Los jerónimos hicieron de Guadalupe lugar de referencia para el estudio de Medicina, Cirugía y de Farmacia Guadalupe, modelo de caridad y referente del saber

Monasterio de Guadalupe, una historia impresionante
Monasterio de Guadalupe, una historia impresionante

En los últimos años del siglo XIV y primeros del XV, Guadalupe se convirtió en el camino obligado entre Castilla y Andalucía, Extremadura y Portugal

los jerónimos consiguen de la Santa Sede poder absolver a los peregrinos de donde quiera que viniesen, y en 1395, se amplía esta prerrogativa a la administración de todos los sacramentos

Estos privilegios fueron concedidos, principalmente, para evitar que cualquier obstáculo, impidiera realizar con plenitud la caridad y las obras de misericordia, de las cuales fue vivo ejemplo la Santa Casa

Hay que destacar la labor realizada por los hospitales, la Escuela de Medicina y Cirugía al igual que la de Farmacia, que fue pionera en muchos avances de la medicina española, y la formación

La historia de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de Extremadura, está íntimamente ligada a la leyenda, sobre las cuales descansa una devoción indescriptible a la sagrada imagen, y un entusiasmo que cautivó a la España medieval y al siglo de oro de nuestra historia.

En los últimos años del siglo XIV y primeros del XV, Guadalupe se convirtió en el camino obligado entre Castilla y Andalucía, Extremadura y Portugal, por los numerosos peregrinos y devotos que llegaban y por los que allí se desplazaban por motivos económicos, negociantes y comerciantes.

Debido a la multitud de personas que peregrinan a Guadalupe por devoción y piedad, cuyas conciencias a veces no pueden ser purificadas, por ser súbditos de otras diócesis o jurisdicciones o porque la gravedad de sus pecados estuviesen sometidos a ciertos tipos de reservas, los jerónimos consiguen de la Santa Sede poder absolver a los peregrinos de donde quiera que viniesen, y en 1395, se amplía esta prerrogativa a la administración de todos los sacramentos. El Papa Eugenio IV, en 1443, concede el privilegio de poder absolver a los peregrinos de aquello que el Derecho reserva a los obispos.

Estas exenciones de cualquier autoridad diocesana, incluida la de Toledo, en lo referente a la administración de sacramentos, permaneció hasta la exclaustración en el año en 1835.

Estos privilegios fueron concedidos, principalmente, para evitar que cualquier obstáculo, impidiera realizar con plenitud la caridad y las obras de misericordia, de las cuales fue vivo ejemplo la Santa Casa. En este sentido hay que destacar la labor realizada por los hospitales, entre los cuales merece especial mención el hospital nuevo, edificado a mediados del siglo XV, y que se dedicó con posterioridad a las mujeres. A principio del siglo XVI se construyó otro más pequeño, que se llamó “de las bubas”, por estar destinado a enfermos sifilíticos.

Estos hospitales eran al mismo tiempohospederías, y eso explica que habiendo una media de quince enfermos hospitalizados, tuviera 140 camas ya que en tiempos de grandes calamidades originadas por la peste, el hambre, las guerras y otras desventuras, lo que era frecuente, servían todas las hospederías de hospitales.

En estos hospitales se curaba a todos los peregrinos nacionales o extranjeros que lo necesitaban. También los enfermos pobres de la Puebla podían acudir a consulta, y se les facilitaba, gratuitamente de la botica, cuantas medicinas le hubieran sido recetadas. En los hospitales y en otros centros habilitados se daba de comer tres días a los peregrinos y transeúntes pobres, también se les suministraba todo lo necesario para su regreso.

Si hemos hecho referencia a las obras de caridad dispensada en los hospitales, no se puede silenciar la enorme importancia que tuvo, en aquellos tiempos, la Escuela de Medicina y Cirugía al igual que la de Farmacia, las cuales emanaron para dar respuesta y poder atender a los necesitados, lo que constituye el más claro ejemplo de la ciencia al servicio de las prioridades del hombre. Por ello, SS. Eugenio IV en el rescripto, de 13 de junio de1442, “faculta al prior y monasterio para que monjes no ordenados in sacris, peritos en medicina y cirugía, tanto en la enfermería monástica como en los Hospitales puedan estudiar y practicar medicina y cirugía, siempre que lo hagan gratuitamente, sin limitación de enfermedad o práctica alguna”.

Claustro del monasterio

Cuando comenzaron a escasear los cirujanos frailes se abrieron otras posibilidades, que facilitaron el estudio y la práctica de estas ramas del saber a los seglares, de tal manera que, a lo largo del siglo XVI, los médicos y cirujanos de Guadalupe eran de los más famosos y mejores de España, y muchos interesados en estos conocimientos acudían a aprender de estos grandes maestros. Baste como ejemplo que, el Maestre Juan de Guadalupe, en 1483, era ya médico de los Reyes Católicos, a los que había conocido en los frecuentes viajes de los monarcas al Monasterio y tenían de él tan alto concepto y confianza que lo destinaron con el Dr. D. Nicolás de Soto a formar la Real Facultad de Medicina afecta al Príncipe D. Juan. De él se dice en carta fechada en Córdoba, el 28 de julio de 1488: Físico de sus Altezas y Alcalde y Examinador Mayor de los físicos y Cirujanos de estos sus reinos”. Muchos fueron, también, los que alcanzaron estos y otros similares reconocimientos, lo que confirma la extraordinaria preparación que en esta ciencia se daba en Guadalupe.

"A lo largo del siglo XVI, los médicos y cirujanos de Guadalupe eran de los más famosos y mejores de España"

Esta escuela fue pionera en muchos avances de la medicina española y se inventaron todo tipo de métodos, mediante los cuales se realizaron, con éxito, operaciones muy complicadas. También en Guadalupe se hicieron las primeras autopsias de cadáveres que se realizaron en España.

No menos importancia que la medicina desempeñó la farmacia, que fue cultivada de forma especial por los religiosos del Monasterio, aunque hay que destacar igualmente los grandes boticarios seglares. Se hicieron profundos y minuciosos estudios de las plantas, especialmente las medicinales, que existen por toda la orografía que rodea al monasterio. Los extraordinarios resultados obtenidos en estas investigaciones, hizo posible que los Reyes de Castilla y Portugal concedieran el privilegio de poder traer, desde cualquier punto de sus reinos, medicamentos y primeras materias para los mismos, sin ningún tipo de impuesto o tributo.

La Botica principal estaba ubicada en el Monasterio y proveía de medicamentos a los hospitales y a la botica de la Puebla. Grandes señores de Castilla y Portugal acudían a ella y se conservan listas de medicamentos que fueron enviados en el siglo XVI, a algunas de estas personas. Fue tal el reconocimiento universal de la botica del Monasterio, que con razón se afirmaba, que en ella no faltaba medicamento alguno, por raro o costoso que fuese. No se debe olvidar, como queda dicho, que estos medicamentos eran suministrados, de forma gratuita, a los pobres y necesitados, al igual que a peregrinos y transeúntes.

La mayor parte de los boticarios seglares se habían formado en la gran botica del Monasterio, y era tan extraordinaria la formación recibida, que hasta boticarios de fama y licenciados en medicina y cirugía se vieron atraídos por estos conocimientos.

El Monasterio, desde la llegada de los Jerónimos, siempre tuvo muy presente, que aquello que ennoblece y hace grande a los pueblos, además de la piedad, son aquellas instituciones que fomentan la cultura y las diversas ramas del saber. Por ello se esmeraron en la formación de los niños y de los jóvenes. En los Colegios se impartía lo que hoy llamamos humanidades, dando especial atención al Latín y la Música. También se fomentó el estudio de las Artes Liberales. En la enseñanza superior las materias fundamentales fueron la Filosofía, la Teología, el Derecho y la Sagrada Escritura, en cuyas materias se alcanzó un alto nivel.

En estas aulas se formaron numerosos alumnos que por su extraordinaria cualificación, desempeñaron, durante varios siglos, los más relevantes cargos en la Iglesia y en la sociedad civil.

Estos breves apuntes de lo que fue el Monasterio y la Santa Casa de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Extremadura, nos debe servir de ejemplo para lograr un nuevo renacimiento del saber y de los valores, que siempre han ennoblecido al pueblo extremeño.

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