La revelación de los sencillos y lo diario Los perritos y el indigente (Receta para adviento)

Los perritos y el indigente
Los perritos y el indigente Jose Moreno Losada

El adviento nos invita al despojamiento, a la austeridad que nos permite caminar con libertad, la que nos despierta de la dormidera consumista y de catálogos, que nos hacen ver la realidad con medidas falsas. Dónde y en qué está el verdadero valor de la vida, que es lo poco o único necesario en el camino de la verdad y la alegría que trae la felicidad del reino. Si nos paramos, cualquier gesto o anécdota puede tambalearnos con paz y fuerza en nuestro interior. Por eso os lo quiero contar, estamos en estilo adviento, despojemos nuestros ojos de cegueras adquiridas y usemos el colirio de un evangelio a pie de calle 

Aquí te pillo, aquí te lo revelo

papa
papa Jose Moreno Losada

En mi estancia en Madrid, voy avanzando en el estudio del evangelio poco a poco. Ahora estoy con el evangelio de Lucas preguntando a Jesús de Nazaret sobre su modo de ser pobre, quiero profundizar en su modo de ser y vivir la pobreza. Está siendo el trabajo de noviembre. Muy iluminador, no hay nada como ponerse a tiro de la Palabra sin condiciones y priorizándola para que se abran puertas y ventanas de una gracia que tienes cerca pero que no contemplas normalmente.

En las mañanas suelo venir a trabajarlo en una sala de estudios de la ciudad que está próxima al domicilio, aquí me adentro como uno más, un abuelo entre jóvenes en su mayoría opositores por lo que veo en sus apuntes y materiales. Compartimos calefacción y silencio, para acompañarnos en un trabajo callado y serio.

Hoy estoy con la elaboración de síntesis de lo que voy descubriendo en mi tema. En concreto ahora estaba con el capítulo 12 de Lucas, y esto era lo que estaba anotando y contemplando:

Cap. 12

  1. 6: “¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestras cabezas están todos contados. No temáis. Valéis más que muchos pajarillos”.

Contemplación: nuestro valor ante Dios, el valor de las criaturas, el valor de lo humano. Nada le es indiferente.

Llamada: abrirme al modo de contar y valorar las cosas y las personas según Dios, y vivir en la confianza de lo que valgo para el Padre cómo no me abandona nunca por nada.

pobre

En medio de este quehacer, ha entrado un pobre que ha roto el silencio y en voz alta para este ambiente le ha pedido al vigilante si hay un baño para poder usarlo. El señor le ha indicado que aquí no podía hacerlo, y le ha sugerido que vaya a otro lugar de la calle, algún bar o algo así. Yo estaba contemplando lo del valor de cada uno de nosotros ante Dios.

Posiblemente el señor indigente, que sólo portaba una pobre mochila, sea de los que duermen en habitaciones simuladas en la misma puerta, o sea a la intemperie de la noche y el frío. ¿Cuál es el valor de este abuelo de la calle? Me silencio, porque no tengo palabras.

Perro

Antes de entrar en el salón de estudios, me había parado observando un local contiguo, que es de cuidado para perros, ahí los peinan, los lavan… veo normalmente a sus dueños que se acercan y esperan conversando en la puerta, miro a las trabajadoras con qué cuidado interrelacionan con los perritos mientras los acicalan. Me preguntaba hoy por esta sociedad, sus valoraciones de la realidad, las prioridades, antes de entrar, y la pregunta se me hace más viva, cuando contemplo este pequeño hecho de vida con este señor que buscaba un lugar para desahogar su necesidad. Lo hacía sin juicios, buscando mis propias contradicciones y la interpelación sugerente de este Dios, que aquí te pillo aquí te mato para revelarte las cosas desde los más sencillos. A mí que vengo aquí porque se está muy a gusto y es gratis para los ciudadanos.

Me pregunto cómo le podría yo transmitir a esta persona el evangelio que traigo entre manos, lo de los pajarillos (perritos) que Dios los cuida y ni uno cae sin que lo sepa, y el amor y el valor que él tiene para ese Dios, porque el vale más, mucho más que un montón de pajarillos (perritos).

También me pregunto cómo tener presente este texto, esta clave, entre todas las religiones en la cumbre del clima en Dubais, para ponernos de acuerdo en el cuidado de la casa de toda la humanidad, de todos los animales, de todo el planeta.

Y entro en pequeño diálogo con Jesús de Nazaret, desde mi propio corazón, y mis valoraciones de las cosas. Quiero escuchar cómo me habla al corazón, cómo me valor sobremanera, y cómo ese cariño suyo me invita a seguir entrando en la senda del cuidado de lo humano, de lo verdaderamente humano.

Me gustaría que este sentimiento y valoración de Dios, estuviera a fondo en mi corazón, tanto para mirarme a mí mismo, como para contemplar y aproximarme a los demás, sin olvidar algo que nos pertenece a todos que es la naturaleza, la casa común, y que en su dolor son los más pobres los que más sufren.

Y termino la reflexión recordando a un señor pobre que suelo ver por la estación de tren de Badajoz que siempre va con su perrito, pide para él pero también para su perro, y primero le da de comer al perro, después come él. Muchas veces me ha interpelado el cariño y el cuidado que hay entre ellos, igual los perros tienen otro modo de considerarnos y valorarnos. Pero eso sería harina de otro costal...

Termino orando y deseando la lógica del don

“Señor ayúdame a amar este momento vital para vivirlo desde tu persona, en las claves de tu Reino. Enséñame a confiar y despojarme de la abundancia que ahoga y del deseo de seguridades, ayúdame a caminar en el anhelo de ser como Tú.

Señor, tú me quieres libre de preocupaciones y de inquietudes de este mundo, de las dinámicas de la economía y la riqueza personal o familiar. Me invitas a la feliz sobriedad donde poco es el alimento y el vestido necesario, donde desaparecen las inquietudes por el poseer y el asegurarse. Me quieres libre y feliz por el Evangelio y el encuentro con los hermanos, por el tesoro de tu verdad y tu amor.

Necesito Jesús gustar y sentir esa sabiduría de la pobreza que tú tienes y con la que enriqueces amando a todos. No podemos vivir en la libertad y el amor que genera la pobreza sin tu gracia, ven en nuestra ayuda y danos ese don, enriquécenos con tu pobreza.”

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