La violencia de género es un tema de actualidad. La preocupación está en la calle y está en los medios de comunicación, obligando a los políticos a posicionarse sobre el asunto y a ofrecer soluciones.

Unos y  otros hablan de impulsar la igualdad entre sexos pero de formas muy diferentes.

Desde uno de los extremos proponen medidas que protejan específicamente los derechos de las mujeres, argumentando el hecho de que el instinto de posesión sigue presente en algunos hombres y que hay mujeres que son agredidas y hasta asesinadas.

Como contrapunto desde el otro extremo se argumenta que con esa ley los hombres no tienen presunción de inocencia y las mujeres tienen presunción de veracidad, sin necesidad de prueba alguna, abriendo paso a las denuncias falsas. 

 Desde un extremo se propone laderogación de las leyes de violencia de género porque consideran que son impulsadas por lobbies feministas que rezuman odio contra todo lo que huela a hombre. Y desde el otro extremo se responde que hay que frenar el "neomachismo".

 Si preguntáramos a dos jóvenes si experimentan miedo al cruzar un parque a las 12 de la noche podemos apostar a que la chica mostrará un miedo mucho mayor que el chico. Y las estadísticas sobre maltrato en el hogar dicen que hay muchos mas casos de mujeres maltratadas que de hombres. Esa es la realidad que hay que tomar como punto de partida. Y si eso es así hay que analizar la mejor forma de abordarla.

 A mi me cuesta creer que la solución venga a través de la polarización y radicalización que interesadamente hacen algunos. Y tampoco de la tergiversación y negación de la realidad que hacen otros. Pero ¿qué hacer?.

 Pidamos y exijamos a los políticos que dejen sus intereses partidistas al margen y que pongan en marcha las mejores medidas para evitar todo tipo de violencia.