El obispo de Huehuetenango sobre la Iglesia, Guatemala y el futuro Mons. Ramazzini: un cardenal entre indígenas, campesinos y amenazas

Mons. Ramazzini: obispo de Huehuetenango
Mons. Ramazzini: obispo de Huehuetenango

Monseñor Ramazzinies es obispo de Huehuetenango, Guatemala, en medio de regiones marcadas por una mayoritaria presencia indígena y campesina, cosas que en la región, son casi sinónimo de pobreza, rezago y explotación

"Quienes se oponen a Francisco son algunos sectores que no quieren ser auténticos en la vivencia del Evangelio, así de sencillo"

"Me preocupa la emigración, que no se escuche a las organizaciones campesinas, la extrema pobreza, la situación de las mujeres víctimas de violencia y explotación, el futuro de la juventud y el escándalo de la desnutrición infantil sin razón alguna"

"En lo eclesial, me preocupa la enorme escasez de clero y una laicado muy poco comprometido en los social particularmente; y percibo en ambos, la vivencia de un cristianismo más bien ligero"

"Creo que luego de la pandemia, veremos unos cristianos más convencidos de lo que creen, acentuándose la práctica de la fe a nivel familiar, de Iglesia Doméstica"

Cuando se le pregunta a Mons. Ramazzini quién es, no duda en responder: un guatemalteco, hijo de emigrantes y creyente.

Este cardenal centroamericano, de 73 años, pertenece al grupo de purpurados creados por el papa Francisco en la región centroamericana, hombres que tienen en común ese rasgo de los grandes obispos-profeta de la región: un compromiso decidido por el pueblo, por la justicia social y por el respeto a los Derechos Humanos.

Monseñor Ramazzini cumple pronto 50 años de vida sacerdotal, de los cuales ha pasado 32 siendo obispo, primero de la diócesis de San Marcos y luego de su diócesis actual, Huehuetenango, en medio de regiones marcadas por una mayoritaria presencia indígena y campesina, cosas que en la región, son casi sinónimo de pobreza, rezago y explotación.

Monseñor concedió una entrevista a Religión Digital, en la que hicimos un repaso por la Iglesia, por Guatemala y por el futuro. Con un estilo familiar y cercano, este fue nuestro diálogo.

RD. Los cambios que se avecinan en la Iglesia, a raíz del Covid-19 no son menores, ¿cómo ve la Iglesia post-pandemia?

MR. Indudablemente la pandemia ha supuesto una gran prueba para la fe de las personas, especialmente los católicos más asiduos a las celebraciones rituales y más enfocados en las prácticas comunitarias. Sin embargo creo que luego de todo esto, veremos unos cristianos más convencidos de lo que creen, acentuándose la práctica de la fe a nivel familiar, de Iglesia Doméstica.

Creo que en esta época hemos vivido tiempos en los que hemos aprendido a ser más solidarios, al colocarnos a todos en el mismo nivel, sin diferencias entre nosotros de ningún tipo.

Quisiera que la Iglesia post pandemia, se centre más, por la vía de la purificación, en los valores esenciales de la existencia cristiana. Creo que vamos a perder más católicos de los que ya veníamos perdiendo, pero será una gran oportunidad para la purificación de todos los cristianos en general.

RD. Con el paso de los últimos años, hemos venido percibiendo un repliegue de la Iglesia en el escenario social. No se opina, no se denuncia, no hay beligerancia en prácticamente ningún tema de la dinámica pública. En algunas realidades las causas apuntan a los problemas derivados de las denuncias por pedofilia, particularmente. ¿Ve una Iglesia en la región, en camino a la intrascendencia como actor social?

MR. En nuestros países del norte de América Central, los problemas del clero, no apuntan en la dirección de la pedofilia, sino más bien un bajón en lo que se refiere a la denuncia profética, ya ni siquiera nos atacan. Vivimos en una especie de paz artificial, porque no se deriva de la resolución de los problemas, sino de un marcado individualismo reinante, un verdadero adormecimiento de las conciencias. Tenemos los mismo problemas de siempre, pero andamos dispersos, distraídos, procurando sobrevivir de manera individual.

Mons Ramazzini

RD. La Iglesia de Francisco, esta Iglesia en salida, que mira de frente los cambios sociales, que no teme a discutirlo todo, ¿tiene futuro luego de él?

MR. Los que hemos sido creados cardenales por el papa Francisco, le hemos jurado ser fieles a su espíritu. Es nuestra misión continuar con su visión de las cosas. Me parece que todo lo que Francisco ha puesto en marcha, si es obra del Espíritu Santo, nadie lo detendrá. Quienes se oponen a él, son algunos sectores que no quieren ser auténticos en la vivencia del Evangelio, así de sencillo, no se trata de que sean conservadores o de avanzada, se trata de fidelidad al Evangelio.

En este sentido, creo que la Fratelli Tutti, es una verdadera carta magna de una Iglesia en salida.

El papa es un hombre que no teme discutir las cosas, pero siempre sometiéndolas a un cuidadoso discernimiento, para una visita ad limina, le pregunté por la ordenación de los hombres casados, especialmente pensando en la escasez de vocaciones en Guatemala, y me dijo “posible, pero no áún”, lo cual fue finalmente su criterio luego del Sínodo de la Amazonas.

RD. Monseñor, ¿qué le preocupa de Guatemala, en lo civil y en lo eclesiástico?

MR. En lo civil, la emigración, los que quieren irse y los que están allá sufriendo -espero que la llegada de Biden al poder haga que algo de esto cambie-particularmente los menores de edad.

Me preocupa que no se escuche a las organizaciones campesinas, la extrema pobreza, la situación de las mujeres víctimas de violencia y explotación, el futuro de la juventud y el escándalo de la desnutrición infantil sin razón alguna. Que nuestro modelo económico sigue siendo el capitalismo salvaje y finalmente, que Guatemala tenga, junto con gravísimos problemas de corrupción, un pésimo sistema de justicia.

En lo eclesial, la enorme escasez de clero y una laicado muy poco comprometido en los social particularmente; y percibo en ambos, la vivencia de un cristianismo más bien ligero.

RD. Muchas gracias Monseñor

MR. Con gusto, espero que podamos seguir conversando

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