Ante el deterioro provocado por la ancianidad

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¿Qué se puede hacer ante el deterioro que conlleva la ancianidad?.

 En la novela  “La  Tregua” de Mario Benedetti el protagonista de la misma expresa, en un momento determinado, la duda que tiene acerca  de la continuidad o no de su diario a partir del momento en que se jubile. Piensa que cuando llegue ese momento ocurrirán muchas menos cosas en su vida, por lo que se sentirá tan vacío que le será imposible dejar de ello una constancia escrita; que preferirá abandonarse a una especie de modorra  que  relaje su cuerpo y le acostumbre a un bien morir. Pero tiene, también, la esperanza de que el ocio llegue a ser algo pleno y rico; de que sea la última oportunidad de encontrarse  a sí mismo. Y eso sí valdría la pena anotarlo.

 Tras varios años de “júbilo” (jubilados) yo vi a mis padres entrar en esa etapa que algunos sociólogos llaman la cuarta edad. Una etapa en la que la decadencia física y síquica no solamente es más manifiesta sino que además se inicia  un camino sin retorno, en el que apenas se puede aspirar a mejorar y únicamente se puede “ir tirando”.

 Son experiencias más o menos duras, pero por las que todos acabamos pasando y que no es fácil aceptar, ni por los directamente implicados ni por los que les rodeamos.

 Ante el deterioro que conlleva la ancianidad creo que siempre habrá algo que hacer, como es el estar presentes en ese proceso llevando compañía, ayuda, comprensión, tolerancia, alegría, cariño, amor…..

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