Ante la muerte de un laico cristiano de liberación In memoriam: Miguel Bailón, un hombre universal, migrante por la fe.

El reino de Dios no viene espectacularmente ni con fuerza, porque el Espíritu sopla donde y como quiere. A nosotros en profesionales cristianos nos ha llegado un viento suave de amor y compromiso, nacido en Perú-Lima. Lo ha hecho a través de personas bien formadas humana y creyentemente, que cuando han arribado a Madrid han sabido buscar el espacio comunitario de fe y han contribuido a mantenerlo vivo y actuante. Entre ellos está Miguel a quien hoy despedimos en su presencia fisica, pero a quien nos abrazamos eternamente en la espera del encuentro definitivo.
| José Moreno Losada

Ha muerto Miguel Bailón, hermano de comunidad, del movimiento de Profesionales Cristianos de Acción Católica Española. Esposo de Karina y papá del pequeño Alonso. Sentimos el sacramento de su presencia en el dolor que nos produce su ausencia. Una enfermedad fuerte ha puesto final en poco tiempo al joven padre y esposo, al curtido militante forjado en la revisión de vida y la lectura creyente, apasionado de la construcción del Reino de Dios en medio de la historia.
Llegó de Perú con una formación profunda elaborada en las comunidades de profesionales cristianos de allá, bajo el compartir del teólogo y místico encarnado Gustavo Gutiérrez. A él le pedí una reflexión cuando hace menos de un año murió ese padre espiritual de nuestra era.
De Miguel nos ha seducido siempre su universalidad, desde su patria Perú su mirada no tenía límites porque

Para nosotros en el movimiento en España ha sido una verdadera riqueza haber contado con estos laicos militantes llegados desde Perú: Miguel, su esposa Karina, Ana, Susana… en este sentido su peregrinar por el mundo ha traído la savia de un evangelio encarnado y comprometido de mirada universal y con ojos de misericordia, desde la justicia y la verdad.
En ellos, en sus procesos creyentes y ciudadanos, el compromiso por la liberación de los últimos y los débiles en medio del pueblo es transversal y conduce toda su existencia y sus opciones vitales y hasta familiares. Hoy queremos hacer homenaje de acción de gracias ante Dios por su vida y su misterio de amor y de fe. No dudamos de que seguirá siendo hermano que nos ayudará en la paciencia y en la alegría de una evangelización que se sabe de minoría y de proceso, que no cree en crecimientos espectaculares y de fantasía, sino la opción diaria de servicio que nace de la lectura creyente y de la revisión de vida en la comunidad de los pequeños.
Hoy será incinerado y sus cenizas nos hablarán de la riqueza del evangelio que se pronuncia en este domingo y que él vivió tan sencillo como radicalmente: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?” Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios». Para los que hemos compartido camino con él, y hoy estamos junto a su esposa Karina, su hijo Alonso, sus padres y hermanos, no tenemos la menos duda de que Miguel ha sido muy rico ante Dios y muy generoso con los hermanos y eso, en medio de la tristeza de su partida, nos da consuelo y a alegría verdadera. El Padre lo habrá recibido con los brazos abiertos y seguro que seguirá empujándonos el compromiso verdadero de obras más que de palabra.
La clave de su pensar, sentir y actuar

El estaba totalmente convencido de este pensamiento que compartía con las comunidades populares cristianas y Gustavo Gutiérrez, así lo sintetizaba ante la muerte de este último:
“El llamado a la construcción del reino de Dios es universal y eso se puede ver en los movimientos y comunidades que buscan el bien común de todas las personas.
Cuando se entiende que el "otro" es la extensión de uno mismo se rompe la idea de desconocimiento, miedo y angustia; y nace la idea del continuo devenir del ser humano en un "nosotros cada vez más grande". Esa relación se transforma en la persona creyente en la idea de familia, compartiendo un mismo Padre/Madre que nos vuelve hermano/hermana de quien está a nuestro lado. Y esa construcción se enfoca principalmente en la persona que no es tomada en cuenta, la insignificante, la que es despreciada y la que es constantemente humillada y vejada. Porque en esta persona es donde encontramos la razón de nuestra fe, es el mismo Cristo que se manifiesta y pide auxilio, tal cual lo hizo en Getsemaní. Y es el hermano o la hermana que pide nuestro amor y protección. No por ser pobre e insignificante, sino por ser una persona con los mismos derechos y las mismas obligaciones, y en nuestra lectura creyente, porque es parte de la familia universal que se nos exhorta a construir.
Este es el legado que nos deja Gustavo Gutiérrez y que nos convoca a seguir construyendo cada día, desde donde estemos y con lo que hagamos. La plenitud del mensaje de Mateo 25,34-40 en nuestro mundo.
Ese es el servicio que hemos asumido en Profesionales Cristianos (PX) que a través de nuestra vida profesional participamos en la realización de la construcción del reino de Dios, desde lo cotidiano, desde lo pequeño y enraizado en las huellas de nuestra sociedad, aquí y ahora. “
¡Gracias Gustavo por tu vida! Miguel Bailón. MPC PERÚ-PX ESPAÑA.