Manifiesto por el diálogo

Es tiempo de sentarse y de hablar para construir juntos una sociedad distinta, más humana y fraterna. Es tiempo de DiáLogos.

El nombre de este espacio de reflexión no es fruto del azar. Es, como todos, hijo de las circunstancias que vivimos y nos rodean. Experimentamos tiempos de innovadoras y profundas transformaciones que parecen alcanzar hasta la propia condición del ser humano, sus formas de socialización y su relación con la naturaleza. Los constantes desafíos que alimentan el conocimiento y su vertiginoso corolario tecnológico atañen a todos en este proceso global, que produce bienes inconmensurables, pero que a un tiempo incrementa pobreza, desigualdad y profundas convulsiones personales y colectivas. La interpelación de Pablo en Romanos (8) "la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto" se hace reveladora metáfora actual. Y la pandemia de la COVID-19 nos desvela, desde su inesperado sufrimiento y la vivencia de su incertidumbre, el límite de nuestra ineludible vulnerabilidad y fragilidad, cuya conciencia nunca deberíamos seguramente haber perdido. Miedos casi atávicos y el mucho ruido, como canta Sabina, propician esas narrativas de crispación y hasta de un preocupantes nuevo cainismo en nuestra España, que se alimentan de una falta de comprensión de la alteridad, de la necesidad del constante imperativo hacia el diálogo que refleja el rostro del otro y que es capaz de transformar la perspectiva y la acción de quien es capaz de abrirse a su interpelación para encontrarse en el bien común.

Esta es nuestra circunstancia actual: se grita más que se habla, no se escucha sino que se disimula oír mientras se prepara el siguiente argumento. Frente a esa situación, este espacio que amablemente nos ha facilitado Religión Digital pretende ser el camino hacia un derrotero distinto: el diálogo. Tenemos la convicción de que solo el diálogo es el único antídoto para un futuro que destierre radicalmente el viejo aforismo del “hombre como lobo para el hombre”. El diálogo abre la perspectiva hacia el otro y promueve la convivencia, fuerza al respeto de lo que nos separa y al reconocimiento de lo que nos une, primeros pasos en el caminar conjunto. Del mismo modo, el diálogo es un flujo de palabras proferidas pero también calladas, en ese sempiterno coloquio de la persona con lo que le trasciende: Dios, el Logos. “Quien habla solo espera hablar a Dios un día”, decía nuestro Machado. De estas dos líneas surge DiáLogos, un espacio de reflexión entre dos voces, la de Javier Fernández Vallina y Rafa Ruiz Andrés, que llevan ya años embarcados en un diálogo nutrido muchas palabras y horas compartidas en nuestro querido Instituto de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid, al que ambos con inmensa fortuna y orgullo pertenecemos. Desde hoy queremos también invitaros a que sea un diálogo entre nosotros con vosotros

Entre los distintos DiáLogos que traeremos a este espacio, destacará el diálogo entre las voces seculares y las religiosas: uno de los temas que más nos han ocupado y preocupado en los últimos años, y sobre el que tantas horas de conversación hemos vertido. Sin embargo, la elección de este hilo excede nuestro particular interés por esta área. Consideramos que apunta hacia uno de los retos mayores de nuestras sociedades. Los procesos de secularización y las democracias constitucionales nos han brindado un marco de libertades y pluralismo que garantiza –a un tiempo- todo tipo de creencias y la propia permanencia de las religiones, que en continua reinvención y diálogo con su tradición han continuado aportando sustento, motivación, aliento y fraternidad a un mundo que en ocasiones se nos revela como un rincón inhóspito del vasto universo. A través de las múltiples convergencias entre ambos registros, pero también sus conflictos y retos, caminaremos juntos y en diálogo con tantas visiones diferentes sobre el Logos que continúan forjando los derroteros de nuestras sociedades interconectadas Por el universo tecnológico en la aldea global.

No queremos ocultar que nuestra posición común aprecia el desafío que Habermas plantea para cuanto el denomina “tiempo postsecular”; que también asume creativamente el universo significativo que Taylor abre con sus “imaginarios sociales”; que valoramos a la razón simbólica” como conocimiento indispensable y complementario al de la razón instrumental; que nos alienta la confianza en un humanismo integral que una a creyentes, agnósticos o ateos honestos en la promoción de la dignidad radical de cada hombre y mujer, que exige la justicia y la libertad universales; que nos motiva la armonía necesaria entre hombre y naturaleza; y que, finalmente, nos sentimos unidos a la sensibilidad y compromiso del papa Francisco y alentados por las exigencias del Evangelio de Jesús.

Así pues, cada semana uno de nosotros presentará una reflexión en torno a las líneas señaladas, con la que el otro dialogará, abriendo desde este coloquio inicial el debate con todos vosotros.

Es tiempo de sentarse y de hablar para construir juntos una sociedad distinta, más humana y fraterna. Es tiempo de DiáLogos.

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