Erasmus / Orgasmus

El programa europeo Erasmus permite a los estudiantes universitarios recibir parte de su formación en otras universidades europeas y convalidar esos estudios cuando regresan a su país. Es, en muchos casos, la primera salida importante de casa. Algunos lo llaman “el año orgasmus”

“Nuestra juventud es decadente e indisciplinada. Los hijos no respetan ni escuchan ya los consejos de sus mayores. El fin de los tiempos está cerca.”

¿Sabes, amigo lector, que la frase anterior está labrada en piedra en Caldeo y procede del año 2000 antes de Cristo?

Ahora y siempre son muchos los que piensan que “a donde vamos a ir a parar” o que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Como siempre hay de todo. Hay sitio para la esperanza. Pero hay que currársela.

El último fin de semana he estado en Bolonia, visitando a mi hija y he conocido su ambiente “Erasmus”. No solo es inevitable sino que es bueno que llegue un momento en el que nuestros hijos salgan de casa y comiencen a volar solos y a tomar sus propias decisiones. El programa Erasmus es el momento de encuentro con la libertad. Pero ¿por qué debemos asociarlo a libertinaje/orgasmus?

El reencuentro con mi hija ha dado lugar a diálogos profundos, en los que he detectado una madurez en progresión. Ella no es un bicho raro ni una “margi”, alejada del mundanal ruido. Vive el ambiente universitario como la que más. Pero, me dice, “no he renunciado a ser yo misma” ni a “mis valores”.

¿Por qué no puede ser así? ¡Hagamos que sea así! Invirtamos tiempo, entrega, dedicación, voluntad y confianza en la educación de nuestros hijos.

Si tememos que puedan adoptar actitudes en las que no hay límites para nada y en las que todo está justificado no esperemos que el sistema educativo o el pagarles un buen colegio lo pueda evitar. Porque son condiciones necesarias pero no suficientes. El primer paso lo debemos dar nosotros. Y tiene que ver con la responsabilidad de ser y actuar como padres.
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