David López Royo Hay que avanzar por el bien común

David López Royo
David López Royo

"Team, el libro escrito por Jaime Nava y Juan Tinoco me ha llevado a reflexionar sobre el significado del compromiso, al significado de la amistad desde la perspectiva personal y profesional"

"Es un libro que apasiona porque te obliga a tener que definirte en la toma de decisiones y esto, no es posible realizarlo, si no se pone pasión a todo aquello que debes emprender como persona"

"El camino del compromiso tiene paradas a las que poner atención, y que traigo lo entrecomillado del libro, siguiendo, con las iniciadas la semana pasada"

"Gracias a Juan Tinoco y a Jaime Nava por el libro que han escrito. He vibrado y me he sentido envuelto en un juego, como es rugby, del cual no tenía ni idea y que he descubierto que tiene una gran utilidad humana y social"

La semana pasada concluía mi artículo de opinión de la siguiente manera: “Lo que sí me ha dejado claro estas cinco paradas es que el día a día de la vida está lleno de oportunidades y éstas aparecen en los lugares más inesperados, solamente hay que estar atentos a lo que puede ocurrir a nuestro alrededor. La conversación sencilla, entre Julio y Pedro, dos protagonistas en este libro, hizo que Julio descubriera que las dificultades pueden ser superadas por las enseñanzas de los actos sencillos que, a veces, sin percatarnos ocurren en nuestra vida cuando nos relacionamos con personas que buscan el bien. Buscar el bien debe ser el objetivo de cada persona y del equipo”.

El libro escrito por Jaime Nava y Juan Tinoco me está resultado, además de actual, comprometido. Porque, la verdad, me ha llevado a reflexionar sobre el significado del compromiso y las consecuencias que se derivan y marcan tu vida. Pero también me ha llevado al significado de la amistad desde la perspectiva personal y profesional.

Es un libro que apasiona porque te obliga a tener que definirte en la toma de decisiones y esto, no es posible realizarlo, si no se pone pasión a todo aquello que debes emprender como persona. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo tienen que formar parte de las relaciones humanas y sociales, son como las áreas de un campo de rugby y, tienen que ocupar un espacio en tu vida, para que puedan ayudarte de manera positiva, como lo hacen los jugadores de rugby que aparecen en este libro cuando entrenan o juegan un partido para conseguir marcar los tantos que les hagan alcanzar la victoria.

La vida se compone de muchas variables que, por regla general, solamente alcanzas a controlar en un porcentaje muy pequeño. El cariño, el esfuerzo, la confianza, la entrega, la escucha, el enfado, el desánimo y muchas más se mezclan periódicamente. La perfección no existe; pero al mismo tiempo que sabemos que nuestro nivel de control es mínimo descubrimos con el pasar de la vida que la paciencia, la templanza y la calma van modelando tu ser y tu hacer y aunque se pierdan reflejos, te sientes más seguro y, descubres, que el compromiso está incrustado no solo en la mente sino, sobre todo, en el corazón, lo cual significa que se alimenta del afecto y del respeto. Esta dimensión te hace entender que siempre tendrás que esforzarte para que el compromiso no desaparezca de tu vida. Hay que comprometerse, de manera positiva y buscando siempre el bien. No puedes huir de este camino, hacerlo significaría que el miedo y la cobardía han podido contigo. El compromiso conlleva experimentar el agotamiento y que las fuerzas te faltan; pero también te ayuda a identificar tu misión. La misión en la que participan tu familia, tus amigos y los compañeros de trabajo.

Julio, uno de los protagonistas del libro descubre a través del juego del rugby el sentido de lo que significa el equipo y la necesidad de no olvidar el compromiso que tiene al haber decidido practicar este deporte. “Julio había disfrutado como nunca aquella sesión de entrenamiento. Las sensaciones dentro de la melé para él, tratándose de su primera vez, fueron increíbles. Aquel sentimiento de unidad, de trabajo común, de fuerza, de sentir el empuje de sus compañeros...estaba muy satisfecho con la experiencia, pero terminó exhausto por el esfuerzo...”

El camino del compromiso tiene paradas a las que poner atención, y que traigo lo entrecomillado del libro, siguiendo, con las iniciadas la semana pasada.

Sexta parada: “En la vida hay que identificar tu posición, tu misión, tu rol, y averiguar de qué manera puedes contribuir a la consecución del objetivo común. Cada uno de nosotros debe de asumir su responsabilidad para hacer que el engranaje de la máquina funcione adecuadamente. Los equipos son efectivos y eficaces cuando los individuos interiorizan su rol y asumen que el correcto desempeño de su posición es esencial para superar los retos colectivos”.

Séptima parada: “Existe una gran diferencia entre un grupo formado por diferentes personas y lo que es realmente un equipo. A veces la línea que los separa es muy delgada. Un grupo de personas se convierte en un equipo cuando existen unos objetivos comunes para ellas. Eso simplifica bastante la definición de la palabra equipo, pero ni mucho menos es suficiente para explicar su dimensión, ya que la verdadera esencia del equipo aparece cuando el respeto y la confianza fluyen y se establecen como base de funcionamiento. Hay equipos buenos con grandes cualidades, pero sin duda, los que se construyen sobre la confianza y el respeto a la larga son invencibles”.

Mi experiencia personal, después de 37 años de trabajo que el único triunfo, que la vida de verdad te da, es el que se construye con la búsqueda del respeto y con la fuerza de la confianza y, esto en innumerables ocasiones, queda expuesto en un grupo muy pequeño de personas, tu familia y tus amigos de corazón.

Octava parada: Hay que involucrarse, hay que buscar el propósito. “El propósito es la intención de contribuir a algo más grande que nosotros mismos. Es el motor interno que nos lleva a lograr algo que nos ilusiona. Las grandes hazañas no se gestan en ausencia del propósito. Encontrarlo es una tarea complicada de definir, tanto a nivel individual como grupal y de organización, pero cuando se encuentra, éste nos hace prácticamente imparables”.

El propósito hay que sembrarlo, para ello igual que se prepara la tierra aireándola y removiéndola, tenemos que hacer el mismo ejercicio en nuestro cerebro y en nuestro corazón. Por esta razón cada experiencia que ocupa nuestro tiempo y nuestra vida; aunque, a veces, suponga un mazazo para nuestra vida es preciso que la transformemos en tierra nueva y nos empeñemos en sembrar con la semilla de la bondad y del bien hacer, un propósito que busque inundar nuestros sentimientos y nuestro hacer. Es la manera en que podremos convertir nuestra experiencia en una realidad que nos pueda motivar e ilusionar. Claro, el detalle importante, es esforzarnos por cuidar lo sembrado con un trabajo constante, aunque los aguaceros y el sol ardiente traten de arrastrar o quemar lo sembrado.

Novena parada: “En cualquier situación a la que nos enfrentemos, hay una gran cantidad de aspectos que nos pueden influir. Algunos de ellos quedan fuera de nuestro alcance, nos afectan y nos preocupan, pero realmente no podemos hacer nada para evitarlos. Es lo que se denomina el área de preocupación. Por el contrario, otros aspectos sí que están a nuestro alcance y podemos controlarlos. Estos últimos conforman el llamado círculo de influencia. Las personas que se centran en el área de preocupación pierden energía y recursos y, además, no consiguen resultado alguno. Por el contrario, aquellos que se enfocan en el círculo de influencia prestan atención y esfuerzo a elementos que sí pueden controlar, por pequeños que éstos sean, alcanzando efectos positivos y consiguiendo que el propio círculo se hago poco a poco más grande”

La vida está llena de sorpresas, por esta razón no hay que dejarse impresionar por las mismas. Unas pueden desbordarnos en momentos concretos y nos hacen perder la perspectiva arrastrándonos a un túnel del cual no sabremos salir. Lo que tenemos que hacer es trabajar para que cada sorpresa pueda convertirse en un espacio que nos haga descubrir que somos seres vulnerables; pero, también, capaces de superar las dificultades, convirtiéndolas éstas en grandes oportunidades. No debemos olvidar que la familia, los amigos y los compañeros de trabajo forman parte de las oportunidades porque son ellos los que te ayudan a reconducir las sorpresas para que halles en las mismas el punto clave para convertirlas en retos ilusionantes. Esto es ni más ni menos lo que podemos considerar el soporte del círculo virtuoso.

Décima parada: “Cada uno de nosotros puede desarrollar la capacidad de identificar palancas en distintos aspectos de nuestras vidas. Generar sinergias en esas disciplinas y poder trasladar experiencias de unas a otras nos enriquece como personas y, consecuentemente, enriquece a los que nos rodean. El rugby es, sin duda, una fuente de inspiración en cuanto a valores y liderazgo. Un referente de que podemos aprender para resolver satisfactoriamente distintas situaciones en otros aspectos de la realidad, que van desde el trabajo hasta la vida familiar”

Hemos llegado al destino que el camino del compromiso nos ha marcado. Por favor no dejemos de caminar y de marcarnos metas a las que llegar. Comprometernos es necesario para no perder la perspectiva y para tener claro que los túneles que aparezcan en nuestra vida serán atravesados para que podamos llenar nuestra existencia de la luz de todas aquellas personas que buscan el bien, haciendo que su energía se transforme en nuestra vida en una semilla nueva que brotará con sencillez y con valentía para que el sol no la queme y el agua no la termine pudriendo, porque los que tenemos Fe sabemos que el universo de nuestra vida es infinito.

Gracias a Juan Tinoco y a Jaime Nava por el libro que han escrito. He vibrado y me he sentido envuelto en un juego, como es rugby, del cual no tenía ni idea y que he descubierto que tiene una gran utilidad humana y social.

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