En el corazón de Jesús: jubileo sacerdotal desde la enfermedad

Con el corazón de Jesús y sus sentimientos

Últimamente mi estado de ánimo es de contento en general. Con el estado de ánimo vivimos los acontecimientos, también las limitaciones. Aunque no pueda disfrutar de las comidas, dada la situación de mi boca, me hago a los distintos sabores y me acostumbro bien. En general no me pesa la comida.

Aburrimiento y gozo de lo diario, aún el dolor

He luchado en muchas etapas de mi vida con el aburrimiento del verano, de tantas horas con la misma rutina. Estoy a gusto y contento estos días con la estructura del tiempo y la vivencia de este. Todos los días cambio de ritmos, de espacio, de actividad. Procuro vivirlas placenteramente. También el rato de siesta. El campo me serena. El ruido del taller me da vida con la presencia de los tres hermanos y de los trabajadores Álvaro y Luis. Ir a casa de mi hermana, estar con ellos, con los peques me da vida y disfruto. La presencia de José, mi acompañante, por la noche me da seguridad a ni y a mis hermanos.

Leo, rezo, paseo. Hablo poco, escucho, veo la tele, observo, leo novelas y algún libro un poco más filosófico sobre la esperanza. Se que no estoy del todo curado. La presencia de alguna gota minúscula de sangre me hace sentir inseguro, retroceder un poco, tomarme más en serio la recuperación. Una meta inmediata el 7 julio. No me angustia y no pienso en una posibilidad de radio. Cuando me indiquen lo consultaré. Riesgos y alternativas. La radio me hizo mucho daño. Me salvó. Ahora prefiero que se extienda el cáncer y la cirugía lo vaya solucionando. Conozco los resultados. Lo otro es incierto. Alguna conversación al respecto si tuve con la radióloga y me angustió un poco. Pero ha sido una impresión de cinco recibidas. No hay que descartar nada.

La enfermedad se reproduce. Me siento ahora más limitado en el hablar. Será producido también por el silencio. Me entienden menos. Esto me produce en la vida diaria malestar y charlar solo en espacios menos sonoros y con menos personas.

En el jubileo de la vida sentida

En este contexto vivo esperanzado, vivo también feliz y aporto también felicidad con mi compañía. También disfrutan mis gentes de tenerme y cuidarme, de hacerme la vida más feliz. Y yo la agradezco y la disfruto. Tarde de campo. El ritmo de trabajo de mis hermanos es impresionante. Los veo felices, también discuten en el taller, se acaloran. Muchas acosas en la cabeza. Además del trabajo de 7 a 2 y de 4 a 7; el pequeño en casa, el mayor con el campo, el otro con sus gallinas... También disfrutan, cogen la bicicleta los sábados y hacen 90 kilómetros, se van a Rita, a Toledo a celebrar el máster de comunicación. Otra trabaja ahora en la fábrica de vidrios de Villafranca, otro en Montijo en una fábrica de frutas. Ayer le tocó la graduación a Alba, terminó su etapa de la escuela. El pequeño del todo, pelirrojo no habla, pero imita. No todo es conciliador y alegre en la familia. Pero no me impide tener encuentros separados y alegres.

Feliz día a día...olor a tierra mojada

No merece la pena estar enfermo. Es una satisfacción vivir feliz el día a día. También el compartir con los compañeros y amigos, con los feligreses por Wasap. Comparto alegrías También ellos se alegran como sufren conmigo. Gracias Señor. Que viva con los sentimientos de tu corazón. Mañana se celebrará en los Santos con mucha solemnidad el Corazón de Jesús. Cantará el Coro Corazón, bendecirán imágenes y lo celebrarán con un compartir después. Hay que hacer fiesta. La vida es también fiesta no sólo trabajo. Huele a tierra mojada. El cielo está azul. Es el color de la esperanza. Hagamos jubileo de esperanza. La muerte del papa Francisco ha dado vida de nuevo a los actos del jubileo. Nos toca a nosotros sacerdotes también. Nos llegan fotos de los compañeros que están con el obiso en Roma. Ojalá el jubileo esté lleno de júbilo en el vivir.

Leonardo Terrazas Roncal.