El torreón de alabastro fue robado de la catedral en los primeros días de la Guerra Civil Recuperan un relieve de la catedral de Alcalá de Henares desaparecido en 1936

La pieza se encontraba encastrada en la fachada de una finca
La pieza se encontraba encastrada en la fachada de una finca

La Guardia Civil ha recuperado la pieza, que se hallaba en una finca agrícola en la localidad madrileña de Chichón, gracias a la llamada de un ciudadano que reconoció en un programa de televisión 

El fragmento conforma uno de los relieves del sepulcro del arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña de la catedral de Alcalá de Henares (Madrid), de más de cinco siglos de antigüedad

El relieve, ahora en depósito, será integrado en el futuro en el sepulcro, después de que se materialicen los trabajos de restauración

La Guardia Civil ha recuperado un torreón de alabastro que conforma uno de los relieves del sepulcro del arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña de la catedral de Alcalá de Henares (Madrid), de más de cinco siglos de antigüedad, que llevaba desaparecido desde la guerra civil, informa este Cuerpo.

El hallazgo se ha producido en una finca agrícola en la localidad madrileña de Chichón gracias a la llamada de un ciudadano que reconoció en un programa de televisión el relieve de uno de los cuatro torreones almenados que conforman cada una de las esquinas del sepulcro.

La pieza, que está atribuida al maestro Sebastián de Toledo, fue realizada entre 1482 y 1489 para la iglesia del convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares y tras su hallazgo ha sido depositada en dependencias de la Diócesis de Alcalá de Henares.

Fue trasladado en el siglo XIX a la iglesia magistral de Alcalá de Henares y en el año 1936 quedó destrozado en los primeros días de la Guerra Civil.

La pieza presenta una decoración vegetal, de tracería y letras góticas, que forman parte de una inscripción que recorre toda la banda superior de la tumba.

Un ciudadano fue el que alertó al Obispado de Alcalá de Henares de haber localizado esta parte del sepulcro a raíz de la emisión de un programa de televisión en el que se recopilaban algunas operaciones policiales relacionadas con el patrimonio histórico.

Fue en un capitulo de una serie donde se hablaba de la operación Templanza, desarrollada por la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en el año 2017 y que culminó con la localización y recuperación de los relieves de La Templanza y La Prudencia de este mismo sepulcro.

Según el testimonio de este hombre la pieza se encontraba encastrada a media altura en la esquina de la fachada en la citada finca agrícola, adquirida por unos conocidos suyos hace varios años, y cuya propiedad está ahora en manos de la Fundación Montemadrid.

Catedral de Alcalá
Catedral de Alcalá

Tras realizar una primera visita a la finca a finales de agosto, los agentes identificaron sin ninguna duda que el relieve de alabastro era una de las esquinas del sepulcro del Arzobispo Carrillo, que se consideraba perdida o destruida en 1936.

Los investigadores se pusieron en contacto con responsables de la Fundación Montemadrid, titular de la finca, quienes desconocían que ese fragmento se encontrara en ese lugar, que está cedido a la Comunidad de Madrid desde hace más de treinta años y se usa como centro de servicios sociales.

Ante la falta de seguridad y protección en la que se encontraba la pieza, a pesar de que probablemente llevara allí más de 40 años, la Guardia Civil se puso en contacto con las instituciones implicadas en su recuperación.

La administración dispuso todos los permisos, medios humanos y materiales para llevar a cabo la recuperación de la obra lo que permitió extraer la pieza de la pared con los medios facilitados por la Diócesis de Alcalá.

La supervisión de estos trabajos corrió a cargo de una conservadora-restauradora especialista en materiales pétreos del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y contó con la autorización de la Fundación Montemadrid.

El relieve, ahora en depósito, será integrado en el futuro en el sepulcro, después de que se materialicen los trabajos de restauración.

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