Con la participación de la vida consagrada de los vicariatos de San José del Amazonas y de Iquitos Caminar al ritmo del Espíritu. Encuentro con la hna. Liliana Franco

Caminar al ritmo del Espíritu. Encuentro con la hna. Liliana Franco
Caminar al ritmo del Espíritu. Encuentro con la hna. Liliana Franco Vicariato de Iquitos

Sé vivió un espacio de encuentro fraterno, de conocernos, de escucharnos y diálogos que nos lleven a vislumbrar caminos, un tiempo de gracia, de orar juntas y caminar en el Espíritu como nos invita el sínodo de la sinodalidad.

Nos encontramos en la casa de retiro de Kanatari las hermanas del vicariato de Iquitos y las hermanas del vicariato de San José del Amazonas los días 16 y 17 de marzo, alrededor de 40 hermanas, compartiendo su ponencia la hna. Liliana Franco presidenta de la CLAR.

Sé vivió un espacio de encuentro fraterno, de conocernos, de escucharnos y diálogos que nos lleven a vislumbrar caminos, un tiempo de gracia, de orar juntas y caminar en el Espíritu como nos invita el sínodo de la sinodalidad.

En la base de la sinodalidad está la contemplación, la oración, a escuchar al Espíritu, una actitud que vertebra todo nuestro accionar en la vida, nos abre al cambio y nos ordena el corazón y nos posibilita la conversión en nuestra vida.

Vivir en este camino sinodal nos lleva a modificaciones personales e institucionales, nos desinstala, nos hace movernos de nuestra zona de confort, a salir de nosotras mismas, a vivir la creatividad, ser mujeres soñadoras que están abiertas al cambio, dispuestas a abrazar la propia fragilidad personal y la de mi hermana.

Nos remarcó sobre la necesidad urgente de centrar nuestra vida en Jesús, re-apasionarnos por su proyecto, que nuestra mirada este centrada en él y que aprendamos a mirarnos como él lo hace y desde esta mirada mirar la realidad que nos acontece, para ser mujeres proféticas y mujeres Enamoradas de él.

Vivir en comunidades como hermanas al estilo trinitario, es un gran reto y desafío como vida consagrada y como Iglesia misma, nuestra tarea urgente es sentirnos hermanas y hermanos entre todos y todas, ese sentido de hermanad, de apoyarnos, sostenernos en esta misión, en este territorio, acompañadas unas de otras y saber acompañar al Pueblo amazónico.

Hemos reafirmado la necesidad de la escucha en este camino sinodal, algo que el Papa Francisco nos pide a toda la Iglesia y en especial a la vida religiosa y para ello exige ensanchar el corazón a mi hermana, dedicar tiempo a la escucha a Dios, su Espíritu, conversar con él. Escuchar los clamores del Pueblo que sufre, a nuestra amazonia.

Algo muy interesante fueron las provocaciones que genera la sinodalidad a la fidelidad y radicalidad:

  1. El cambio no se opone a lo duradero, a lo que permanece. La fidelidad no se opone al cambio.
  2. La fidelidad supone transcender lo institucional y acoger sin miedo el carisma.
  3. Nuestra tentación hoy es: ampararnos en seguridad
  4. Se pierde fecundidad cuando nos mimetizamos
  5. El clericalismo imposibilita el encuentro
  6. La sumisión no tiene que ver con la fidelidad
  7. La fidelidad entraña solidez y no rigidez

Y nos preguntamos ¿Yo porque sigo en la vida religiosa? ¿Yo porque sigo aquí en la Amazonía?

Y de ahí la importancia de caminar también al ritmo de las mujeres del alba: en el arte de escuchar, la mirada contemplativa de la realidad, el discernimiento, la oración y conversión.

Por eso concluíamos en la renovación de nuestras opciones como vida religiosa:

  1. Optar por la bondadosa cercanía
  2. Optar por la Escucha
  3. Optar por la Palabra: antídoto de la sanación
  4. Optar por el discernimiento
  5. Optar por los procesos posibilidad de desplegar el potencial de la vida
  6. Optar por lo comunitario
  7. Optar por la misericordia
  8. Optar por la interioridad
  9. Optar por la casa común

Una bella experiencia de relación fraterna, que nos motiva y fortalece como vida religiosa de la Amazonia, nos hemos experimentado como una gran familia, conectadas entre sí.

Hna. Griselda Arciniega MEMI

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