"Una reflexión que resulta refrescante y huele a futuro para la Iglesia" José María Castillo en Albacete: la transmisión del Evangelio

José María Castillo en albacete, donde impartió dos conferencias organizadas por la Universidad de Castilla La Mancha
José María Castillo en albacete, donde impartió dos conferencias organizadas por la Universidad de Castilla La Mancha

El teólogo granadino José María Castillo, con pensamiento siempre estimulante y tono verdaderamente profético, impartió dos conferencias en Albacete el miércoles 13 de noviembre

Partió de la relectura de Dios como realidad trascendente, el Evangelio como acceso a Dios y de la humanización como clave de lectura del cristianismo

Más tarde, en formato de coloquio, abordó más la realidad de la Iglesia y el oscurecimiento del Evangelio

Castillo defendió la motivación humanista del cristianismo. Son el amor y la solidaridad, la justicia y la compasión, las verdaderas expresiones del Dios que se conoce por la persona y misión de Jesús de Nazaret

Aparte de las ideas y los razonamientos, expuestos con claridad, también hablaron la credibilidad de la sencillez, la humildad y el tono siempre abierto al diálogo de José María Castillo

El teólogo granadino José María Castillo, con pensamiento siempre estimulante y tono verdaderamente profético, impartió dos conferencias en Albacete el miércoles 13 de noviembre.

Organizadas por el Departamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética de la Universidad de Castilla la Mancha, las conferencias estaban centradas su último libro publicado, 'El Evangelio marginado' (2019 y ya por la tercera edición). Frente a la disolución de la experiencia cristiana en ritualismos, doctrinas o normas, se propone la centralidad del Evangelio, que es seguimiento de Cristo y apuesta por la salud plena, la convivencia fraterna y, en definitiva, la progresiva humanización de la persona y la sociedad. Primacía pues, de la ética sobre las otras dimensiones de lo religioso, a las que el Jesús de los evangelios se opuso frontalmente para poner en el centro a los que parecían más débiles, empezando por la mujer, pero también los enfermos, los pobres y los marginados socialmente.

En su primeraintervención, con un carácter más académico partió de la relectura de Dios como realidad trascendente, el Evangelio como acceso a Dios y de la humanización como clave de lectura del cristianismo. La segunda, en formato de coloquio, abordó más la realidad de la Iglesia y el oscurecimiento del Evangelio.

Además de una propuesta teológica sencilla por ir al centro de la vivencia del cristianismo, pero rigurosa por la coherencia de su fundamentación en los evangelios y su recorrido por la historia de la Iglesia, José María Castillo defendió la motivación humanista del cristianismo. Son el amor y la solidaridad, la justicia y la compasión, las verdaderas expresiones del Dios que se conoce por la persona y misión de Jesús de Nazaret.

Si en la primera conferencia José María Castillo arrancó del contexto social y político actual, del exceso de crispación y la falta de diálogo, del alto riesgo que supone la violencia; por la tarde aterrizó en el contexto eclesial, partiendo de la historia de alejamientos y perversiones del Evangelio que se dan y se han dado en la Iglesia. Sin embargo, a pesar de esa historia de miserias el teólogo también reivindicó el verdadero papel de la Iglesia, lo que la hace necesaria: la transmisión del Evangelio.

Aparte de las ideas y los razonamientos, expuestos con claridad, también hablaron la credibilidad de la sencillez, la humildad y el tono siempre abierto al diálogo de José María Castillo. No es de extrañar que como él mismo contó, el papa Francisco le ha animado a seguir aportando a la Iglesia esa reflexión que resulta refrescante y huele a futuro para la Iglesia si lo que la anima es el Evangelio por encima de todo.

El Evangelio marginado

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