David López Royo En perspectiva

David López Royo
David López Royo

Hoy más que ayer es necesaria la separación de poderes entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Esta es la perspectiva que tenemos la ciudadanía

Para mí no existen culpables, lo que sucede es que se da una falta de responsabilidad total. Pero, como abogo por el entendimiento, lo que pido, como ciudadano, es que se vuelvan a reunir buscando solucionar el desaguisado que han organizado de igual manera las dos partes. Mírense al espejo y se digan Pedro Sánchez y Alberto Núñez esto lo arreglamos inmediatamente

Disponer de criterio, tener un punto de vista, posicionarse y trabajar para fomentar una óptica positiva deberían de ser dimensiones o voluntades que los políticos con perspectiva deberían fomentar; pero nada, esto parce ser que es una misión imposible.

Lo que está sucediendo con la renovación del Consejo del Poder Judicial es un ejemplo claro de que los ciudadanos estamos siendo ninguneados por las diferentes fuerzas políticas. Siempre he defendido y así lo he manifestado por escrito en los artículos de opinión que escribo que tanto el PSOE como el Partido Popular deberían haber pactado, desde el resultado de las elecciones de hace tres años, una política de entendimiento y de colaboración; porque esto es lo que votamos una amplia mayoría; pero, nada, no han sido capaces. Conclusión, no tienen criterio, han perdido la oportunidad de configurar una aproximación constitucional dejando caer por el precipicio la generación de un punto de vista que beneficie realmente a los ciudadanos. Al mismo tiempo que han preferido posicionarse en una dinámica de tensión permanente y, en cierta forma, dejar de trabajar por el bien común. En definitiva, una falta de perspectiva total.

Para mi no existen culpables, lo que sucede es que se da una falta de responsabilidad total. Pero, como abogo por el entendimiento, lo que pido, como ciudadano, es que se vuelvan a reunir buscando solucionar el desaguisado que han organizado de igual manera las dos partes. Mírense al espejo y se digan Pedro Sánchez y Alberto Núñez esto lo arreglamos inmediatamente. Esto supondría que los ciudadanos los reconoceríamos como personas de Estado, y, además con mayúscula. Por favor, déjense de acusarse como niños chicos y compórtense como adultos. Claro, esto supone que ambas partes tienen que ceder, Pedro Sánchez no puede pretender hacer lo que le piden los separatistas y Alberto Núñez no pude conseguir lo que él haría si él gobernara. Europa, ha hablado con claridad en esta materia, sigan, pues, lo que el Comisario de la Comisión Europea ha indicado. Esto supondría que tienen perspectiva. Además, les aconsejo leer el libro de Alejandro Nieto, “El mundo visto a los 90 años”, este texto tiene una gran perspectiva.

Lo que voy a escribir a partir de esta línea es una recopilación de párrafos de este libro y lo hago porque ponen en evidencia determinados aspectos de nuestra realidad personal, social y política que deberían ser objeto de reflexión por parte del presidente del Gobierno y por parte del líder de la oposición.

El Poder Judicial

Sobre las Instituciones señala “Lo visto responde al escepticismo propio de la edad: los ojos de un anciano no en lo mismo que los políticos y los libros académicos afirman y que tanta polvareda levantan en torno a estos fantasmas imaginados con la intención, normalmente lograda, de ocultar la realidad. El proceso de desmitificación se corona con una pregunta inquietante: ¿existen de verdad esos entes o no son más que pantallas mentales tras las que se ocultan seres humanos singulares que utilizan semejantes plataformas para dar más fuerza a sus decisiones y esquivar su responsabilidad personal?

Con respecto al ídolo estatal escribe “El Estado no tiene voluntad propia como no la puede tener la Moncloa ni el Palacio de Oriente; la voluntad radica en los titulares de los órganos afincados en tales edificios. Como tampoco es cierto el apriorismo de que están a su servicio y velan por sus intereses. La experiencia enseña que esto puede ser así y también lo contrario, es decir, que los gobernantes pueden imponer sus intereses personales y servirse del Estado en su beneficio personal ... Los gestores del Estado, al ocultarse detrás de la personalidad de este, evocan la conocida figura de quienes tiran la piedra y esconden la mano”.

Sobre la existencia del Estado concreta que “El Estado, en rigor, no existe. Lo que existe es una serie de individuos que realizando determinadas actividades utilizan al efecto bienes y poderes que llaman públicos. Todos obran en nombre de algo impreciso que llaman Estado y es el caso que los demás ciudadanos lo aceptan, aunque no sea más que por que no tienen otro remedio. Una situación que recuerda a la que hasta hace poco sucedía con la Iglesia, unos individuos que realizaban determinadas actividades utilizando al efecto bienes y poderes que llamaban eclesiásticos. Actuaban en nombre de la Iglesia católica romana, a la que imputaban ser voz y brazo de un Dios uno y trino; y es el caso que los demás ciudadanos, asustados por la amenaza de lo que llamaban Infierno, así lo aceptaban. Pues bien, todo esto ha desparecido (casi) por completo y no se ha producido cataclismo alguno. La amenaza del infierno se ha disipado y a casi nadie preocupa ahora si existe Dios y mucho menos si es uno o trino”.

Respecto a la Inhibición del Estado resalta que “El fenómeno más notable se da, con todo, cuando el Estado se inhibe deliberadamente de una actividad que le interesa y encomienda su realización a determinados agentes sociales, que se convierten no ya en cooperadores sino en cómplices de la actividad pública. Un ejemplo perfecto de esta maniobra se ha visto en el desarrollo del llamado procés catalán. Aquí, a confesión explícita de sus protagonistas, lo miembros del Gobierno de la Generalitad, conscientes de la responsabilidad en que podían incurrir, encargaron a la ciudadanía (es decir, a ciertas asociaciones privadas) que organizaran los referéndums ilegales de autodeterminación con el apoyo expreso y efectivo del Gobierno autonómico, que así pretendía esquivar sus previsibles responsabilidades”.

En lo que toca al individuo y al aparato público deja claro que “Los seres humanos han creado un aparato público del que se sirven para realizar determinadas funciones privilegiadas y luego, bajo el majestuoso nombre de Estado, han tenido la habilidad de elevar el aparato estatal a la categoría de entre abstracto que utilizan para imputarle las actuaciones como si los individuos no existiesen. Esta hipocresía es la que denuncia el nonagenario, que no se deja engañar por las construcciones dogmáticas. Acepta lo que se hace en España se impute a la Corona y al Gobierno español, pero no puede desconocer que la voluntad y la obra proceden de personas físicas”.

Sí, esto es como interpreta Alejandro Nieto con noventa años determinadas dimensiones de la estructura estatal.

Desde mi punto de vista la realidad social hace que los ciudadanos seamos capaces de analizar estos conceptos desde nuestra propia experiencia, lo cual nos conduce a un conocimiento experimental de cómo los políticos tratan al Estado. La conclusión es terrible, los ciudadanos, en verdad, podemos ser cromos de intercambio para que los políticos logren sus propios intereses. Esto nos lleva a observar lo que está sucediendo con la renovación del Consejo del Poder JudicialDeberían estar muy atentas todas las fuerzas políticas porque esto pone en evidencia su falta de capacidad para llegar a acuerdos que respondan a lo votado por la mayoría de los ciudadanos. Por esta razón Pedro Sánchez y Alberto Nuñez están llamados a ser personas de Estado. Sumando queda claro el total de diputados y senadores, una mayoría cualificada entre ambas fuerzas políticas.

Pueden pensar ambos que los medios de comunicación hablarán, según la tendencia que tengan, a su favor y que esto los encumbrara en sus posiciones. Están muy equivocados porque cada día más existen ciudadanos que, desde el sentido común, están más cerca del pensamiento de Alejandro Nieto que de ellos; así que es inútil que todo lo fíen a las campañas de marketing político.

Los ciudadanos tenemos en cuenta el conjunto general de lo que hacen los gobernantes y los políticos, nos fijamos en su manera de hacer y de comportarse, y siempre tendrán menos posibilidades aquellos que engañen más. Nada, que ellos sigan a lo suyo, sin perspectiva, sin criterio, sin buscar el construir un punto de vista común y destruyendo la óptica del servicio al que han sido llamados cuando los elegimos con nuestros votos.

Lo mismo que le está pasando a la Iglesia Católica según está escrito en el libro mencionado le puede pasar a un Estado secuestrado por los gobernantes y políticos “El fervor religioso público y privado ha sido sustituido por la indiferencia. A nadie obsesiona ya el temor al infierno y ha desaparecido por completo el afán misionero. Los sacerdotes escasean, los frailes casi han desaparecido y los templos que todavía no han cerrado están vacíos y apenas si se usan para ceremonias de carácter familiar y social (funerales, bodas) ... La Iglesia católica se ha hundido por sí sola sin haber sido derribada desde fuera”.

Cada día existen menos ciudadanos dispuestos a meterse en política porque todo se está reduciendo a una persecución que hace que los más cualificados y preparados no quieran ni oír hablar de ponerse a disposición de un partido político. Muy interesante la reflexión que hizo la que fuera política del Partido Popular, Lucía Figar en una entrevista reciente. Esto es una forma de morir y languidecer de los partidos políticos y es un gran peligro para la democracia, pudiéndose parangonar con lo que le está sucediendo a la Iglesia Católica. Falta de perspectiva, egoísmo, soberbia, entender el poder como el único poder haciéndolo a través del miedo y la persecución.

Hoy más que ayer es necesaria la separación de poderes entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Esta es la perspectiva que tenemos la ciudadanía.

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