Extraido de "Trazos de evangeliio, trozos de vida" (PPC) La gloria de Isabel, la cruz luminosa (IV Domingo Cuaresma. Laetare)

La gloria de Isabel, la cruz luminosa  (Laetare)
La gloria de Isabel, la cruz luminosa (Laetare) Jose Moreno Losada

El camino de la luz es buscado por la verdad de la vida, todo el que vive en la coherencia de lo transparente y de lo justo busca la luminosidad que genera confianza y alegría en el ser humano, el que así vive no tiene miedo y provoca libertad a su alrededor. En el camino cuaresmal vamos avanzando hacia la luz de la verdad en el Cristo crucificado, no se puede ocultar una vela puesta en lo alto de la casa, no se enciende para esconderla.

10 de marzo – Domingo, IV CUARESMA (Laetare)

 La cruz que sana y salva

Tiniebla o luz, verdad o mentira, libertad o esclavitud, alegría o tristeza, salvación o condenación. Dios no envió su hijo al mundo para juzgarlo y condenarlo, sino para que el mundo se salve por él, es clara la actitud de Dios ante la creación y la humanidad, luz, verdad, libertad, alegría, salvación.

Evangelio: Juan 3,14-21

En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».

Verdad, luz y vida

La cruz se convierte en el estandarte de la verdad de Dios que se hace carne entregada por amor a los crucificados de la historia, que dejan de ser condenados en el siervo de Dios, para ser con él exaltados y elevados a la gloria. Este es el misterio de las obras hechas según Dios.

Isabel, el autismo que glorifica

campamento

“Isabel nos dejó a todos boquiabiertos. Estábamos en un momento de oración al comenzar el día en las jornadas de formación de la juventud estudiante católica de Extremadura en un lugar paradisiaco de la Vera, en la garganta de Cuartos, en Losar. Nos acompañaba Gonzalo como cocinero, Choni su esposa seguía trabajando en Badajoz, por eso le acompañaba Isa su hija adolescente que no podía quedarse sola en casa, por tener un grado fuerte de autismo. La conocíamos ya de otros encuentros.

Isabel vive en su propio mundo con su lenguaje, su modo de relación con el entorno, pero también conecta y se interrelaciona a su manera con nosotros. Ha pasado la mayor parte de su vida en centro de acogida para menores, esta familia comenzó a recibirla en fines de semana en su casa y al final la han adoptado como hija suya.

En la oración estábamos viendo cómo habíamos sido cuidados en nuestras vidas por personas queridas y poniendo sus nombres en un mural. Ella se levantó y me pidió permiso para poder hablar y lo hizo a su manera. Se puso a cantar en modo rap, bailando con todo su cuerpo, e hizo un magníficat glorioso de su vida, su proceso y del encuentro con estas personas, Gonzalo y Choni, que la habían llenado de amor.

El padre no pudo reprimir sus lágrimas de alegría incalculable, de ningún modo podía esperar una síntesis de vida y de amor realizado con tal precisión, ritmo, baile y alegría. Se volvía loco queriendo comunicar a su esposa lo que había sucedido, era muy difícil poder transmitir esos sentimientos.

Todos quedamos admirados de las palabras que salieron de su boca, de su testimonio de cruz y gloria. Pasando por su primera familia que la abandonó y a los que no culpaba, pasando por sus hermanos, y dando testimonio de que como ella había resucitado a la vida con estos padres que le habían regalado la protección y el cuidado de una vida tan alegre y feliz, en la que va cada día ganando en autonomía y habilidades personales y comunitarias.

Hablaba con claridad de su salvación, ello no juzgaba a nadie, sólo testimoniaba el Evangelio que había llegado a su vida, la Salvación, la obra hecha según Dios. Isabel se convirtió en un estandarte en el que mirar para sanarnos todos”

Inocencia, cruz y salvación

No puede haber mayor escándalo y contradicción que el juez justo e inocente muriendo ajusticiado en la cruz para darnos una sentencia de absolución y salvación a todos los que sufrimos bajo nuestras culpas en medio de este mundo. El que no tenía pecado se hizo pecado para perdonarnos y darnos la vida y la gracia. A partir de ahí ya nada nos podrá separar del amor de Dios, ninguna situación personal, comunitaria, histórica, mundana…  Dios expulsado del mundo se ha hecho corazón para el mismo, y ahora no puede haber mundo sin él, sin su amor. La cruz es lugar de salvación, no hay razón para la condena.  Sólo el alejamiento y desprecio de la cruz en lo humano nos impide caminar por la vida de la luz, la verdad, el amor, la alegría.

Los israelitas lo atisbaban en su sabiduría cuando creían que todo lo que existe es porque Él lo ama y lo fundamenta. Es cierto, si no quisiera algo no lo habría creado o no subsistiría. Por esa misma razón, no puede haber mayor escándalo y contradicción que el que un hijo de ese Dios, un cristiano bautizado en su amor creador y salvador, injertado en Cristo, se atreva a condenar y desee el castigo del mundo y la historia en la que vive. Más bien, el oficio del bautizado en Cristo ha de ser absolver y servir al misterio de la reconciliación para que nada haga daño al mundo y a la humanidad por la que Dios da su vida, a quien Él ha querido servir. A partir del amor de Dios en Cristo, no hay salvación fuera del mundo. Estamos llamados a ser sal, luz, agua de vida, alegría, compasión en medio de nuestro mundo querido.

Ser testigos de la salvación en medio del mundo es el oficio de los que han sido sanados y salvados por su encuentro con Cristo en la comunidad de los creyentes. En la mirada compasiva y misericordiosa del crucificado está la salvación de toda la creación. Dejarse contemplar y cuidar por ese Dios vulnerable que se nos acerca en debilidad para fortalecernos en el amor es apasionante y llena de sentido la vida de un modo único y singular.

 La experiencia de este matrimonio, sin hijos, que se abre en amor a la persona débil y necesitada, se ve sobrepasado por la realidad de un amor que no tiene límites. La chica sin hogar familiar, que parece estar en la cruz, es la que les salva y les manifiesta cómo ha encontrado el amor misericordioso y poderoso de Dios en ellos y canta alabanzas en un lenguaje nuevo que no sabrían interpretar los más sabios y poderosos de este mundo. Poderosos que no entienden la palabra de salvación de este Dios pobre y sencillo, crucificado por amor. La familia de Isabel, abrazada en la debilidad con el amor de Dios, se ha hecho universal y es estandarte y emblema de la verdad más fundamental de la vida, de la razón más poderosa de toda la creación. Todo está hecho por amor y para el amor.

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