Tú todo lo hiciste porque lo amas... La biodiversidad es vida, defenderla es cuidarnos

Seguimos con esa conversión a la casa común, la del Padre. La biodiversidad es un reto lleno de vida, de pluralidad, de belleza, de fuerza, de salud, de esperanza. Ponerla en peligro es "des-cuidarnos" y "des-cuidar" a los demás. Estamos a tiempo todo está interconectado y todos somos biodiversidad.

Por el respeto a la biodiversidad, te rogamos óyenos.

Video de oración y contemplación: Biodiversidad

armonia

Son inseparables vida y diversidad, somos biodiversidad, cuando dejamos de ser diversos morimos y desparecemos. La pluralidad de la vida es reflejo de la totalidad holística, de la unidad de la creación, de la fraternidad de la naturaleza,  de la dependencia vital, porque todos somos de todos. El clima, el agua, el suelo… y todo ser viviente que respira, que bebe y se moja, que se arraiga, vive y camina por los suelos y los cielos, todo ser forma parte de un proyecto lleno de sentido y de amor. Todos necesitamos de todos y todos estamos interconectados.

Nuestro planeta es biodiverso, es rico en la variedad de vida que se desarrolla en él: los genes, las especies y los ecosistemas. Los alimentos, las medicinas y otros productos derivan de organismos vivos. Pero como nos advierte el Papa Francisco, por nuestra culpa, “cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre.” (LS33). La actividad humana se hace “omnipresente”; provocamos “constantes desastres” en nuestra interacción con la naturaleza. Causamos daños no intencionados incluso cuando intentamos enmendar un problema. (LS34)

luz

No podemos seguir así con este modo de muerte, de agotamiento de vida, cada vez que desaparece una especie, herimos un ecosistema, estamos enfermando todos. Así lo estamos padeciendo hoy nosotros, pero lo llevan sufriendo hace siglos muchos otros más pobres y débiles.  Hoy necesitamos dimensionar las consecuencias intencionadas y no intencionadas de nuestros actos presentes y en el largo plazo, y valorar la naturaleza en todas sus manifestaciones. Somos agraciados en nuestra región por la riqueza de biodiversidad, seamos conscientes de ello.

cruz y luz

Como creyentes estamos llamados con urgencia a vivir nuestra fe, nuestro credo en Dios padre y creador, y en Cristo, alfa y omega, centro amoroso de esa creación. Los hacemos cuando recordamos como Dios “lo ordenó todo y fueron creados todos los seres, los fijó por siempre… y les dio una ley que no pasará (Sal148,5y6). Una ley de vida que nos compromete hasta los detalles más cuidadosos sobre todos los seres: “si ves caído en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te desentenderás de ellos[…] Cuando encuentres en el camino un nido de ave en un árbol o sobre la tierra, y esté la madre echada sobre los pichones o sobre los huevos, no tomarás a la madre con los hijos» (Dt 22,4.6). El cuidado de los diverso y el respeto a la vida en todos sus niveles es la manifestación clara de nuestra fe en el Dios Padre y creador. Nuestro modo de reconocer que Dios “ama a todos los seres y no aborrece nada de lo que hizo, porque, si algo odiara, no lo habría creado» (Sb 11,24). Jesús, lo reconoció y lo vivió así, basta ver con qué naturalidad hablaba del Padre y su relación con las criaturas: «¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Pues bien, ninguno de ellos está olvidado ante Dios» (Lc 12,6). «Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta» (Mt 6,26). Fieles a Cristo se nos pide el cuidado y respeto a la biodiversidad, hasta lo más pequeños seres.

luz de atardecer

Señor, ayúdanos a ayunar de una visión mercantilista y tecnológica de la realidad natural, donde nos consideramos señores de la vida y poderosos hasta la muerte de otros seres. Ayúdanos a entender que cada criatura, por insignificante que parezca, tiene una función y ninguna es superflua. Que Todo el universo es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios. Que sepamos vivir en medio de la naturaleza de un modo agradecido y comunitario, que sepamos educar a nuestros hijos, niños y jóvenes, en la conciencia de la Madre Tierra como casa común, donde todo está conectado y que nada de este mundo, de esta vida diversa, nos resulte indiferente. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

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