Puesto que has sido fiel en lo poco... y en el barrio Un adiós de gloria a un sacerdote querido
Hoy en la barriada de Suerte Saavedra, en la parroquia de San Pedro de Alcántar, el obispo Celso Morga, junto a un grupo numeroso y de sacerdotes y una gran represetnación del pueblo de Dios diocesano han dado su adiós de gloria al sacerdote Pepe Carracedo. Un hombre de ochenta y ocho años, hoy era su cumpleaños, que desde la cristiandad pasó a la Iglesia Pueblo de Dios, con los aires del concilio y , desde entonces, ha vivido con y para el pueblo. Su templo ha sido el barrio, y el barrio ha sido para él lugar de pasión y de pascua. La celebración ha dado cuenta de su singularidad y su originalidad de su mundo de relaciones creadas al aire del Reino de Dios con su lema: "Tú antes que yo, y los demás antes que tú y que yo". Desde ahí ha entendido la llamada a ser realmente uno para ser signo del Dios Padre en Cristo resucitado.
| José Moreno Losada
Pepe Carracedo, original, auténtico y único...

Todos tenemos miles de anécdotas de Pepe, tanto con respecto a su personalidad como a la vivencia de su ministerio. Esa unidad de vocación y vida al servicio del Reino de Dios. Tiempo habrá de reflexionar y leer en creyente su vida y su ministerio, aunque ya nos adelantó él algo con ese libro recopilación sobre los 25 años del barrio y la parroquia de San Pedro de Alcántara.
Yo traigo a colación hoy antes de ir a su misa de despedida en la tierra, la anécdota de ayer en la residencia de la granadilla, y que hoy pondré en el altar de esa parroquia. Al decir en la Eucaristía que había fallecido este sacerdote, cuando terminé se acercó en primer lugar el "negro", residente de hace unos años, que vivió en suerte de Saavedra, y me dijo se me ha muerto Pepe, mi amigo, y mi hermano... para mí más que mi familia. Cuando estaba solo y abandonado en la calle, por mi mal vivir, él siempre estuvo pendiente de mí y me trató con una dignidad de hermano. Y junto al Negro, Juan JOse, se acercó María Ángeles, hermana de Marina, ella ha trabajado siempre en cuestiones de trabajo social, y se ha movido en todos los movimientos sociales de Badajoz. Me confesaba que ella ha discutido con él miles de veces, a la vez que ha compartido miles de luchas en favor de los débiles. Recordaba especialmente cómo el día de la riada a las seis de la mañana, estaban los dos camino de la iglesia para abrirla y organizar aquello, iban cogidos de la manos para no resbalarse en el barro, y los dos lloraban ante aquella desgracia que les superaba, sobre todo en los primeros momentos de confusión y de muerte.
Dos personas distintas que ayer daban gloria a Dios por este hermano, que hacía creíble el evangelio del Domingo: "se hizo carne y puso su tienda entre nosotros", Pepe cura encarnado en el pueblo, uno más entre ellos, que puso la tienda y trabajó para un nosotros lo más grande y digno posible., Gracias por tu afán y tu seguimiento de Jesús, por tu amor a la humanidad, especialmente a los preferidos de Dios.