La muerte y su disfraz Un joven trabajador electrocutado: otra víctima del mundo obrero

“El disfraz laboral de un joven trabajador electrocutado”. El trabajo en el campo y su valoración. Existe el mundo obrero. La realidad agraria. La injusticia y desvalorización de esta realidad tan olvidada como necesaria.

nota
“El disfraz laboral de un joven trabajador electrocutado”

“Muere electrocutado un trabajador de Guareña de 23 años en Malpartida de Plasencia. José Luis Rodríguez Sánchez vecino de Guareña de 23 años, falleció ayer en un accidente laboral en la finca Las Urdimalas de Malpartida de Plasencia, donde montaba un sistema de riego.”

Los informativos y diarios están plagados estos días de noticias de los carnavales en nuestra tierra. Pero en una esquina, en la portada del diario regional nos dan cuenta del suceso de un modo directo y sucinto con palabras claves: trabajador, joven, accidente laboral, electrocutado, montando un sistema de riego.

Seguro que te habrías levantado temprano y te habías dirigido con ánimo a tu trabajo duro pero en el que te sentirías seguro y contento por poder ganarte tu sueldo. No le tendrías miedo al esfuerzo y posiblemente no sentirías el peligro de poder ser víctima de un accidente mortal. No sé si estarías contento con tu trabajo actual, pero tenías toda la vida por delante y estabas intentando vivir con ganas tu juventud, y no te habrá sido fácil llegar hasta ahí.

Quiero imaginarme lo que te rodeaba en ese momento: la satisfacción de tener un trabajo y sentirte válido en él, orgulloso de no esta parado ni ser pasivo en tu vida, lleno de ilusiones y amigos, con deseos de fiesta y de gozo, quizá con alguna relación afectiva de posible pareja que te quería y adorabas, con unos padres que  te veían ya autónomo y  trabajador, con compañeros de trabajo con los que compartías esfuerzos y buenas cosas, también dificultades e inseguridades. Hasta quiero pensar que estabas dispuesto a gozar con los carnavales como fiesta con tus camaradas jóvenes de Guareña y alrededores… una vida por delante y un sueño para realizar. Una historia personal y única, singular de tu proceso de hijo, niño, adolescente, joven… Y ahora de golpe nada. Quizá sólo un disfraz que ha quedado frío, vacío y triste, como una mortaja de disfrazada de la vida y del engaño del mercado laboral.

En estos días  se hablaba de que se necesitaban trabajadores en el campo y que fueran capaces de trabajos concretos, como entiendo que es el de montar sistemas de riego, pero se hablaba que no estaban bien pagados dichos trabajos y por eso eran trabajos muy dejados y no queridos. El campo y sus miserias, o más bien sus injusticias. Tú estabas en esa maquinaria de mercado que tiene los trabajos agrarios y ganaderos sin su valoración real. Ahora me queda el interrogante de que cuanto es el coste de los productos de riego que se producirán en esa tierra en la que caíste como mártir de tu trabajo. Qué te pagaban y que has entregado tú. El precio de sangre y vida.

Pienso en ti, en los tuyos, los que te rodeaban, los que ahora sienten el frío de tu ausencia. Qué preguntas se harán, que comentarios compartirán, qué sentido de la vida les acompaña, que deseos de transformar o de conformarse con lo que hay en la sociedad habitarán en su interior. Pienso en toda la juventud rural y en sus aspiraciones, en la agricultura y nuestra región, en el presente y en el futuro. Reflexiono sobre el mercado y la política en torno a esa realidad. Me duelen los prejuicios sobre lo jóvenes que están en esos ámbitos laborales.

Me pregunto quiénes estuvieron a tu lado en tu vida y en tu proceso de formación. Las personas que te cuidaron te educaron, te formaron, te iluminaron en tu interior… y cómo ahora se situarán ante tu muerte y tu ausencia: la familia, la escuela, los amigos, tu pueblo, la parroquia, la empresa… ¿Servirá tu muerte para cambiar algo en alguien, en lo profundo y para el bien?  Espero que no se quede en una noticia triste apagada por la luminaria de los disfraces de un carnaval encendido en nuestra tierra extremeña.  Yo le he querido dedicar un tiempo y compartirlo.  Aunque sólo sea para mostrarme a mí mismo con este hecho de muerte, la tuya “hermano José Luis”, una realidad de vida: existe el mundo obrero, existe la agricultura, existen situaciones laborales que no son justas en el ámbito rural  extremeño, se trabaja en condiciones de precariedad e inseguridad. Existen porque has muerto tú y eso es irrevocable.

Ahora sólo me queda conectar con la asociación de “Por ellos” padres que han sufrido la pérdida de sus hijos, que son de Extremadura y seguro que están dispuestos a conectar con tus padres para compartir y acompañar su duelo. Un hijo más que perdemos, un joven más que entregamos a la realidad de la muerte que nos sabe tan injusta como dolorida.

José Moreno Losada.

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