comprometido

Abramos nuestros oídos y nuestros corazones a la Palabra y a la vida en la liturgia, el Señor con su Espíritu nos dará un corazón de carne, lleno de profundidad, sentido, amor compasivo y entrega. Este corazón nuevo hará de nosotros personas llenas de vida y de cuidado con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza, y seguro que abrirá nuestro espíritu para ser uno de tantos entre los más pobres, para compartir con ellos nuestros bienes y, sobre todo, compartir con ellos la riqueza de nuestro Dios, que siendo rico se hizo pobre para que nos enriqueciéramos todos con su filiación divina. Los pobres tienen hambre de Dios y Jesús nos dice en este tiempo nuestro “dadles vosotros de comer”, así nos lo recordaba el Papa Francisco: “Antes que nada, los pobres tienen necesidad de Dios, de su amor hecho visible gracias a personas santas que viven junto a ellos, las que en la sencillez de su vida expresan y ponen de manifiesto la fuerza del amor cristiano. Dios se vale de muchos caminos y de instrumentos infinitos para llegar al corazón de las personas. Por supuesto, los pobres se acercan a nosotros también porque les distribuimos comida, pero lo que realmente necesitan va más allá del plato caliente o del bocadillo que les ofrecemos. Los pobres necesitan nuestras manos para reincorporarse, nuestros corazones para sentir de nuevo el calor del afecto, nuestra presencia para superar la soledad. Sencillamente, ellos necesitan amor” (III Jornada mundial de los pobres, 17 noviembre 2019, nº8).

[1] Fundación Foessa, Resumen VIII Informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España. Cáritas Española. Madrid, 2019. 24.

Si quieres hacerte de estas reflexiones y guiones para los tiempos de cuaresma y pascua, puedes dirigirte a:

https://www.caritas.es/categoria-producto/colecciones/guiones-liturgicos/

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